Existe la preocupación generalizada de que las elecciones de noviembre no acaben bien y de que la democracia estadounidense haya llegado a un punto crítico.
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En los nueve años transcurridos desde que Donald Trump entró en la política estadounidense, la percepción global de Estados Unidos se ha visto sacudida por la imagen de una nación fracturada e impredecible. Primero un atentado contra la vida del expresidente, y ahora un segundo posible atentado, han acentuado la preocupación internacional, suscitando temores de una agitación violenta que podría desembocar en una guerra civil.
Keir Starmer, el primer ministro británico, ha dicho que está “muy preocupado” y “profundamente perturbado” por lo que, según el FBI, fue un intento de asesinar a Trump en su campo de golf de Florida, a menos de 50 días de las elecciones presidenciales y dos meses después de que una bala ensangrentó la oreja de Trump durante un mitin de campaña en Pensilvania.
“La violencia no tiene cabida alguna en un proceso político”, afirmó Starmer.
Sin embargo, la violencia ha tenido un lugar preponderante en esta tormentosa y tambaleante campaña política estadounidense, y no solo en los dos posibles intentos de asesinato. Ahora existe una preocupación generalizada en todo el mundo de que las elecciones de noviembre no acaben bien y de que la democracia estadounidense, que solía ser un modelo para el mundo, haya llegado a un punto crítico.
En México, donde este año se celebraron las elecciones más violentas de la historia reciente del país, con 41 candidatos y aspirantes a cargos públicos asesinados, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo en una publicación en la plataforma social X: “Aun cuando todavía no se conoce bien lo sucedido, lamentamos la violencia producida en contra del expresidente Donald Trump. El camino es la democracia y la paz”.
En un momento de guerras en Europa y el Medio Oriente y de inseguridad global generalizada mientras China y Rusia afirman la superioridad de sus modelos autócratas, la precariedad estadounidense pesa bastante.
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Source: Elections - nytimes.com