âLo necesitamosâ: la enorme influencia de Trump en el Partido Republicano
Mientras acumula fondos, reparte favores y trata de aplastar a sus rivales, el expresidente domina a su partido y se prepara para otra campaña respaldando a quienes lo ayudan a expulsar a los funcionarios que frustraron su intento de subversiĂłn de las elecciones de 2020.PALM BEACH, Florida â Una noche cualquiera, Donald Trump se pasea por el patio de Mar-a-Lago y pronuncia unas palabras desde un atril para darle la bienvenida al candidato que le paga por el privilegio de recaudar fondos allĂ.âEste es un lugar especialâ, dijo Trump en una de esas noches de febrero en su club privado. âSolĂa decir que era la âzona ceroâ, pero despuĂ©s del World Trade Center ya no usamos ese tĂ©rmino. Este es el lugar donde todo el mundo quiere estarâ.Durante 15 meses, un desfile de aspirantes (senadores, gobernadores, lĂderes del Congreso y contendientes republicanos de todas las tendencias) ha hecho el recorrido para jurarle lealtad y presentar su candidatura. Algunos han contratado a los asesores de Trump con la esperanza de obtener una ventaja al buscar su respaldo. Otros compran anuncios en Fox News que solo se transmiten en el sur de Florida. Y estĂĄn los que le llevan regalos; y los que sacan los trapos sucios. Casi todos repiten la mentira de que las elecciones de 2020 fueron robadas.Mientras trabaja desde un gran escritorio de madera que recuerda al que usĂł en la Oficina Oval, Trump ha transformado la antigua suite nupcial de Mar-a-Lago en una sede informal del Partido Republicano y ha amasado mĂĄs de 120 millones de dĂłlares, una suma que duplica la del ComitĂ© Nacional Republicano. Los registros federales muestran que su iniciativa recaudĂł mĂĄs fondos en lĂnea que el partido, casi todos los dĂas durante los Ășltimos seis meses de 2021. La excepciĂłn fueron dos jornadas, una de las cuales fue la vĂspera de Navidad.Y mientras otros expresidentes han cedido el escenario polĂtico, Trump ha hecho lo contrario, ya que trata de emprender una agresiva campaña de venganza contra los republicanos que lo han perjudicado, con su respaldo a mĂĄs de 140 candidatos en todo el paĂs y con la transformaciĂłn de las primarias de 2022 en una prueba de su persistente influencia.Al inspirar miedo, acaparar dinero, repartir favores y tratar de aplastar a sus rivales, Trump no solo se estĂĄ comportando como un poderoso actor, sino como algo mĂĄs cercano al jefe de una maquinaria polĂtica del siglo XIX.âLos lĂderes de los partidos nunca han desempeñado el papel que Trump estĂĄ desempeñandoâ, dijo Roger Stone, un asesor intermitente de Trump desde la dĂ©cada de 1980 a quien se ha visto en fechas recientes en Mar-a-Lago. âPorque Ă©l puede, y no se rige por las reglas convencionales de la polĂticaâ, explicĂł.Esta imagen de Trump como un jefe de partido moderno se ha extraĂdo de mĂĄs de 50 entrevistas con asesores en activo y retirados de Trump, rivales polĂticos, republicanos que han buscado su apoyo y funcionarios y estrategas del Partido Republicano que estĂĄn lidiando con su influencia.Es evidente que Trump disfruta del poder. Pero mientras insinĂșa una y otra vez la posibilidad de aspirar a la Casa Blanca por tercera vez, la pregunta que se plantea es si puede seguir siendo el rey de la naciĂłn si no aspira a la corona.Por ahora, se ha adentrado en las minucias de limpiar al Partido Republicano de sus crĂticos, incluso si, de manera tĂpica, la planificaciĂłn y ejecuciĂłn pueden ser desordenadas. Ha centrado sus esfuerzos casi obsesivamente en instalar personajes leales en puestos estatales clave en el campo de batalla (gobernadores, senadores, miembros de la CĂĄmara, secretarios de Estado y fiscales generales de los estados) a menudo en vez de los mismos funcionarios que frustraron sus intentos de subvertir los resultados de 2020.Ha presionado a los candidatos para que cambien las contiendas en las que participan, aconsejĂł a los republicanos sobre a quiĂ©n contratar, se involucrĂł en las reglas de registro del partido en Wyoming y en la contienda por el presidente de la cĂĄmara estatal en Michigan. TambiĂ©n condicionĂł su respaldo al gobernador Mike Dunleavy de Alaska a que no apoyara a la senadora titular del estado, Lisa Murkowski; Dunleavy accediĂł rĂĄpidamente. La semana pasada, mostrĂł su desacuerdo al instar a los residentes de Pensilvania a no votar por Bill McSwain en las primarias para gobernador, con el argumento de que el polĂtico no habĂa aceptado por completo sus acusaciones de fraude electoral de 2020.Trump no quiso ser entrevistado para este artĂculo.Las personas cercanas a Trump dicen que se siente complacido por el ejercicio crudo de su poder. Escucha a los cabilderos de los republicanos de alto rango, como el representante Kevin McCarthy, lĂder del partido en la CĂĄmara de Representantes, y luego los ataca sin previo aviso. Un dĂa despuĂ©s de que McCarthy regañó al representante republicano de Carolina del Norte, Madison Cawthorn, por decir que sus colegas en Washington habĂan celebrado orgĂas y consumido cocaĂna, Trump le concediĂł a Cawthorn un codiciado espacio para hablar en su prĂłximo mitin.Durante 15 meses, un desfile de aspirantes (senadores, gobernadores, lĂderes del Congreso y contendientes republicanos de todas las tendencias) ha hecho el recorrido hasta Mar-a-LagoSaul Martinez para The New York TimesâClientelismo polĂtico en desarrolloâAhora, toda una economĂa polĂtica gira en torno a Trump, en la cual sus propiedades estĂĄn haciĂ©ndose de enormes sumas: tan solo los candidatos federales y las comisiones han pagado casi 1,3 millones de dĂłlares por la celebraciĂłn de eventos en Mar-a-Lago, segĂșn muestran los registros. Ha surgido una falange de aduladores de Trump, a los que los candidatos pagan con la esperanza de conseguir reuniones, aunque los antiguos seguidores de Trump advierten que, en el juego de la influencia, el comprador siempre debe tener cuidado.âSi alguien anda por ahĂ vendiendo su capacidad para conseguir respaldos, estĂĄ vendiendo algo que no es suyoâ, dijo Michael Caputo, un exasesor que todavĂa habla con Trump. âLo que parece ser clientelismo polĂtico en desarrollo, en realidad, es la confluencia de muchos asesores que fingen saber cĂłmo conseguir el respaldo de Trump. Pero, en realidad, nadie sabe el camino a seguirâ.Sin embargo, aunque el clientelismo polĂtico en Nueva York no es nuevo, como lo demuestra Tammany Hall, una mĂĄquina polĂtica que perdurĂł durante casi dos siglos y cuya longevidad se debe a la difusiĂłn del patrocinio, Trump puede ser muy tacaño. Aunque celebra mĂtines para algunos candidatos, en muchos casos, su apoyo no va mĂĄs allĂĄ de un correo electrĂłnico y un cheque de 5000 dĂłlares. Trump casi nunca ha desplegado su enorme lista de seguidores para ayudar a otros polĂticos con el fin de que recauden dinero (la representante Elise Stefanik de Nueva York fue una rara excepciĂłn, a principios de este año). Frente a la posibilidad de las derrotas de alto perfil, el equipo del exmandatario planea gastar directamente para ayudar a algunos candidatos vulnerables que han recibido su respaldo; una transferencia de efectivo a un sĂșper PAC de Georgia fue solo el primer paso.Taylor Budowich, uno de sus voceros, señalĂł que centrarse solo en el gasto directo no toma en cuenta el valor que tiene el aval de Trump para los votantes y la âcobertura mediĂĄtica gratuitaâ que genera. âAlguna vez se llegĂł a decir que un respaldo ni siquiera vale el papel en el que estĂĄ impreso, pero ahora hay una excepciĂłn: el respaldo de Trumpâ, dijo Budowich.A diferencia de los jefes polĂticos del pasado, Trump ha hecho mucho Ă©nfasis en los mecanismos electorales, ademĂĄs de sembrar en todo momento la desconfianza en el sistema mediante afirmaciones falsas de manipulaciĂłn de votos.Como decĂa el corrupto âBossâ Tweed, de Tammany, mientras se apoyaba en una urna en una famosa caricatura de la dĂ©cada de 1870: âMientras yo cuente los votos, ÂżquĂ© vas a hacer al respecto?â.O como le dijo Trump a Breitbart News este mes: âHay una expresiĂłn de que los contadores de votos son mĂĄs importantes que el candidato, y podrĂas usar esa expresiĂłn en este momentoâ.Ejercer el poder sobre el partido y vender la ficciĂłn de unas elecciones robadas tambiĂ©n son estrategias para desviar la atenciĂłn de la desafortunada salida de Trump de la Casa Blanca como perdedor.Michael DâAntonio, biĂłgrafo de Trump, trazĂł un paralelismo entre este periodo y una crisis anterior en la carrera de Trump: su bancarrota a principios de 1990. âPara cualquier otra persona estos habrĂan sido acontecimientos demoledoresâ, dijo. âPero para Trump solo marcaron un cambio en su mĂ©todo y en su bĂșsqueda del poder. Y nunca aceptĂł que fueran derrotas de verdadâ.Los demĂłcratas se estĂĄn preparando para las derrotas en 2022. Pero los estrategas de ambos partidos dicen que el gran perfil pĂșblico de Trump representa un riesgo para los republicanos, porque las encuestas privadas y los grupos de discusiĂłn muestran que sigue siendo un poderoso factor de rechazo para los votantes indecisos.Pero las primarias republicanas son otra historia, donde pocos candidatos serios se han separado de Trump. âLa toma del control del Partido Republicano por parte del presidente Trump ha sido tan completaâ, dijo Boris Epshteyn, otro exasesor de Trump que a veces visita Mar-a-Lago, âque incluso los republicanos mĂĄs moderados estĂĄn intentando hablar de MAGAâ.El representante Madison Cawthorn de Carolina del Norte fue reprendido por decir que sus colegas en Washington habĂan organizado orgĂas y consumido cocaĂna, sin embargo, Trump le otorgĂł un codiciado espacio para hablar en su prĂłximo mitin.Veasey Conway para The New York TimesâNecesito ver las encuestas, necesito ver la financiaciĂłn, necesito ver que te estĂĄs haciendo un nombreâ, le dijo Trump a Joe Kent, quien ganĂł su respaldo para intentar vencer a Jaime Herrera Beutler, la representante por el estado de Washington.Nathan Howard/Associated PressâComo cangrejos en una cubetaâNo hay mejor ejemplo del dominio de Trump sobre el partido que las genuflexiones y maniobras de quienes buscan su visto bueno en la polĂtica.Algunos candidatos pagan para asistir a las recaudaciones de fondos en Mar-a-Lago de otros aspirantes, y esperan lograr captar la atenciĂłn de Trump, o mejor aĂșn, una foto. âMomento Ă©picoâ, fue el tĂ©rmino que usĂł una candidata a la CĂĄmara de Representantes para describir los pocos segundos que estuvo con Trump y que subiĂł en un video a su cuenta de Instagram.Cuando Trump invitĂł a los candidatos de Michigan para que lo acompañaran en un evento, resonĂł la voz de un hombre: âYo tambiĂ©n me postulo para gobernador, Âżpuedo ir?â. Era Ryan Kelley. âÂżTe postulas para gobernador de quĂ©?â, le preguntĂł Trump, un poco confundido. âÂĄMichigan!â, le respondiĂł Kelley y se acercĂł, estrechando la mano de Perry Johnson, uno de sus oponentes.Johnson, por su parte, ha frecuentado Mar-a-Lago y publicĂł con orgullo un video pixelado de Trump alabando sus âbuenos nĂșmeros en las encuestasâ en otra recaudaciĂłn de fondos. Incluso pagĂł un anuncio de televisiĂłn dĂĄndole la bienvenida a Trump a Michigan, antes de un mitin celebrado el 2 de abril.Sin embargo, Trump lo desairĂł en el mitin y, en cambio, elogiĂł a una candidata rival, Tudor Dixon, que habĂa realizado su propia recaudaciĂłn de fondos en Mar-a-Lago en febrero.En muchos sentidos, la bĂșsqueda de su respaldo es una rĂ©plica en la vida real del antiguo papel de Trump en la telerrealidad.âÂżQuĂ© era El aprendiz sino un lamentable tumulto de personas que se comportaban como cangrejos en una cubeta y que pedĂan que Ă©l los sacara de ahĂ?â, recordĂł DâAntonio, su biĂłgrafo. âEstas personas no son otra cosa que concursantes que compiten por su aprobaciĂłnâ.En una de las escenas mĂĄs recordadas, el año pasado, Trump llevĂł a varios candidatos al Senado de Ohio a una sala de Mar-a-Lago, donde empezaron a atacarse unos a otros con discursos mientras Ă©l los observaba. âLas cosas se salieron de controlâ, dijo un candidato, Bernie Moreno, quien no culpĂł a Trump por el caos, sino a sus rivales. Desde entonces, Moreno se retirĂł porque no quiere dividir el voto a favor de Trump.Casi todos los contendientes de Ohio han publicado anuncios que resaltan sus vĂnculos con Trump y buscan su respaldo de manera personal. Jane Timken se define como âla verdadera conservadora de Trumpâ. Josh Mandel se presenta como âpro-Dios, pro-armas, pro-Trumpâ. Mike Gibbons dice que Ă©l y Trump son dos âhombres de negocios con los mismos principiosâ.Trump no respaldĂł a ninguno de ellos; en cambio, apoyĂł al escritor J. D. Vance. En un debate previo al respaldo, Matt Dolan, el Ășnico aspirante republicano que no compite por el apoyo de Trump, sugiriĂł que sus rivales estaban poniendo a los electores de Ohio en segundo lugar. âHay gente en este escenario que, literalmente, estĂĄ luchando por obtener un votoâ, afirmĂł, ây la persona que les darĂĄ ese voto no estĂĄ en Ohioâ.Dolan es una excepciĂłn. En general, una audiencia con Trump puede llevar al Ă©xito o al fracaso de una candidatura. Por eso, los candidatos planean mucho sus estrategias.A Trump le gusta la adulaciĂłn y le gusta recompensar a los aduladores. Pero los expertos dicen que llevar material visual convincente tambiĂ©n es importante. El uso de letras de gran tamaño es fundamental, con fotos y grĂĄficos en color.âNo es un tipo muy digitalizado, asĂ que llevamos todo impresoâ, dijo Joe Kent, quien logrĂł ganarse el respaldo de Trump en su esfuerzo por desbancar a la representante republicana de Washington, Jaime Herrera Beutler, una de las diez representantes republicanas que votaron a favor del juicio polĂtico en contra de Trump.âNecesito ver las encuestas, necesito ver la financiaciĂłn, necesito ver que te estĂĄs haciendo un nombreâ, le indicĂł Trump, como recordĂł Kent.Cuando le gusta lo que ve, Trump envĂa unas palabras de aliento, garabateadas con un marcador en las impresiones de las noticias. âÂĄLo estĂĄs haciendo genial!â, le escribiĂł en enero a Kent. âÂĄLo estĂĄs haciendo genial!â, tambiĂ©n le escribiĂł en octubre pasado a Harriet Hageman, quien estĂĄ desafiando a Liz Cheney, la representante por Wyoming.Cuando el representante Billy Long, candidato al Senado en Missouri, se reuniĂł por primera vez con Trump el año pasado, le llevĂł una copia impresa de una encuesta favorable. Pero sintiĂł que lo habĂan derrotado cuando Trump âestirĂł el brazo y recogiĂł otra encuestaâ que Long supuso que provenĂa de un rival, aunque podrĂa haber formado parte del paquete que su equipo le prepara para las reuniones con los candidatos.âDonald Trump harĂĄ lo que quiera hacer cuando quiera hacerloâ, dijo Long. âEso no es ningĂșn secretoâ.En marzo, un grupo que instĂł a Trump para que cesara su respaldo a Matthew DePerno, candidato a fiscal general de Michigan, comprĂł un anuncio que se publicĂł en West Palm Beach.Nic Antaya para The New York TimesTrump ha expresado su deseo de tomar el control de los puestos de conteo de votos en Michigan, con el fin de reunir apoyos para Kristina Karamo, su candidata para ser secretaria de Estado.Brittany Greeson for The New York TimesTelevisiĂłn de precisiĂłnLa televisiĂłn es una vĂa popular para llegar a Trump y algunos candidatos tratan de hacerlo mediante la transmisiĂłn de anuncios lejos de su electorado. Durante el verano, Trump estuvo en su club de golf de Bedminster, Nueva Jersey, y Jim Lamon, un candidato al Senado de Arizona, pagĂł por un anuncio en Fox News de Nueva Jersey.Michele Fiore, concejala de la ciudad de Las Vegas, anunciĂł su candidatura a gobernadora de Nevada con un comercial pro-Trump que se transmitiĂł en West Palm Beach. Luego desistiĂł y decidiĂł postularse al cargo de tesorera estatal y dijo en otro comercial que el equipo de Trump le aconsejĂł que optara por ese cargo.Y en marzo, un grupo que instĂł a Trump a rescindir su respaldo a Matthew DePerno, un republicano que se postulaba para fiscal general en Michigan, lanzĂł un comercial que atacaba a DePerno y que se transmitiĂł en West Palm Beach.Otros han utilizado los medios audiovisuales con una precisiĂłn aĂșn mayor.En noviembre, Blake Masters, candidato al Senado en Arizona, publicĂł un video que decĂa: âCreo que Trump ganĂł en 2020â, el dĂa antes de volar a Florida para una recaudaciĂłn de fondos en Mar-a-Lago. SegĂșn los registros de su campaña, el comercial costĂł 29.798,70 dĂłlares.Algunos atraen la atenciĂłn de Trump en televisiĂłn, entre comerciales.La vicegobernadora de Idaho, Janice McGeachin, apareciĂł en el programa de Fox News de Tucker Carlson en junio y se deshizo en elogios hacia Trump. Al dĂa siguiente, Ă©l la llamĂł.âFue lo mejorâ, afirmĂł la vicegobernadora, quien agregĂł que âle hizo saberâ al exmandatario que planeaba desafiar al gobernador Brad Little, el republicano en funciones y le pidiĂł su apoyo. Poco despuĂ©s, estaba en un aviĂłn rumbo a Nueva York para una reuniĂłn en la Torre Trump. âLo que querĂa era darle un gran abrazo y decirle cuĂĄnto lo amamosâ, dijo. âY eso fue lo primero que hiceâ.McGeachin le dijo a Trump que Little no habĂa luchado lo suficiente para anular las elecciones de 2020. En el otoño presentĂł su propuesta en Mar-a-Lago, y se marchĂł con una gorra roja firmada por el expresidente que suele usar en sus eventos. Pronto, Trump la apoyĂł de manera formal, aunque no dejĂł de elogiar a Little, que apenas unos dĂas antes asistiĂł a una recaudaciĂłn de fondos en Mar-a-Lago para una organizaciĂłn no lucrativa afĂn a Trump.McGeachin, quien causĂł revuelo recientemente al grabar un discurso para una reuniĂłn de nacionalistas blancos, es vista como una candidata con pocas posibilidades en las primarias de mayo.El episodio encapsula las peculiaridades del estilo de Trump como jefe del partido: la receptividad al cortejo intensivo, la toma de decisiones aleatoria, la posibilidad de excederse y la exigencia de que se amplifiquen sus falsas afirmaciones de fraude electoral.âCreo que es el respaldo mĂĄs codiciado en la historia polĂticaâ, dijo McGeachin.Las encuestas han mostrado que David Perdue estĂĄ detrĂĄs del gobernador de Georgia, Brian Kemp, en la contienda del 24 de mayo, lo que se considera como una muestra de la influencia de Trump.Audra Melton para The New York TimesTed Budd, representante por Carolina del Norte, es el candidato de Trump para el Senado y desafiarĂĄ en las primarias de mayo al representante Mark Walker, un antiguo aliado del expresidente Trump.Veasey Conway para The New York TimesMano duraCon la vista puesta en su historial de victorias y derrotas en materia de respaldos, Trump estĂĄ tratando cada vez mĂĄs a los candidatos republicanos como piezas de ajedrez que se pueden mover, intercambiar o abandonar. Pero, hasta ahora, los resultados han sido dispares.En Georgia, reclutĂł al exsenador David Perdue para enfrentar al gobernador Brian Kemp, un republicano que desafiĂł a Trump al certificar las elecciones de 2020 y respaldar el resultado. Trump presionĂł al otro candidato en la campaña, Vernon Jones, un exdemĂłcrata, para que se postulara a la CĂĄmara de Representantes, con su respaldo.Esa maniobra funcionĂł, pero las encuestas han mostrado que Perdue estĂĄ detrĂĄs de Kemp de cara a la contienda del 24 de mayo, lo que es visto como una primera muestra de la influencia de Trump.En Carolina del Norte, Trump tratĂł de conseguir que un aliado, el diputado Mark Walker, abandonara su campaña al Senado y dejara la vĂa libre para el candidato que Ă©l respaldaba, el diputado Ted Budd, para que se enfrentara al exgobernador Pat McCrory en las primarias de mayo. Pero despuĂ©s de que los tribunales alteraron los mapas polĂticos del estado, Walker se negĂł y amenazĂł con dividir el voto pro-Trump, aunque las encuestas muestran que Budd lidera de todos modos.Trump ya retirĂł uno de sus respaldos. Fue el caso de Mo Brooks, representante por Alabama que querĂa postularse al Senado de ese estado, y Trump cesĂł su apoyo despuĂ©s de que Brooks cayĂł en las encuestas y se cree que podrĂa hacer lo mismo con otros aspirantes que no lideran las encuestas. Por ejemplo, ha hablado en privado de moderar su postura a favor de McGeachin.Trump ha sido especialmente efectivo en el reclutamiento de rivales para sus crĂticos republicanos mĂĄs importantes, como Cheney.El año pasado, entrevistĂł a varios contrincantes potenciales, con la esperanza de establecer un enfrentamiento de dos personas. Entre ellos se encontraba Darin Smith, un abogado de Cheyenne, que volĂł a Bedminster y luego dijo que lamentaba no haber contado antes con la asesorĂa de los miembros del equipo de Trump. Finalmente, el expresidente respaldĂł a Harriet Hageman, exfuncionaria del partido, cuyos asesores incluyen a los estrategas actuales y anteriores de Trump como Justin Clark, Nick Trainer, Bill Stepien y Tim Murtaugh.âYa sea que ames el pantano o lo odies, es una realidadâ, dijo Smith, quien desde entonces ha respaldado a Hageman. âHay Ăłrbitas alrededor de Trumpâ.Es posible que en ningĂșn otro lugar Trump haya profundizado mĂĄs en la polĂtica local que en Michigan, guiado en parte por la copresidenta del partido, Meshawn Maddock, una aliada cercana que organizĂł autobuses para llevar a los manifestantes a Washington el 6 de enero de 2021. En noviembre de 2020, despuĂ©s de que Trump convocĂł a los legisladores de Michigan a la Casa Blanca para una reuniĂłn extraordinaria mientras buscaba anular las elecciones, los dos lĂderes legislativos del Partido Republicano del estado lo rechazaron. Ahora, Trump ha dado su respaldo a mĂĄs de media decena de candidatos a la legislatura de Michigan para encumbrar al marido de Maddock, el diputado estatal Matt Maddock, como prĂłximo presidente de la CĂĄmara de Representantes del estado.Trump no ha ocultado su deseo de tomar el control de los puestos de conteo de votos del estado mientras reĂșne apoyos para DePerno y Kristina Karamo, sus candidatos a los cargos de fiscal general del estado y la SecretarĂa de Estado.âRecuerden que no solo se trata de 2022, se trata de asegurarnos de que Michigan no sea manipulado y robado nuevamente en 2024â, dijo Trump en las afueras de Detroit el 2 de abril. Y agregĂł: âNo hago esto a menudo con la gente de los estados. Pero esto es muy importanteâ.Mitch McConnell, lĂder de la minorĂa del Senado; Kevin McCarthy, el lĂder de la minorĂa de la CĂĄmara de Representantes; y el exvicepresidente Mike Pence en la Oficina Oval con Trump, en marzo de 2020Erin Schaff/The New York TimesAfirmando el dominioEs cierto que la estrategia de guerra de Trump proyecta poder, pero lo que mĂĄs asusta a otros lĂderes republicanos es su perdurable popularidad entre la base del partido.El flujo interminable de mensajes de recaudaciĂłn de fondos republicanos que usan el nombre de Trump, y que a veces dan la idea de que el dinero es para Ă©l, es evidencia de su influencia con los pequeños donantes. Las encuestas tambiĂ©n muestran que la mayorĂa de los votantes republicanos valoran su respaldo. âSu dominio del partido a nivel de votantes de base no tiene precedentesâ, dijo Stone, quien ha sido asesor de Trump desde hace mucho tiempo.Plenamente consciente de esto, Trump tambiĂ©n ha afirmado su dominio sobre los lĂderes republicanos del Congreso.En la CĂĄmara de Representantes, McCarthy, que espera convertirse en el presidente de ese Ăłrgano legislativo despuĂ©s de las elecciones intermedias, ha tratado de mantener a Trump al margen en algunas primarias, ejerciendo presiĂłn, por ejemplo, para que deje de respaldar a Mary Miller, la representante por Illinois, quien fue elegida en el mismo distrito que el representante Rodney Davis. Pero Trump la respaldĂł de todos modos.âEl temor legĂtimo de McCarthy es que se gane la mayorĂa, pero que 10 miembros de la CĂĄmara se unan y digan: âNo vamos a votar por usted ni por nada que deseeââ, dijo Stone. Y agregĂł que, en ese caso, Trump tendrĂa influencia en esos votos.En el Senado, Mitch McConnell de Kentucky, el lĂder de la minorĂa, no ha hablado con Trump desde que dejĂł la Casa Blanca, pero accediĂł a que el exmandatario respaldara a Herschel Walker para el Senado en Georgia, a pesar de las dudas iniciales de su equipo.Quienes estĂĄn descontentos con el reinado de Trump como jefe del partido estĂĄn buscando señales de que su control se estĂĄ perdiendo, y varios rivales potenciales para 2024 (Mike Pence, Ron DeSantis, Chris Christie, Tom Cotton) parecen menos temerosos Ășltimamente de estar en desacuerdo pĂșblicamente con Trump.Las contiendas en las que Trump ha respaldado a un candidato serĂĄn objeto de estudio para ver si disminuyen su poder. Pero el hecho es que muchos de los candidatos a los que se opone en las primarias siguen diciendo que son republicanos que apoyan a Trump. Pocos ven una fecha de caducidad en su dominio hasta, y a menos, que decline postularse de nuevo en 2024 o sea derrotado.Una reciente apariciĂłn en el pĂłdcast del ComitĂ© Nacional Republicano captĂł tanto las ventajas como los inconvenientes del inquebrantable apego del partido hacia Trump. Por mucho, se tratĂł del episodio del pĂłdcast mĂĄs visto en YouTube, hasta que el sitio lo retirĂł por difundir informaciĂłn errĂłnea.âNo se puede subestimar el poder de su apoyoâ, le habĂa dicho Ronna McDaniel, la presidenta del partido, a Trump. Y luego agregĂł: âLo necesitamosâ.Shane Goldmacher es reportero polĂtico nacional y antes fue el corresponsal polĂtico en jefe de la secciĂłn Metro. Antes de unirse al Times, trabajĂł en Politico, donde cubriĂł la polĂtica del Partido Republicano a nivel nacional y la campaña presidencial de 2016. @ShaneGoldmacher More