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Revocatoria en California: estas son las claves

Los primeros informes sugieren que la gran base demócrata de California apoya al gobernador Newsom, que arrasó en 2018, cuando fue electo. En la boleta hay más de 40 contendientes para sustituirlo.

Los votantes de California decidirán el martes si destituyen al gobernador Gavin Newsom, lo que pone fin a una elección peculiar que ha transcurrido en medio de una pandemia y ha sido observada con atención como uno de los primeros grandes indicadores de la dirección política que tomará el país después de que el presidente Joe Biden asumió el mando.

Los demócratas se sienten cada vez más confiados y anticipan que Newsom permanecerá en el cargo y evitarán lo que sería un desastre para el partido en California, el estado más poblado del país. Si Newsom es revocado, su reemplazo más probable sería Larry Elder, un presentador de la radio conservadora que ha hecho una carrera atacando las causas liberales.

Pero el hecho de que el gobernador demócrata de un estado que Biden ganó por casi 30 puntos porcentuales se vea obligado a luchar para conservar su puesto ha puesto de manifiesto las vulnerabilidades de los líderes que parecían bien posicionados antes de la pandemia de coronavirus.

Los demócratas intentan motivar a los votantes sin la presencia del expresidente Donald Trump en la papeleta y una derrota –e incluso una victoria muy ajustada– crearía dudas sobre la influencia política de Biden, que hizo campaña a favor de Newsom la noche del lunes.

Los principales republicanos que compiten por reemplazar a Newsom se han alineado con Trump y sus afirmaciones infundadas de que la elección de 2020 estuvo amañada, una señal temprana de la falta de voluntad o incapacidad del partido para distanciarse del expresidente.

Incluso si la naturaleza peculiar de las elecciones revocatorias de California no ofrece un barómetro perfecto del estado de ánimo nacional, hay mucho en juego, incluido el liderazgo de la quinta economía más grande del mundo. Los expertos políticos de ambos partidos señalan que el destino de Newsom podría tener consecuencias nacionales de gran alcance, dado el poder del gobernador para nombrar un nuevo senador en caso de que surja una vacante.

Alex Welsh para The New York Times

A los votantes se les ha pedido responder dos preguntas: ¿Newsom debe ser revocado? Y, si eso sucede, ¿quién debe reemplazarlo? En la boleta aparecen 46 candidatos, alrededor de la mitad de ellos son republicanos y también participan siete candidatos certificados que pueden añadirse a mano.

El ganador gobernará por el resto del mandato de Newsom, que concluye en enero de 2023. Sin importar el resultado, habrá otra elección en poco más de un año.

Las urnas cerrarán a las 8 p.m. hora del Pacífico. Sigue nuestra página de resultados y cobertura de la elección y sus implicaciones en nytimes.com.

Esto es lo que estaremos monitoreando mientras llegan los resultados:

Los primeros resultados sugieren que la gran base demócrata de California apoya a Newsom, quien fue electo en 2018 con una gran ventaja. La campaña del gobernador ha presentado la campaña revocatoria como un intento de los republicanos de Trump por hacerse con el poder.

Si Newsom es revocado, será porque una gran cantidad de electores independientes y demócratas votaron en su contra, lo cual en California sería señal de un giro significativo e improbable a la derecha.

La duda es si el gobernador gana con margen amplio o estrecho. Durante un tiempo, las encuestas parecían indicar que los probables votantes no se mostraban muy entusiasmados respecto a Newsom, lo que causó un torrente de apoyo por parte de grandes donantes así como la aparición de personajes demócratas de importancia nacional, entre ellos Biden.

Una victoria decisiva de Newsom, como predicen algunas encuestas recientes, lo fortalecería de cara a una campaña para un segundo mandato en 2022 y quizás incluso lo posicionaría para ocupar un cargo a nivel nacional. Pero si Newsom se queda en la gobernatura por solo un par de puntos porcentuales, podría enfrentar un desafío primario el próximo año.

Los republicanos representan solo una cuarta parte de los votantes registrados de California. Desde la década de 1990, cuando las posturas antiinmigrantes del partido alejaron a los latinos, su número ha disminuido. Los proponentes de la revocatoria la han presentado como una forma de fiscalizar el poder de los demócratas, que controlan todas las oficinas estatales y la Legislatura. Los republicanos también dicen que la batalla ha animado la base de su partido.

Pero el apoyo republicano y el dinero para la revocatoria no se acercan al gran fondo de financiación y a la operación con que cuenta Newsom. Y la candidatura de Elder parece que ha presentado al Partido Republicano como de extrema derecha, para estándares de California. El apoyo para los moderados como Kevin Faulconer, exalcalde de San Diego, se registra en cifras inferiores al 10 por ciento, según los sondeos.

Alex Welsh para The New York Times

Los críticos del Partido Republicano durante el mandato de Trump dicen que si no logran revocar a Newsom esto podría disminuir aún más la influencia republicana en California y acentuar la polarización del país.

Los latinos son el grupo étnico más numeroso de California, comprenden alrededor del 30 por ciento de los votantes registrados y son un gran grupo demócrata que ha dado forma a la gobernanza del estado durante décadas.

No obstante, y para consternación del partido de Newsom y gran interés de los partidarios de la revocatoria, los latinos no han acudido rápidamente a participar, en parte debido a la distracción —muchos votantes están más ocupados sorteando la pandemia— y a la ambivalencia, tanto respecto a Newsom en particular como al Partido Demócrata en general.

Los críticos han advertido que los demócratas de California han asumido, equivocadamente, que el electorado latino se sentiría motivado por el recuerdo de las políticas antiinmigrantes republicanas, en lugar de apostar por atraer a los latinos con una visión para el futuro.

Esto ha avivado la especulación sobre la posibilidad de que en California y el resto del país el voto latino, de rápido crecimiento, esté disponible para los candidatos dispuestos a esforzarse por conectar con estos electores. Luego de que los republicanos se llevaron una parte significativa del apoyo latino en todo el país durante la elección de 2020, la ausencia de los latinos en las urnas podría generar un nuevo episodio de introspección demócrata.

A cada votante registrado y activo en California se le envió una boleta como parte de una extensión de las reglas de votación pandémica. El sistema, iniciado en 2020 para mantener seguros a los votantes y los trabajadores electorales, ayudó a aumentar la participación a más del 70 por ciento en las elecciones presidenciales. Este mes, los legisladores votaron para que el sistema sea permanente.

Los funcionarios electorales de California dijeron que la votación transcurrió sin problemas en 2020. Pero los republicanos han dicho que las papeletas enviadas por correo invitan a la trampa, lo cual es similar al reclamo, sin fundamento, que hizo Trump al decir que los demócratas se habían valido de estas boletas para robar la elección presidencial.

La semana pasada, en una participación en Newsmax, el expresidente aseguró, sin proveer evidencia, que la elección revocatoria estaba “probablemente amañada”.

Los grupos conservadores que buscan evidencias de fraude electoral han estado pidiendo a los californianos que reporten si reciben por correo papeletas para personas fallecidas o votantes que no residen en su dirección.

Las advertencias sobre el voto por correo parecen haber surtido efecto: los republicanos se muestran reacios a aceptar la práctica, una tendencia que preocupa a algunos en el partido dado que más estados están adoptando el sufragio enviado por correo. Aun así, la noche antes de la elección, casi 40 por ciento de todos los votantes registrados habían emitido su voto, una proporción considerable que sugiere que la comodidad de votar anticipadamente y por correo tendrá un efecto positivo en la participación durante una elección en una temporada inusual.

Jim Wilson/The New York Times

Eso es un buen augurio para Newsom, que depende de la enorme base de votantes demócratas del estado: cuanto mayor sea la participación general, dice su campaña, mejores serán sus posibilidades.

Sin embargo, los analistas están atentos ante la posibilidad de que haya grandes cantidades de votantes republicanos que acudan a votar en persona el martes y se preguntan si los votantes latinos los acompañarán.

De no ser por el panorama creado por la COVID-19, es probable que Newsom no estaría pelando ahora por mantener su cargo. Pero últimamente ha hecho algunos progresos. Los casos han bajado este mes en California, el uso de mascarillas en interiores es una realidad en muchas zonas del estado y alrededor del 80 por ciento de las personas elegibles se han vacunado con al menos una dosis.

En las últimas semanas, Newsom ha alardeado del enfoque de California, señalando que los requisitos de uso de cubrebocas y vacunación han reducido los nuevos casos a la mitad de las tasas reportadas en los estados gobernados por republicanos.

Los californianos indican que no hay tema que les importe más que controlar al coronavirus. El amplio apoyo a favor de Newsom, más allá de los votantes demócratas, podría indicarle a otros funcionarios —incluso en otros estados, que tienen elecciones a la gubernatura el año entrante— que las políticas de salud firmes pueden tener un buen impacto político.

Otros candidatos demócratas en la boleta este otoño también han apoyado medidas como el uso de mascarilla obligatorio y los requisitos de vacunación al tiempo que llaman la atención sobre la posibilidad de que sus oponentes republicanos pudieran dar marcha atrás a esas medidas. Biden también ha presentado políticas más estrictas y un discurso más duro dirigido hacia los gobernadores republicanos.

Durante cuatro años, los demócratas disfrutaron de enormes ganancias gracias a Trump. El expresidente motivó a los activistas del partido a trabajar para contrarrestarlo, ayudó a sus candidatos a recaudar montañas de dinero en efectivo para la campaña y llevó a sus votantes a las urnas en cifras récord.

Newsom ha intentado sostener esa fuente de inspiración y a menudo advierte que el “trumpismo” persiste en la vida política estadounidense. Su elección revocatoria es la primera gran prueba para saber si el espectro del expresidente sigue teniendo poder para movilizar a los votantes liberales al tiempo que anima a los moderados a seguir votando por demócratas.

Del lado republicano, los principales candidatos se han entregado al manual de estrategia política de Trump, al hacer afirmaciones, infundadas, de fraude de elección y votos “amañados”. Elder se ha rehusado a indicar si piensa aceptar los resultados de la elección.

No todos los republicanos están de acuerdo con esta estrategia. A algunos les preocupa que pueda ocasionar que algunos republicanos se queden en casa porque creen que sus votos no serán respetados, y la baja participación podría dar crédito a ese argumento.

Shawn Hubler es corresponsal en California con sede en Sacramento. Antes de unirse al Times en 2020, pasó casi dos décadas cubriendo el estado para Los Angeles Times como reportera itinerante, columnista y escritora de revista. Compartió tres premios Pulitzer con el equipo Metro del periódico. @ShawnHubler

Lisa Lerer es una corresponsal de política nacional que cubre campañas electorales, votaciones y poder político. @llerer



Source: Elections - nytimes.com


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