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    ¿Trump o DeSantis? Los evangélicos hispanos entre dos opciones

    Aunque Donald Trump es el único republicano que ha anunciado su candidatura a la presidencia, el gobernador de Florida también es un contendiente posible. Un enfrentamiento entre los dos podría hacer que los evangélicos latinos emitan un voto determinante.MIAMI — El gobernador de Florida, Ron DeSantis, todavía no ha anunciado que contenderá a la presidencia. Pero entre los bloques de electores de derecha que lo apoyan para que participe en las elecciones primarias de 2024 se encuentran algunos de sus más grandes seguidores: los cristianos evangélicos hispanos.No es que se opongan al expresidente Donald Trump, el único republicano que ya se ha declarado candidato. Pero un enfrentamiento entre los dos titanes de la derecha podría hacer que los evangélicos latinos emitan un voto pendular determinante en Florida, lo cual potenciaría su influencia y centraría una enorme atención nacional en sus iglesias, su política y sus valores.“Si hay elecciones primarias, no hay duda de que habrá fragmentación en el movimiento conservador y de que eso será cierto también para los evangélicos hispanos”, dijo el reverendo Samuel Rodriguez, pastor en Sacramento, California, y presidente de la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano. “Conocemos los valores que mantenemos y las políticas que queremos. La pregunta que surge es: ¿quién los reflejará de verdad?”.El grupo de Rodriguez celebró una reunión el mes pasado en Tampa, Florida, con cientos de pastores de todo Estados Unidos, donde los asistentes dijeron que entre cada sesión se hablaba más de política que de las Escrituras.La conversación se resumía a una elección: ¿Trump o DeSantis?Son pocos quienes ya tienen una respuesta, lo que no es sorprendente, dado que falta más de un año para las primeras votaciones de la campaña de 2024. Pero hablar de 2024 (de Trump, quien pasó años cortejando a los evangélicos, y de DeSantis, quien se ha inclinado por las batallas culturales que atraen a muchos cristianos conservadores) mostró tanto las mayores expectativas entre los líderes evangélicos hispanos en Florida como su deseo de demostrar la fuerza de su cristianismo, ahora abiertamente politizado.“Tiene que ver con la moral y hay un partido en este momento que refleja nuestra moral”, dijo Dionny Báez, un pastor de Miami que encabeza una red de iglesias. “No podemos tener miedo de recordarle a la gente que tenemos valores por los que los republicanos están dispuestos a luchar. Tengo la responsabilidad de dejar claro en qué creemos. No podemos seguir haciendo de eso un tabú”.Desde hace mucho tiempo, los evangélicos hispanos han tenido una influencia enorme en Florida, donde los latinos conforman casi un 27 por ciento de la población y el 21 por ciento de los ciudadanos que pueden votar. Aunque los superan los hispanos que son católicos romanos, los evangélicos son mucho más proclives a votar por republicanos. En general, los votantes hispanos en el estado favorecieron a los republicanos por primera vez en décadas en las elecciones de medio mandato de noviembre.DeSantis se fue acercando a los evangélicos hispanos a medida que aumentaba su perfil a nivel nacional.Cuando el año pasado promulgó una ley que prohíbe los abortos después de las 15 semanas de gestación, lo hizo en Nación de Fe, una enorme iglesia evangélica hispana en el condado de Osceola. Declaró el 7 de noviembre, un día antes de las elecciones de medio mandato, como el “Día de las Víctimas del Comunismo”, lo cual hacía referencia no solo a los cubanos en el estado, sino a los inmigrantes venezolanos y nicaragüenses, que han contribuido a llenar los bancos de las iglesias evangélicas de Florida. Sus asesores de campaña hablaron en varias ocasiones con pastores hispanos, para cultivar un apoyo que muchos esperan que DeSantis intente capitalizar en una campaña presidencial.Claro que Trump también puede recurrir a sus leales: Rodriguez habló en su toma de posesión en 2017 y otros líderes evangélicos hispanos lo respaldaron.Simpatizantes latinos de Trump en un mitin en Miami en noviembre. Desde el ascenso político del expresidente en 2016, los republicanos han ganado terreno entre los votantes latinos en Florida.Scott McIntyre para The New York TimesPero DeSantis podría complicar la ecuación en las futuras elecciones primarias republicanas en 2024 debido a la concentración y considerable influencia de los evangélicos hispanos en Florida. Muchos ven a DeSantis como un héroe de la pandemia, ya que lo elogian porque no exigió el cierre de las iglesias ni hizo obligatoria la vacunación.Una batalla por las lealtades evangélicas hispanas solo consolidaría aún más su importancia en Florida y más allá, a medida que se organicen y traten de ejercer el poder con mayor eficacia.En Miami y otros lugares, las iglesias evangélicas hispanas abarcan desde pequeños establecimientos comerciales hasta megaiglesias con bandas de seis músicos y cafeterías con todos los servicios. Ciudadanos estadounidenses de segunda y tercera generación rezan junto a inmigrantes recién llegados de Puerto Rico, Venezuela, Cuba y la República Dominicana. Las misas suelen celebrarse en español, aunque muchos fieles son bilingües y desean que sus hijos hablen inglés y español.Muchos no votaron sino hasta la última década y su primer voto fue por Trump en 2016 o 2020. Su estilo político ha servido de modelo para algunos pastores evangélicos latinos que han avivado la ira por las restricciones del coronavirus. Según los pastores, la asistencia a las iglesias aumentó durante la pandemia.En Segadores de Vida, una iglesia evangélica en Southwest Ranches, al oeste de Fort Lauderdale, donde más de 6000 fieles asisten a los servicios dominicales, el reverendo Ruddy Gracia ha subido al púlpito para criticar las restricciones de la pandemia que cerraron iglesias en otros estados y para menospreciar las vacunas contra la COVID-19, exhortando a los congregantes a confiar en la inmunidad divina.En una entrevista, Gracia dijo que sus prédicas sobre política habían atraído a más miembros, muchos de los cuales, añadió, compartían sus dudas sobre el rumbo económico, político y espiritual de Estados Unidos.“Los principios de los liberales en Estados Unidos son malos según las normas bíblicas, no según mis normas —la Biblia—, y eso antes no era así”, dijo Gracia. “Somos ultraconservadores. Así que cada vez que subimos al púlpito o hablamos, en realidad estamos hablando de política”.Gracia, quien emigró de la República Dominicana cuando era joven y ahora tiene 57 años, se describe a sí mismo como “anticuado” en sus ideas sobre el liderazgo, y pasa tiempo leyendo sobre emperadores y generales famosos. Eso influyó en sus opiniones sobre DeSantis y Trump, dijo.“Siempre he sido un gran admirador de las agallas y de ser agresivo, y ambos tienen ese comportamiento de verdadero líder”, dijo, reflexionando en voz alta sobre si los dos rivales republicanos podrían presentarse en una candidatura conjunta. “Veo en estos dos hombres un empuje y una tensión que son extremadamente necesarios en el tipo de mundo en el que vivimos hoy”.Daniel Garza, director ejecutivo de Libre, un grupo conservador centrado en los hispanos, dijo que había asistido a iglesias evangélicas de todo el país y se había dado cuenta de que los pastores hablaban de manera más abierta de política desde el púlpito. “Siempre hemos tenido una familiaridad, pero lo que vemos ahora es una especie de intimidad que no se había visto en el pasado”, dijo.Los evangélicos siguen siendo una minoría entre el electorado latino, pero las encuestas muestran que son mucho más propensos a votar por republicanos que los católicos o aquellos que no tienen una afiliación religiosa, aunque no son un bloque monolítico de votantes.A menudo están más abiertos a relajar algunas normas migratorias que los líderes republicanos e incluso algunos de los que apoyaron a Trump se desanimaron por sus mensajes antiinmigrantes.Báez celebró un bullicioso servicio en la iglesia H2O de Miami. “Tiene que ver con la moral y hay un partido en este momento que refleja nuestra moral”, dijo en una entrevista.Saul Martinez para The New York TimesCuando Trump comenzó su acercamiento a los evangélicos en su campaña de reelección de 2020, lo hizo en el Ministerio Internacional el Rey Jesús, una enorme congregación hispana de Miami. El pastor de la iglesia, Guillermo Maldonado, aseguró a sus miembros, entre los que hay un gran número de inmigrantes indocumentados de Centroamérica y el Caribe, que no tenían que ser ciudadanos estadounidenses para asistir al mitin.Algunos líderes evangélicos hispanos sienten escalofríos ante la idea de que el grupo represente un bloque de voto unificado que favorezca automáticamente a los republicanos. Los evangélicos hispanos son más proclives a elegir a los demócratas que los evangélicos blancos, señalan. Aun así, incluso esos líderes se muestran entusiastas a la hora de describir al grupo como un voto indeciso por excelencia que no está totalmente comprometido con ninguno de los dos partidos.“Ser evangélico no es una denominación política”, dijo Gabriel Salguero, pastor en Orlando que dirige la Coalición Nacional Evangélica Latina y mantiene sus preferencias políticas en privado por una cuestión de principios. “Se trata de nuestra fe en Cristo y nuestro compromiso con el Evangelio. Así que no ponemos nuestra confianza en la política, pero deberíamos participar”.En todo el país, muchos líderes evangélicos hispanos han adoptado hablar más explícitamente de política en sus sermones.Báez, pastor de la red de iglesias, evitó durante años cualquier mención a la política cuando su púlpito estaba en Filadelfia. Consideraba que su papel en aquel momento estaba por encima de la política. Incluso, rara vez votaba.Pero desde que se mudó a Florida en 2019 y comenzó una nueva congregación que se reúne en un antiguo club nocturno en el centro de Miami, casi nunca duda en hablar sobre temas políticos.Báez bautizando a una integrante de la iglesia durante un servicio en H20 Miami. Después de evitar la política durante muchos años, dijo, ahora rara vez duda en hablar del tema.Saul Martinez para The New York TimesBáez ha contado a los feligreses su decisión de dejar de permitir que sus hijos pequeños vean películas de Disney. Dijo que la compañía había ido demasiado lejos en su apoyo a los derechos de las personas trans, y aplaudió la ley aprobada el año pasado por DeSantis y los republicanos del estado que restringe la instrucción en las aulas sobre orientación sexual e identidad de género.Báez también se ha opuesto abiertamente a las escuelas que educan a los niños sobre la identidad de género.“Ningún profesor debería hablar a los niños pequeños sobre la sexualidad; déjame a mí como padre hacer eso”, dijo, y agregó que se dio cuenta por primera vez de la cuestión durante los debates de la llamada ley de los baños hace años. “Nos hemos pasado a las opiniones extremas al respecto. Tenemos que respetar a los padres, no imponer un punto de vista”.Cada domingo, Báez celebra un bullicioso servicio en H2O Miami, como se conoce a la iglesia, con cientos de personas reunidas alrededor de mesas para cantar junto a una banda de rock cristiano, levantando las manos en señal de alabanza. Cuando terminan los servicios, de dos horas de duración, los feligreses se abrazan y se reúnen al borde del escenario para pedir a Báez y a su esposa que pongan sus manos sobre ellos en oración.Al igual que otros líderes evangélicos hispanos, Báez cuenta con un gran número de fieles simpatizantes tanto en Estados Unidos como en América Latina y casi un millón de seguidores en las redes sociales. Aparece con frecuencia en la televisión en español, por lo general centrándose en mensajes optimistas de esperanza en lugar de menciones explícitas a Jesús o a los valores conservadores.“Hay una razón por la que la mayoría de los latinos son liberales: es lo que ven en la televisión”, dijo mientras desayunaba en el jardín de su casa en Miramar, un suburbio a media hora al norte de Miami. “Queremos dar una visión alternativa a eso”.Jennifer Medina es una reportera de política estadounidense y cubre las actitudes políticas y el poder con énfasis en el oeste de Estados Unidos. Originaria del sur de California, ha pasado varios años cubriendo la región para la sección Nacional. @jennymedina More

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    Hispanic Evangelical Leaders Ask: Trump or DeSantis?

    In Florida, where Hispanic evangelicals carry outsize influence, many of their pastors view the budding 2024 rivalry as a sign of the potency of their unabashedly politicized Christianity.MIAMI — Gov. Ron DeSantis of Florida hasn’t announced he’s running for president yet. But among the right-leaning voting blocs that are pulling for him to enter the 2024 primary field are some of his biggest fans: Hispanic evangelical Christians.It’s not that they’re opposed to the one Republican who has already declared himself a candidate, former President Donald J. Trump. But a showdown between the two titans of the right wing could turn Latino evangelicals into a decisive swing vote in Florida — supercharging their influence and focusing enormous national attention on their churches, their politics and their values.“If there is a primary, there’s no doubt there will be fragmentation in the conservative movement, and there’s total certainty that will be true of Hispanic evangelicals as well,” said the Rev. Samuel Rodriguez, a pastor in Sacramento, Calif., and the president of the National Hispanic Christian Leadership Conference. “We know the values we keep and the policies we want. The question that arises is, who will really reflect those?”Mr. Rodriguez’s group held a gathering last month in Tampa, Fla., with hundreds of pastors from across the country, where attendees said the hallways buzzed between sessions with more chatter about politics than about Scripture.Much of it, they said, came down to a choice: Trump or DeSantis?Few have settled on an answer yet, not surprisingly given that the first votes of the 2024 campaign are over a year away. But the talk of 2024 — of Mr. Trump, who spent years courting evangelicals, and of Mr. DeSantis, who has leaned into the cultural battles that appeal to many conservative Christians — showed both the heightened expectations among Hispanic evangelical leaders in Florida and their desire to demonstrate the potency of their now unabashedly politicized Christianity.“It is about morals, and there is one party right now that reflects our morals,” said Dionny Báez, a Miami pastor who leads a network of churches. “We cannot be afraid to remind people that we have values that the Republicans are willing to fight for. I have a responsibility to make clear what we believe. We can no longer make that taboo.”Hispanic evangelicals have long had outsize influence in Florida, where Latinos make up roughly 27 percent of the population and 21 percent of eligible voters. Though they are outnumbered among Hispanics by Roman Catholics, evangelicals are far more likely to vote for Republicans. Overall, Hispanic voters in the state favored Republicans for the first time in decades in the midterm elections in November.Mr. DeSantis has courted Hispanic evangelicals assiduously as his national profile has risen.When he signed a law last year banning abortions after 15 weeks, he did so at Nación de Fe, a Hispanic evangelical megachurch in Osceola County. He declared Nov. 7, the day before the midterm election, as “Victims of Communism Day,” appealing not just to Cubans in the state, but also immigrants from Venezuela and Nicaragua, who have helped swell the pews of evangelical churches in Florida. His campaign aides frequently spoke with Hispanic pastors, cultivating support that many expect Mr. DeSantis to try to capitalize on in a presidential campaign.Of course, Mr. Trump, too, can call upon loyalists: Mr. Rodriguez spoke at his inauguration in 2017, and other Hispanic evangelical leaders endorsed him.Latino supporters of Mr. Trump at a rally in Miami in November. Since the former president’s political ascent in 2016, Republicans have made gains among Latino voters in Florida.Scott McIntyre for The New York TimesBut Mr. DeSantis could complicate the equation in a potential 2024 Republican primary because of Hispanic evangelicals’ concentration and considerable sway in Florida. Many view Mr. DeSantis as a hero of the pandemic, praising him for not requiring churches to shut down or instituting vaccine mandates.What to Know About Donald Trump TodayCard 1 of 4Donald J. Trump is running for president again, while also being investigated by a special counsel. And his taxes are an issue again as well. Here’s what to know about some of the latest developments involving the former president:Tax returns. More

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    Florida, a ‘Microcosm of the Country’

    The Times’s Miami bureau chief, Patricia Mazzei, shares what it’s like to cover hurricanes and elections, sometimes in the same day.The day before Hurricane Ian touched down in Florida, cars in bumper-to-bumper traffic lined State Road 60, headed southeast, away from Tampa to avoid the storm. Patricia Mazzei, The Times’s Miami bureau chief since 2017, was in one of the few vehicles driving on the other side of the road, toward Tampa.“It’s a very strange feeling,” Ms. Mazzei, who worked at The Miami Herald for a decade before joining The Times, said of driving toward a storm, which she sometimes has to do for her work. “It’s always that way, but it doesn’t stop being weird.”Ms. Mazzei and a team of journalists covered the hurricane and its aftermath from the ground in Tampa and the Fort Myers area. The devastation was the latest headline-grabbing event for a state that has recently been at the forefront of the news cycle, with the F.B.I.’s seizure of documents from former President Donald J. Trump’s Mar-a-Lago estate and the flights arranged by Gov. Ron DeSantis that transported migrants from Texas to Martha’s Vineyard.In a video call, Ms. Mazzei discussed the often frenetic pace of news in the state and how she keeps track of it all. This interview has been edited.Hurricane Ian has dominated both local and national news coverage in recent weeks. How do you approach the different facets of hurricane coverage?The Aftermath of Hurricane IanThe Victims: The storm, Florida’s deadliest since 1935, has been linked to the deaths of at least 119 people in the state. Many were at least 60, and dozens died by drowning.A Housing Crisis: As the extent of the damage from Ian comes into focus, many in Florida are uncertain of their next chapter, fearing they may become homeless.Uncertain Future: Older people displaced by Hurricane Ian are confronting a wrenching situation: At their age, remaking the lives they loved so much in Florida may not be possible.Lack of Insurance: In the Florida counties hit hardest by Ian, less than 20 percent of homes had flood insurance, new data show. Experts say that will make rebuilding harder.There is so much news in this region that it is more manageable to think of it in pieces. Sometimes you feel as if you’re in the middle of the vortex: How many articles have been written this week? How many different topics have come up? Because we’re coming at it from a news lens, most things are not necessarily related. There’s stuff happening in court. There are natural disasters. There are these things that aren’t related — they just happen to happen at the same time.You always know in an election year that the fall — when storm season and election season overlap — is going to be very busy. You’re hoping there’s no storm, but you have to pivot depending on any given moment. In 2018, we were covering the midterms, and Hurricane Michael hit the Panhandle. It’s 2022 and we’re covering the midterms, and Hurricane Ian hits southwest Florida.What audience are you thinking about in your report?Florida is a microcosm of the country, generally speaking. There’s a lot of interest from people in other places about this state because they have connections to it, either through family or work or vacation. You want the people who are represented in the stories, in the communities that you are in, to feel represented. And you want people nationally and internationally who maybe have never been in a hurricane to understand what it means.You want it to be informational, not just for the locals. It’s a balancing job, trying to let people who might not be in southwest Florida understand the geography of this place.Is there a specific moment of surprise or immediacy that you remember from any of these bigger news events?We were reporting a story following up on the migrants who were sent to Martha’s Vineyard by the state of Florida when Hurricane Ian took aim. I had to send my outline and my notes for my part of the story to my colleagues and then just be like, I can’t do this anymore. I’ve got to find gas, I have to get supplies. I’ve got to move out west. It sort of encapsulated the whiplash, and the fact that you have to be flexible and lean on your colleagues.Is that whiplash unsettling?It’s what we do. The lead-up to storms is stressful in a different way than actually covering them. There’s a lot of waiting and a lot of anxiety. You have to be worried about flash flooding. You’re not going to have connectivity, so how are you going to let people know to be safe? There’s a lot of worrying and planning. And then once the storm hits, you have to try to get a sense of the scope of the destruction by just going one foot at a time, one town at a time, to see how it looks.It’s stressful on both ends. But the more you do it, the more it becomes something that you know how to plan for. It helps to get experience and have a plan going into the next one.Do you think the hurricane is attached as a news story to the political news cycle?We have to wonder how the election is going to look in southwest Florida because it is the base of the Republican Party. The governor wants to keep things as normal as possible, but hurricanes sometimes require special accommodations for people to vote afterward. The long-term effects — in this case, long term is a month to the election — we’re going to have to see how one thing ends up affecting the other. More

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    Will Miami's Mayor Francis Suarez be Nikki Haley’s Vice Presidential Pick for 2024?

    Big names in tech including Peter Thiel and Keith Rabois have moved to Miami in the past year. Mayor Francis Suarez is welcoming them with open arms in his zeal to transform Miami into the next tech hub. The sell? Sunshine, low taxes and a mayor who is always willing to take their calls (or, as Kara Swisher puts it, “pet them.”)In this conversation, Swisher presses Suarez on whether Miami — a city with rising sea levels and without an institution like Stanford in its back yard — can really become the next Silicon Valley. She also asks what he’s angling for in the long term. Suarez, a Republican, attracted national attention during the pandemic for his tensions with Florida’s governor, Ron DeSantis, and President Donald Trump.He’s now rumored to be a contender to be Nikki Haley’s running mate in the 2024 presidential race — speculation that he also welcomes with open arms. “I certainly was not shy about wanting to build a bond and a relationship with her,” he says. So, does Suarez want to be on a Republican ticket? His answer: “I wouldn’t say no.”Illustration by The New York Times; photograph by Pete Marovich for The New York TimesThoughts? Email us at sway@nytimes.com. Transcripts of each episode are available midday.Special thanks to Shannon Busta, Liriel Higa, Michelle Harris and Isvett Verde.“Sway” is produced by Nayeema Raza, Blakeney Schick, Heba Elorbany, Matt Kwong and Daphne Chen, and edited by Nayeema Raza and Paula Szuchman; fact-checking by Kate Sinclair; music and sound design by Isaac Jones; mixing by Erick Gomez. More