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    Newsom Opens a Double-Digit Lead in Recall Election Polls

    When the campaign to recall Gov. Gavin Newsom qualified for the ballot in April, Democrats scoffed. It was a futile piece of theater from the far right, they said. California is, after all, one of the bluest states in the country.Then, abruptly and to Democrats’ alarm, the polls tightened. “Keep” and “remove” drew almost even. The party dispatched leaders as high as Vice President Kamala Harris to campaign with Mr. Newsom.And now, with the election days away, we seem to have circled right back to where we started.Mr. Newsom has opened a double-digit lead in recent polls, and it appears to be growing. A polling average compiled by FiveThirtyEight had “keep” at 55.7 percent and “remove” at 41.3 percent as of Friday afternoon, and an average compiled by RealClearPolitics showed an even bigger gap, 56.7 percent to 41 percent. The last time an individual poll in either of those averages showed “remove” ahead was in early August.The most recent poll was released Friday by The Los Angeles Times and the University of California, Berkeley, and found “keep” ahead by more than 20 percentage points.The shift appears to have been driven by growing Democratic engagement — many Democrats were not paying attention to the recall before, or ignored it because they thought it would easily fail — and by Democrats’ success in reframing the campaign as a binary choice between Mr. Newsom and one Republican challenger, Larry Elder, as opposed to a referendum on Mr. Newsom himself.Of course, polls are fallible — as the 2016 and 2020 elections certainly proved — and upsets are always possible. But the advantage, and the momentum, clearly belongs to Mr. Newsom. More

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    Revocatoria en California: cómo podrían cambiar las confusas reglas del proceso

    Dos tercios de los californianos apoyan una reforma al procedimiento detrás de la revocatoria.La inminente elección para revocar al gobernador Gavin Newsom ha revelado cierta paradoja entre los californianos: valoramos mucho nuestra capacidad para retirar de su cargo a los líderes electos pero creemos que el proceso para lograrlo es profundamente defectuoso.En las últimas semanas ha habido cada vez más llamados para reformar las leyes de revocatoria del estado así como una demanda (ahora descartada) que indicaba que la próxima votación es inconstitucional. Para el mes de julio, dos tercios de los californianos decían que el proceso exigía un cambio, según una encuesta del Instituto de Política Pública de California.La verdad es que las revocatorias en California son confusas. En esta elección, algunos votantes no están seguros si pueden responder ambas preguntas de la papeleta. A muchos les desconcierta cómo es que alguien que obtenga 10 por ciento de los votos podría convertirse en gobernante de 40 millones de personas.“No es una estructura saludable”, me dijo Raphael Sonenshein, director ejecutivo del Instituto Pat Brown de Asuntos Públicos de la Universidad Estatal de California en Los Ángeles. “Espero que después de esta nos sentemos a decir, ‘Tiene que haber mejores reglas’”.Pero, como tantas otras cosas, se dice fácil. Lo complicado es lograrlo.[Este es un fragmento del boletín California Today, que se envía en inglés de lunes a viernes, con todo lo que necesitas saber sobre la actualidad en el estado dorado. Puedes suscribirte aquí].Los elementos básicos del proceso de revocación de California están planteados en la Constitución del Estado, donde, en 1911, se consagró nuestro derecho a revocar.Y enmendar la Constitución es un proceso complicado de dos pasos:En primer lugar, la Legislatura estatal tendría que aprobar la enmienda propuesta con el apoyo de dos terceras partes de ambas cámaras. (O, los votantes podrían reunir alrededor de un millón de firmas de apoyo, aunque los expertos dicen que es menos probable).Luego, la enmienda aparecería en una boleta para todo el estado, donde requeriría una mayoría simple para convertirse en ley.“Los grandes temas que tienen a la gente liada, todas esas cosas están en la Constitución”, me dijo Matt Coles, profesor de Derecho en la Universidad de California, Hastings.Hay otros cambios menos fundamentales que podría aprobar la Legislatura que no necesitan la anuencia de los votantes, como la prohibición de pagar por reunir firmas. Pero las ideas que con más frecuencia he escuchado requerirían enmiendas constitucionales.Los presento a continuación:Más firmas para aparecer en la papeletaPara lograr una revocatoria la Constitución de California requiere que los partidarios recolecten firmas equivalentes al 12 por ciento del total de votos emitidos en la elección anterior para gobernador.Se trata de uno de los umbrales más bajos del país y parte del motivo por el que California es la capital no oficial de la revocatoria en Estados Unidos, dicen los expertos.“Solo en 2020, al menos 14 gobernadores enfrentaron intentos de revocatoria, pero solo el intento de California procedió a las urnas”, escribió el consejo editorial del Times el jueves, al decir que eso se debía “en parte a que esos otros estados tienen umbrales más elevados”.En la encuesta del Instituto de Políticas Públicas de California, más de la mitad de los californianos apoyaron elevar el límite al 25 por ciento, un nivel común en otros estados.El senador estatal Josh Newman, demócrata por Fullerton que fue revocado en 2018, me dijo que se proponía presentar una ley el año entrante para elevar el umbral a 20 por ciento.El jueves se procesaron las boletas de voto por correo en el condado de Los Ángeles.Frederic J. Brown/Agence France-Presse — Getty ImagesRestringir las revocatorias a actividades ilegales o poco éticasEn la actualidad, un funcionario electo en California puede ser destituido por cualquier motivo; esta es una disposición explícitamente establecida en la Constitución.Pero el 60 por ciento de los habitantes del estado están a favor de reglas que permitan la destitución solo en caso de que haya comportamiento ilegal o inmoral, según una encuesta reciente.Reemplazar al gobernador destituido con el vicegobernadorEn algunos estados, como Oregón y Michigan, el vicegobernador reemplaza automáticamente a un gobernador que ha sido revocado por los votantes.Pero en California, así como en la mayoría de los 19 estados que permiten la revocación de funcionarios estatales, la elección queda en manos de los votantes.Newman me dijo que planeaba proponer una enmienda constitucional a principios del año entrante para modificar esa disposición, lo que eliminaría la pregunta sobre el reemplazo en la papeleta.“Eso es lo que crea un incentivo para llevar a cabo una votación revocatoria”, dijo. “Alguien podría colarse con una pluralidad muy reducida” de votos.El senador estatal Ben Allen, demócrata por Santa Mónica, tiene una solución diferente. Allen también ha presentado una enmienda constitucional que permitiría que un funcionario que enfrenta la revocatoria también se postule como candidato de reemplazo.Otros han sugerido que la elección por el reemplazo se lleve a cabo en una fecha distinta a la elección por la revocatoria. Y se explora la posibilidad de llevar a cabo una segunda vuelta entre los dos candidatos de reemplazo más votados.Pero, una vez más, todos estos cambios requerirían modificar la Constitución de California. More

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    How Seriously Broken Is California’s Recall Election?

    California’s process for recalling its governor is so broken, some Democratic strategists are encouraging a vote for a Republican former San Diego mayor because “he’s not insane.” Millions of mail-in ballots were already cast before the state even released a list of qualified write-in candidates to potentially replace the sitting governor, Gavin Newsom, a Democrat, leaving voters to choose from a list of 46 mostly gadflies and wannabes.Voters are asked to answer two questions: First, do they want to recall Mr. Newsom, and second, if he is recalled, whom do they want to replace him? The governor can be recalled through a simple majority vote. His replacement needs only a plurality, no matter how small. This means that Mr. Newsom could win the support of 49 percent of voters and still be recalled. A candidate vying to replace him could be elected with half of that support, or even less.Election rules don’t allow for Mr. Newsom’s name to appear on the ballot, as is the case in a number of other states with recall rules, or for him to serve if he wins as a write-in candidate. That structure may amount to unconstitutional disenfranchisement. Another wrinkle: In order for votes for write-in candidates to count, the person written in must have filed paperwork to qualify. The list of qualified write-in candidates wasn’t made public until last Friday, less than two weeks before polls close on Sept. 14 — but weeks after mail-in ballots were sent out.Scrapping the century-old recall system altogether would deny California voters an important check on their top elected official. Whatever the result of the Newsom recall effort, however, the process is well past due for an overhaul.For starters, California’s recalls can happen in off-years, which makes them ripe for manipulation by the minority party. There have been at least 179 recall attempts in California since the measure was adopted by voters in 1911, and every governor since 1960 has faced at least one.The timing also means a far smaller electorate ends up determining who is the state’s leader. Special elections will always draw fewer voters, but for something as consequential as the governorship of the country’s most populous state, every effort should be made to increase turnout, including potentially requiring them to be held during regularly scheduled votes. Voters in off-cycle elections generally skew older, whiter and more conservative, a recent study led by the University of California, San Diego, found. In other words, not very representative of California’s population.Early polling suggested that as few as one-third of the state’s 22.3 million registered voters may participate this time — and they are facing a dizzying array of choices for Mr. Newsom’s potential successor. The slate is a ragtag bunch including the former Olympian Caitlyn Jenner, YouTube star Kevin Paffrath and mononymous billboard personality Angelyne. Kevin Faulconer, a former San Diego mayor, is among the few with any prior political experience.The leading candidate is the Republican talk-radio host Larry Elder, whose conservative policy positions — including his opposition to mask mandates, abortion rights and a minimum wage, as well as his troubling views on women’s rights and climate change — aren’t in line with any statewide election result in California for decades.Yet polls show he is the top candidate with the support of just 20 percent of likely voters. In California’s recall scheme, he could assume the governor’s office with well under two million votes, compared with the 7.7 million votes Mr. Newsom won in the regular 2018 election.“The system as it’s designed allows a minority faction that really has no hope of winning statewide election to get a recall on the ballot,” said Chris Elmendorf, a professor at the University of California, Davis, School of Law, who studies elections.Some Californians point to the last recall election, in 2003, as evidence that the system works. That year, voters booted Gray Davis, a Democrat, and replaced him with Arnold Schwarzenegger, a Republican. While Mr. Schwarzenegger fell short of winning an outright majority, at least more people voted for him than voted to keep Mr. Davis.But is that good enough? There are numerous ways that California should reform its recall system.First, it ought to shift the burden of winning majority support from the incumbent — who was, after all, duly elected by the voters — and put it on the recall effort. There is a reason that impeaching and removing the president requires not only a majority vote in the House but also a supermajority in the Senate. In a democracy, the results of a regularly scheduled election should not be overturned before the next election except in the most extraordinary circumstances.Other states with recall provisions, like Minnesota and Washington, require an act of malfeasance or a conviction for a serious crime for the recall to proceed. Mr. Newsom’s maskless dinner at a high-end restaurant to celebrate a lobbyist’s birthday, which buttressed the recall effort, was certainly hypocritical and tone-deaf, but it shouldn’t alone be grounds for early eviction from office.Another needed reform is to make it harder to get a recall on the ballot in the first place. Among the 18 other states with voter recall measures, none have a lower threshold than California’s. It takes signatures equal to just 12 percent of the total votes cast in the previous gubernatorial election to initiate a recall in California. In many other states, the threshold is 25 percent. In Kansas, the bar is 40 percent. In 2020 alone, at least 14 governors nationwide faced recall efforts, but only California’s attempt proceeded to a ballot, according to Joshua Spivak, a senior fellow at Wagner College’s Hugh L. Carey Institute for Government Reform and the author of a recent book on recall elections. That’s due in part to those other states’ higher thresholds. California already has a more stringent 20 percent standard for recalls of state lawmakers and judges. That would make sense for governors as well.Finally, California’s system discourages the sitting governor’s party from backing a replacement candidate for fear of bolstering the recall effort. That’s why Mr. Newsom asked voters to vote “no” on the recall and leave the second question blank. Doing so makes it even more likely that a candidate from the opposing party will win.Another fix would be to hold the vote on the recall itself on a different day than the vote on a successor, as several other states do. That would give replacement candidates time to put together a campaign on the issues, rather than just on the recall itself.Alternatively, lawmakers should consider requiring a recalled governor’s seat to be turned over to the democratically elected lieutenant governor, who would otherwise assume the post if the governor died, resigned or was impeached.Properly conducted, recalls can serve an important function in representative democracies, a salve for buyer’s remorse in extreme circumstances. But it should be in the state’s interest to have the broadest and most diverse electorate possible. That’s not now the case in California, where many people aren’t even aware the recall election is happening, even though ballots were sent to all registered voters in the state.A system that allows a legitimately elected governor to be replaced with a fringe candidate winning only a small fraction of the vote is in desperate need of reform. California voters should vote no on the recall question, and the Legislature should, at last, begin the work of revising the state’s recall elections.The Times is committed to publishing a diversity of letters to the editor. We’d like to hear what you think about this or any of our articles. Here are some tips. And here’s our email: letters@nytimes.com.Follow The New York Times Opinion section on Facebook, Twitter (@NYTopinion) and Instagram. More

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    Newsom pide a los votantes que dejen la mitad de la papeleta en blanco. Este es el motivo

    El gobernador de California enfrenta un voto para revocar su mandato en los próximos días. La esperanza de los demócratas es que los votantes se concentren en la primera pregunta y no en la segunda.A diferencia de las papeletas interminables que los californianos suelen encontrar a la hora de votar, las boletas en la votación por la revocatoria del gobernador Gavin Newsom solo plantean dos preguntas:¿Newsom debe retirarse del cargo? Y ¿quién debe reemplazarlo?Y como parte de su estrategia para evitar la revocatoria, Newson ha pedido a los votantes que dejen sin responder la segunda pregunta, lo que ha confundido a algunas personas.“La mayor confusión de esta elección es cuáles son tus derechos al participar en esta elección de reemplazo”, dijo Raphael Sonenshein, director ejecutivo del Instituto Pat Brown de Asuntos Públicos de la Universidad Estatal de California en Los Ángeles. “Votar debería ser sencillo y esto no es tan sencillo”.Un cálculo complicado para los demócratasLas revocatorias en California son un proceso de dos pasos: los votantes deciden si deben retirar de su cargo a un candidato y también quién debe ser el remplazo.La ley en California es inusual debido a que requiere que ambas elecciones sucedan el mismo día y en la misma papeleta. Y el titular, en este caso Newsom, no tiene permitido postular en la elección de reemplazo..css-1xzcza9{list-style-type:disc;padding-inline-start:1em;}.css-3btd0c{font-family:nyt-franklin,helvetica,arial,sans-serif;font-size:1rem;line-height:1.375rem;color:#333;margin-bottom:0.78125rem;}@media (min-width:740px){.css-3btd0c{font-size:1.0625rem;line-height:1.5rem;margin-bottom:0.9375rem;}}.css-3btd0c strong{font-weight:600;}.css-3btd0c em{font-style:italic;}.css-1kpebx{margin:0 auto;font-family:nyt-franklin,helvetica,arial,sans-serif;font-weight:700;font-size:1.125rem;line-height:1.3125rem;color:#121212;}#NYT_BELOW_MAIN_CONTENT_REGION .css-1kpebx{font-family:nyt-cheltenham,georgia,’times new roman’,times,serif;font-weight:700;font-size:1.375rem;line-height:1.625rem;}@media (min-width:740px){#NYT_BELOW_MAIN_CONTENT_REGION .css-1kpebx{font-size:1.6875rem;line-height:1.875rem;}}@media (min-width:740px){.css-1kpebx{font-size:1.25rem;line-height:1.4375rem;}}.css-1gtxqqv{margin-bottom:0;}.css-19zsuqr{display:block;margin-bottom:0.9375rem;}.css-12vbvwq{background-color:white;border:1px solid #e2e2e2;width:calc(100% – 40px);max-width:600px;margin:1.5rem auto 1.9rem;padding:15px;box-sizing:border-box;}@media (min-width:740px){.css-12vbvwq{padding:20px;width:100%;}}.css-12vbvwq:focus{outline:1px solid #e2e2e2;}#NYT_BELOW_MAIN_CONTENT_REGION .css-12vbvwq{border:none;padding:10px 0 0;border-top:2px solid #121212;}.css-12vbvwq[data-truncated] .css-rdoyk0{-webkit-transform:rotate(0deg);-ms-transform:rotate(0deg);transform:rotate(0deg);}.css-12vbvwq[data-truncated] .css-eb027h{max-height:300px;overflow:hidden;-webkit-transition:none;transition:none;}.css-12vbvwq[data-truncated] .css-5gimkt:after{content:’See more’;}.css-12vbvwq[data-truncated] .css-6mllg9{opacity:1;}.css-qjk116{margin:0 auto;overflow:hidden;}.css-qjk116 strong{font-weight:700;}.css-qjk116 em{font-style:italic;}.css-qjk116 a{color:#326891;-webkit-text-decoration:underline;text-decoration:underline;text-underline-offset:1px;-webkit-text-decoration-thickness:1px;text-decoration-thickness:1px;-webkit-text-decoration-color:#326891;text-decoration-color:#326891;}.css-qjk116 a:visited{color:#326891;-webkit-text-decoration-color:#326891;text-decoration-color:#326891;}.css-qjk116 a:hover{-webkit-text-decoration:none;text-decoration:none;}Lo anterior plantea un cálculo político complicado para los demócratas: ¿cómo apoyar a un candidato de reemplazo si en primer lugar no deseas que el gobernador sea reiterado del cargo?Hay dos alternativas principales:A) Apoyar a un demócrata políticamente alineado en la contienda por el reemplazo y albergar la esperanza de que el candidato no sea tan popular como para que la gente lo elija para destituir a Newsom porque prefieren contar con un respaldo.B) Saltarse la segunda pregunta y concentrarse en la primera.Esta última opción parece ser la estrategia a la que le apuesta Newsom.En la elección de 2003 para revocar a otro gobernador demócrata, Gray Davis, el partido tomó una ruta diferente. Cruz Bustamante, el popular vicegobernador demócrata, se postuló como candidato de reemplazo. Sin embargo, cuando Davis fue retirado del cargo, fue reemplazado por Arnold Schwarzenegger, un candidato republicano.Joshua Spivak, investigador principal del Instituto Hugh L. Carey para la Reforma Gubernamental del Wagner College, dijo que no existe evidencia de que tener un candidato destacado del partido en la boleta de reemplazo aumente las probabilidades del titular de permanecer en el cargo. En otras palabras, la estrategia de Newsom puede ser la mejor manera de evitar que lo revoquen.“Cuando estás en la mayoría tiene mucho sentido presentar una dura elección y que haya dos personas a las cuales elegir no es una dura elección”, dijo Spivak. “La percepción que causa decir ‘Ignoren la segunda pregunta’, creo que es especialmente mala, pero no así la lógica detrás, que sí tiene mucho sentido”.La desventaja de dejar en blanco la boletaLa confusión, no obstante, impera.En una encuesta publicada el miércoles, el 49 por ciento de los probables votantes dijeron o que no sabían por quién votar o que no pensaban responder la segunda pregunta. Algunos diarios de California que han recomendado votar en contra de la revocatoria han recomendado dejar la segunda pregunta en blanco mientras que otros han llamado a hacer lo contrario.Jessica Levinson, profesora de ley electoral en la Facultad Loyola de Derecho en Los Ángeles dijo que era un “desastre” que los integrantes del Partido Demócrata, que deberían defender el derecho al voto, recomienden a la gente dejar secciones de la boleta en blanco.“¿Por qué recomendarías no ejercer el derecho a decidir quién debería ser el próximo gobernador?”, dijo. More

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    Revocatoria en California: ¿por qué no participan los latinos?

    Los votantes hispanos conforman una tercera parte del electorado estatal. El gobernador Gavin Newsom, que enfrenta una votación para retirarlo del cargo, no ha logrado conectar con ellos.LOS ÁNGELES — El poder de los latinos nunca ha sido tan fuerte en California.Son el grupo étnico más numeroso en el estado y constituyen aproximadamente el 30 por ciento de los votantes registrados. Desde hace décadas impulsan las victorias de los demócratas y han ayudado a que el partido obtenga supermayorías en ambas cámaras de la legislatura estatal, donde los senadores y asambleístas latinos ocupan puestos poderosos y han aprobado leyes que se destacan por su apertura hacia la inmigración.Pero ahora que el gobernador Gavin Newsom intenta mantenerse en el poder durante una elección revocatoria que se celebra en apenas unos días, los mismos votantes latinos con los que cuenta parecen indecisos y poco participativos ante la posibilidad de que lo retiren del cargo.En 2018, las encuestas de salida mostraron que Newsom contaba con el apoyo de alrededor de dos terceras partes del total de latinos. Ahora, los sondeos sugieren que los latinos están divididos casi en partes iguales sobre la elección revocatoria. Y hasta el momento, solo el 15 por ciento de todos los latinos registrados para votar han enviado por correo sus papeletas, en contraste con el 29 por ciento de los votantes blancos, según Political Data Inc., un grupo de investigación con sede en Sacramento.Los sentimientos encontrados, para muchos votantes latinos, surgen de la larga batalla contra la pandemia, pues enfrentan desempleo y mayores tasas de contagios y mortalidad. Otros perciben una desconexión profunda con el Partido Demócrata y con el propio Newsom, un multimillonario dueño de una bodega en Napa a quien ven como alguien distante y frío.Entrevistas con votantes latinos, estrategas y activistas estatales revelan que los hispanos sienten una frustración que Newsom jamás ha abordado. La pandemia arraigó la desigualdad en todo el estado y profundizó el descontento en torno a una división de clase generalizada. La riqueza de Newsom resalta esa brecha.Karla Ramirez, una demócrata de 43 años que vive en Downey, un suburbio muy latino al sureste de Los Ángeles, dijo que creía que Newsom había manejado bien la pandemia, en general. Pero Ramirez, que es propietaria junto con su marido de un negocio de limpieza comercial, dijo que no planeaba participar en la contienda y no tenía los medios para prestarle atención a la política estatal mientras el virus seguía arrasando. Su hija de 9 años y su esposo dieron positivo a COVID-19 y están recuperándose de síntomas leves.Todos los votantes registrados han recibido papeletas por correo y tienen la alternativa de enviarlas a través del servicio postal, ir a depositarlas en las urnas o acudir a votar en persona desde ahora hasta el 14 de septiembre, día de la elección. Ramirez ya no tiene la opción de votar por correo.“Me llegó la boleta y la tiré a la basura. Siento que no podría ser justa”, dijo Ramirez. “Estoy ocupada con el regreso de mis hijos a la escuela y con la vacunación”.Karla Ramirez, quien vive en Downey, un suburbio de Los Ángeles, dijo que no votará en las elecciones revocatorias.Jenna Schoenefeld para The New York TimesA solo una semana del cierre de las urnas, las encuestas públicas sugieren que Newsom seguirá en el cargo. Pero muchos ven su dificultad con los votantes hispanos como una preocupante señal para los demócratas, tanto a nivel estatal como nacional, y como un atisbo de las consecuencias del fracaso para conectar con una fuerza política vital cuya lealtad está en juego. Los demócratas se alarmaron luego de la elección presidencial de 2020 cuando muchos votantes hispanos en Florida, Texas y otras zonas del país se inclinaron por el presidente Donald Trump. Pero este problema podría llegar a tener más consecuencias en un estado en el que los latinos representan casi una tercera parte del electorado..css-1xzcza9{list-style-type:disc;padding-inline-start:1em;}.css-3btd0c{font-family:nyt-franklin,helvetica,arial,sans-serif;font-size:1rem;line-height:1.375rem;color:#333;margin-bottom:0.78125rem;}@media (min-width:740px){.css-3btd0c{font-size:1.0625rem;line-height:1.5rem;margin-bottom:0.9375rem;}}.css-3btd0c strong{font-weight:600;}.css-3btd0c em{font-style:italic;}.css-w739ur{margin:0 auto 5px;font-family:nyt-franklin,helvetica,arial,sans-serif;font-weight:700;font-size:1.125rem;line-height:1.3125rem;color:#121212;}#NYT_BELOW_MAIN_CONTENT_REGION .css-w739ur{font-family:nyt-cheltenham,georgia,’times new roman’,times,serif;font-weight:700;font-size:1.375rem;line-height:1.625rem;}@media (min-width:740px){#NYT_BELOW_MAIN_CONTENT_REGION .css-w739ur{font-size:1.6875rem;line-height:1.875rem;}}@media (min-width:740px){.css-w739ur{font-size:1.25rem;line-height:1.4375rem;}}.css-9s9ecg{margin-bottom:15px;}.css-uf1ume{display:-webkit-box;display:-webkit-flex;display:-ms-flexbox;display:flex;-webkit-box-pack:justify;-webkit-justify-content:space-between;-ms-flex-pack:justify;justify-content:space-between;}.css-wxi1cx{display:-webkit-box;display:-webkit-flex;display:-ms-flexbox;display:flex;-webkit-flex-direction:column;-ms-flex-direction:column;flex-direction:column;-webkit-align-self:flex-end;-ms-flex-item-align:end;align-self:flex-end;}.css-12vbvwq{background-color:white;border:1px solid #e2e2e2;width:calc(100% – 40px);max-width:600px;margin:1.5rem auto 1.9rem;padding:15px;box-sizing:border-box;}@media (min-width:740px){.css-12vbvwq{padding:20px;width:100%;}}.css-12vbvwq:focus{outline:1px solid #e2e2e2;}#NYT_BELOW_MAIN_CONTENT_REGION .css-12vbvwq{border:none;padding:10px 0 0;border-top:2px solid #121212;}.css-12vbvwq[data-truncated] .css-rdoyk0{-webkit-transform:rotate(0deg);-ms-transform:rotate(0deg);transform:rotate(0deg);}.css-12vbvwq[data-truncated] .css-eb027h{max-height:300px;overflow:hidden;-webkit-transition:none;transition:none;}.css-12vbvwq[data-truncated] .css-5gimkt:after{content:’See more’;}.css-12vbvwq[data-truncated] .css-6mllg9{opacity:1;}.css-qjk116{margin:0 auto;overflow:hidden;}.css-qjk116 strong{font-weight:700;}.css-qjk116 em{font-style:italic;}.css-qjk116 a{color:#326891;-webkit-text-decoration:underline;text-decoration:underline;text-underline-offset:1px;-webkit-text-decoration-thickness:1px;text-decoration-thickness:1px;-webkit-text-decoration-color:#326891;text-decoration-color:#326891;}.css-qjk116 a:visited{color:#326891;-webkit-text-decoration-color:#326891;text-decoration-color:#326891;}.css-qjk116 a:hover{-webkit-text-decoration:none;text-decoration:none;}“El verdadero tema es que el gobernador Newsom no ha engendrado entusiasmo entre los votantes latinos”, dijo Thomas A. Saenz, presidente del Fondo Educativo y de Defensa Legal Mexicoestadounidense, y quien ha participado en la política californiana desde hace décadas. “En parte, esa es la razón por la que él está en riesgo. No los motivan sus políticas y prácticas y él no ha abordado para nada a la comunidad latina como una comunidad latina ni ha reconocido su importancia para el estado”.Los colaboradores de la campaña de Newsom niegan que haya fallado en llamar la atención o atender a los votantes latinos. Más bien, indican que la expansión del servicio Medi-Cal a los habitantes de más de 50 años, que incluye a inmigrantes indocumentados, así como la moratoria a los desalojos son dos políticas clave que han beneficiado a miles de latinos en California. Su campaña ha alardeado repetidamente por el nombramiento de Alex Padilla al Senado de Estados Unidos, lo que lo convirtió en el primer latino de California en servir en esa cámara.Nathan Click, vocero de la campaña de Newsom, dijo que la estrategia del gobernador para acercarse a los votantes latinos prácticamente no ha cambiado. La campaña, dijo Click, siempre ha visto la dificultad, y la importancia, de llegar a los latinos, y en particular a los latinos jóvenes.“Desde el primer día hemos sabido que los votantes que participan en los años electorales pero no votan en las elecciones de medio término y, en realidad, no votan en las elecciones especiales son el principal objetivo de todos nuestros esfuerzos”, dijo.Hace una generación, la Propuesta 187, una iniciativa electoral que habría prohibido a los inmigrantes indocumentados recibir la mayoría de los servicios públicos, obtuvo un amplio apoyo entre los republicanos de California, incluido el gobernador Pete Wilson. La medida antiinmigrante alejó en gran medida a los votantes latinos del Partido Republicano y los lanzó a los brazos de los demócratas, que han reconocido públicamente que la medida electoral fue fundamental para su ascenso al poder.Pero muchos votantes latinos son demasiado jóvenes como para recordar la Propuesta 187 de principios de los noventa y no sienten ninguna lealtad especial por los demócratas. Por mucho que se hable del potencial político latino en California, ningún gobernador en la historia reciente ha logrado convocar a los latinos para convertirlos en sus acérrimos partidarios.Newsom saludaba a trabajadoras agrícolas retiradas en una clínica, en Fresno, el mes pasado.Eric Paul Zamora/The Fresno Bee, vía Associated Press“No hemos argumentado de forma adecuada y durante el tiempo suficiente que las cosas son distintas y mejores, sobre todo para los latinos jóvenes”, comentó Lorena Gonzalez, una demócrata que representa a una zona de clase trabajadora y latina de San Diego en la Asamblea Estatal. “Es como si no hacerle daño a los latinos fuera suficiente para muchos políticos demócratas”.La revocatoria también sucede mientras muchos siguen sufriendo el impacto de la pandemia. Los latinos en California tenían muchas más probabilidades de contraer el virus y morir que los habitantes blancos del estado. La tasa de desempleo entre los latinos sigue por encima del 10 por ciento y muchos pequeños comerciantes latinos han perdido considerablemente sus ingresos en el último año y medio.Frank Oropeza, de 27 años y barbero en Montebello, al este de Los Ángeles, dijo que votó por el presidente Biden el año pasado y se considera demócrata. Pero comentó que no había pensado mucho en por quién votar en la revocatoria y que se sentía dividido: en redes sociales leía de otros colegas del ramo y peluqueros que dijeron estar a favor de revocar a Newsom, que cerró en dos ocasiones sus negocios y también se enteraba de otros que tenían opiniones distintas.“Soy muy influenciable”, dijo riendo. “Es tipo: ‘Cierra los ojos y tira un dardo’”.Oropeza dijo que entendía que eran necesarias algunas restricciones pandémicas. Pero le frustraba que los peluqueros y barberos hubieran tenido que dejar de trabajar en una segunda ocasión, aunque ya se habían implementado las medidas de precaución, como el uso universal de cubrebocas.Esa es una de las críticas que han aprovechado los oponentes de Newsom para intentar persuadir a más latinos de votar a favor de la revocatoria.“Muchos de esos pequeños negocios que cerraron para siempre eran propiedad de personas de color”, dijo Larry Elder, el presentador de radio conservador que se ha convertido en el favorito de los republicanos entre la multitud de candidatos de la elección revocatoria, la semana pasada.En una rueda de prensa virtual, Elder se presentó junto a Gloria Romero, demócrata y exlegisladora que ahora es una ferviente defensora de las escuelas autónomas o chárter. Protagonizó una publicidad en español que la campaña de Elder envió a los votantes latinos por mensaje de texto.“Se trata de mandar un mensaje sobre cómo el Partido Demócrata ha abandonado en gran medida a los latinos”, dijo Romero. “Nos han dado por sentado”.Los votantes latinos son una fuerza en todos los rincones del estado y representan a un amplio espectro de posiciones políticas. Mientras que los liberales con formación universitaria en los centros urbanos son un elemento crucial de la base demócrata, los moderados de clase trabajadora en los suburbios de Inland Empire y Silicon Valley son esenciales para ganar en todo el estado. Y en el condado de Orange, el Valle Central y los confines al norte del estado, los votantes religiosos y los libertarios han ayudado a llevar a los republicanos al poder en distritos clave para el Congreso.Y hay señales de que los republicanos están teniendo algo de éxito para atraer a los votantes hispanos, entre ellos algunos que participarán por primera vez en unas elecciones.“Estoy cansado con cómo están las cosas”, dijo Ruben Sanchez, un obrero de la construcción que vive en Simi Valley, un bastión conservador al norte de Los Ángeles. Sánchez, que asiste a una iglesia evangélica, dijo que había votado por primera vez en 2020 y que había favorecido a Trump, sobre todo debido a sus creencias religiosas. Comentó que planeaba votar por Elder en la revocatoria. “Este gobernador y este estado no son para la gente trabajadora, para la gente a la que le importa este país”.El personal de la campaña de Newsom prometió bombardear a los votantes latinos en los días previos a la elección. La semana pasada, la campaña del gobernador lanzó un aviso donde aparecía el senador por Vermont Bernie Sanders, excandidato presidencial que se volvió tan popular entre los latinos de California que recibió el apodo de Tío Bernie.Durante las primarias presidenciales demócratas, la campaña de Sanders centró gran parte de sus esfuerzos en los votantes latinos desde el principio: abrió oficinas de campaña en vecindarios predominantemente latinos y lanzó videos para su difusión en las redes sociales. Los esfuerzos fueron ampliamente reconocidos como una especie de manual para llegar de manera efectiva a los votantes latinos, y algunos demócratas han criticado la campaña de Newsom por no hacer más para replicar ese enfoque.Más allá de estos esfuerzos, Sanders atrajo a muchos votantes latinos en gran parte por su ideología, que pedía Medicare para todos, proponía perdonar los préstamos estudiantiles y presentaba legislación para combatir el cambio climático.“Los latinos todavía tienen algunas frustraciones básicas que Bernie abordaba y no se han resuelto”, dijo Rafael Navar, quien fue el director para California de la campaña de Sanders. “Hemos tenido altas tasas de mortalidad, alto desempleo y una enorme desigualdad”.A pesar del escepticismo que despierta Newsom, muchos votantes hispanos dicen que temen lo que podría suceder si un republicano asumiera el cargo. Sin embargo, aunque les desagrada la política republicana, algunos votantes liberales no se identifican como demócratas entusiastas. La lealtad al partido, dijeron, no es tan importante para ellos como sí lo es apoyar a un candidato que atenderá sus preocupaciones de manera más directa.Ernesto Ruvalcaba, de 27 años y experto en cartografía que vive en Los Ángeles, dijo que aunque había votado en contra de la revocatoria porque Newsom “hacía el trabajo”, seguía insatisfecho.“Las cosas que hizo las pudo hacer mejor”, dijo Ruvalcaba. “Solo que los partidos son muy viejos, los dos. Necesitan una ruptura”.Jennifer Medina es reportera de política estadounidense que cubrió la campaña presidencial de Estados Unidos de 2020. Originaria del sur de California, anteriormente pasó varios años reporteando sobre la región para la sección National. @jennymedinaJill Cowan es la corresponsal de California Today, que sigue la pista de las cosas más importantes que ocurren en su estado natal todos los días. @jillcowan More

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    The ease of mail-in voting may increase turnout in California’s recall election.

    A temporary change in California’s election rules aimed at protecting voters during the coronavirus pandemic could be instrumental in Gov. Gavin Newsom’s effort to beat back a proposed recall — and could become permanent if the governor signs a bill that state lawmakers passed last week.Voting by mail has emerged as a critical factor in the Republican-led recall, which political experts say will probably hinge on whether Mr. Newsom, a Democrat, can turn out the state’s enormous base of liberal voters before the polls close on Sept. 14.Because of the coronavirus, lawmakers ensured that ballots would automatically be mailed to every registered, active voter, turning an already popular option into the default through at least the end of this year.As a result, political experts tracking returns in the recall are predicting that at least 50 percent of registered voters will cast ballots, roughly double the turnout that would be expected in a special election. Paul Mitchell, a vice president at Political Data Inc., a Sacramento-based supplier of election data, said more than a quarter of the electorate had already voted.“You cannot overstate how important the mail-in ballot will be in this election,” said David Townsend, a Sacramento-based Democratic political consultant. Because Democrats outnumber Republicans by two to one in California, the electoral math is with Mr. Newsom — but only if his voters cast their ballots. Voting by mail gives even indifferent voters a nudge and an opportunity to cast a ballot without much effort..css-1xzcza9{list-style-type:disc;padding-inline-start:1em;}.css-3btd0c{font-family:nyt-franklin,helvetica,arial,sans-serif;font-size:1rem;line-height:1.375rem;color:#333;margin-bottom:0.78125rem;}@media (min-width:740px){.css-3btd0c{font-size:1.0625rem;line-height:1.5rem;margin-bottom:0.9375rem;}}.css-3btd0c strong{font-weight:600;}.css-3btd0c em{font-style:italic;}.css-w739ur{margin:0 auto 5px;font-family:nyt-franklin,helvetica,arial,sans-serif;font-weight:700;font-size:1.125rem;line-height:1.3125rem;color:#121212;}#NYT_BELOW_MAIN_CONTENT_REGION .css-w739ur{font-family:nyt-cheltenham,georgia,’times new roman’,times,serif;font-weight:700;font-size:1.375rem;line-height:1.625rem;}@media (min-width:740px){#NYT_BELOW_MAIN_CONTENT_REGION .css-w739ur{font-size:1.6875rem;line-height:1.875rem;}}@media (min-width:740px){.css-w739ur{font-size:1.25rem;line-height:1.4375rem;}}.css-9s9ecg{margin-bottom:15px;}.css-uf1ume{display:-webkit-box;display:-webkit-flex;display:-ms-flexbox;display:flex;-webkit-box-pack:justify;-webkit-justify-content:space-between;-ms-flex-pack:justify;justify-content:space-between;}.css-wxi1cx{display:-webkit-box;display:-webkit-flex;display:-ms-flexbox;display:flex;-webkit-flex-direction:column;-ms-flex-direction:column;flex-direction:column;-webkit-align-self:flex-end;-ms-flex-item-align:end;align-self:flex-end;}.css-12vbvwq{background-color:white;border:1px solid #e2e2e2;width:calc(100% – 40px);max-width:600px;margin:1.5rem auto 1.9rem;padding:15px;box-sizing:border-box;}@media (min-width:740px){.css-12vbvwq{padding:20px;width:100%;}}.css-12vbvwq:focus{outline:1px solid #e2e2e2;}#NYT_BELOW_MAIN_CONTENT_REGION .css-12vbvwq{border:none;padding:10px 0 0;border-top:2px solid #121212;}.css-12vbvwq[data-truncated] .css-rdoyk0{-webkit-transform:rotate(0deg);-ms-transform:rotate(0deg);transform:rotate(0deg);}.css-12vbvwq[data-truncated] .css-eb027h{max-height:300px;overflow:hidden;-webkit-transition:none;transition:none;}.css-12vbvwq[data-truncated] .css-5gimkt:after{content:’See more’;}.css-12vbvwq[data-truncated] .css-6mllg9{opacity:1;}.css-qjk116{margin:0 auto;overflow:hidden;}.css-qjk116 strong{font-weight:700;}.css-qjk116 em{font-style:italic;}.css-qjk116 a{color:#326891;-webkit-text-decoration:underline;text-decoration:underline;text-underline-offset:1px;-webkit-text-decoration-thickness:1px;text-decoration-thickness:1px;-webkit-text-decoration-color:#326891;text-decoration-color:#326891;}.css-qjk116 a:visited{color:#326891;-webkit-text-decoration-color:#326891;text-decoration-color:#326891;}.css-qjk116 a:hover{-webkit-text-decoration:none;text-decoration:none;}“Before this, you had to convince a voter to get in a car, drive to a location with no real signage but a flag and go vote on something they might care about or might not,” Mr. Townsend noted. “Now you get a ballot in the mail, make an X by a box, sign it and drop it back in the mailbox. You don’t even have to look for a stamp.”About two-thirds of California voters cast mail-in ballots in 2018, but in many parts of the state the option required that voters meet an application deadline. As the coronavirus surged in 2020, Mr. Newsom and California’s legislators became concerned that going to the polls might endanger voters and poll workers.Assemblyman Marc Berman, a Democrat who represents parts of Silicon Valley, said he was particularly alarmed by Wisconsin’s primary election, where voters were required to come to the polls in person as infections were raging.“There was this footage of people standing for hours risking their health,” Mr. Berman said, “just to exercise their right to vote.”The bipartisan decision to mail ballots to all 22 million or so of the state’s registered and active voters was “wildly successful,” Mr. Berman said. “Elections officials up and down the state said the election went remarkably smoothly.”Californians who had not actively voted in recent years did not get ballots mailed to them, and bar codes helped prevent double voting. Studies conducted afterward found few, if any, sustained complaints of voter fraud.Some 87.5 percent of the electorate used the mail-in ballots to vote in 2020, either mailing them in or dropping them off at drop boxes or polling places. Turnout among registered California voters was nearly 81 percent, said Mindy Romero, director of the Center for Inclusive Democracy at the University of Southern California.“We had the highest voter turnout since Harry Truman was president,” said State Senator Tom Umberg, an Orange County Democrat who, as chair of his chamber’s committee on elections, sought to extend the system at least through this year.At the time, he said, the extension was to protect voters in two upcoming local special elections; the recall effort against the governor had so few signatures that it was widely regarded as a long shot.As former President Donald J. Trump complained with increasing intensity that his presidency had been stolen, California Republicans became less supportive of mail-in ballots, and the extension in California passed on a party-line vote. A bill to make the system permanent is on the governor’s desk after the State Legislature passed it last week, again over Republican objections.A spokeswoman for the governor said he does not comment on pending legislation. However, lawmakers said the governor was expected to sign the bill.If it is signed, Mr. Berman said, California will become the sixth state to require active registered voters to be mailed a ballot before each election, along with Hawaii, Oregon, Washington, Colorado and Utah.Still, experts say that many California voters from across the political spectrum prefer to hand their ballot to a human rather than drop it in the mail.“Young voters and Latino voters tend to vote in person,” said Luis Sánchez, executive director of Power California, a statewide progressive organizing group focused on young voters. “They want to make sure their vote counts.”As of Tuesday, 15 percent of voters ages 18 to 34 had returned their ballots, compared with 47 percent of those 65 and older, although the former make up the largest age group, according to Political Data Inc.Democratic ballots far outnumbered those from Republicans. More

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    California Recall Vote Could Weaken the State’s Aggressive Climate Policies

    Many Republicans vying to replace Newsom as governor want to roll back the state’s ambitious plans to cut planet-warming emissions, a change with nationwide implications.Follow our latest updates on the California Recall Election and Governor Newsom.California has long cast itself as a leader in the fight against global warming, with more solar panels and electric cars than anywhere else in the nation. But the state’s ambitious climate policies now face their biggest reckoning to date.Voters in California are deciding whether to oust Democratic Gov. Gavin Newsom ahead of a Sept. 14 recall election. Many of the Republicans vying to replace Mr. Newsom want to roll back the state’s aggressive plans to curb its planet-warming emissions, a move that could have nationwide implications for efforts to tackle climate change given California’s influence as the world’s fifth-largest economy.Under the rules of the election, Mr. Newsom would be removed from office if more than 50 percent of voters choose to recall him. If that happens, the governorship would go to whichever of the 46 replacement candidates on the ballot gets the most votes — even if that person does not win a majority.Democrats have worried that Mr. Newsom could lose, although polling over the past week suggests that voters in the state have started rallying around him.Polls say the leading Republican is Larry Elder, a conservative radio host who said in an interview that “global warming alarmism is a crock” and that he intends “to stop the war on oil and gas.” Another top candidate, Republican businessman John Cox, says California’s climate policies have made the state unaffordable for many. Also running is Kevin Faulconer, a former Republican mayor of San Diego, who oversaw the city’s first climate plan but has taken issue with Mr. Newsom’s approach.“There’s the real potential for a huge shift in direction,” said Richard Frank, a professor of environmental law at the University of California, Davis. “California has had substantial influence over the direction of climate policy both nationally and internationally, and that could easily wane.”Under the past three governors — Arnold Schwarzenegger, Jerry Brown and Mr. Newsom — California has enacted some of the most far-reaching laws and regulations in the country to shift away from fossil fuels.That includes a requirement that utilities get 100 percent of their electricity from clean sources like wind and solar power by 2045, regulations to limit tailpipe pollution from cars and trucks and building codes that encourage developers to shift away from natural gas for home heating. California’s legislature has ordered the state’s powerful air regulator, the Air Resources Board, to slash statewide emissions 40 percent below 1990 levels by 2030.While California accounts for only a fraction of the nation’s emissions, it often serves as a testing ground for climate policy. Its clean electricity standard has been mirrored by states like New York and Colorado, and Democrats in Congress are now crafting a nationwide version..css-1xzcza9{list-style-type:disc;padding-inline-start:1em;}.css-3btd0c{font-family:nyt-franklin,helvetica,arial,sans-serif;font-size:1rem;line-height:1.375rem;color:#333;margin-bottom:0.78125rem;}@media (min-width:740px){.css-3btd0c{font-size:1.0625rem;line-height:1.5rem;margin-bottom:0.9375rem;}}.css-3btd0c strong{font-weight:600;}.css-3btd0c em{font-style:italic;}.css-w739ur{margin:0 auto 5px;font-family:nyt-franklin,helvetica,arial,sans-serif;font-weight:700;font-size:1.125rem;line-height:1.3125rem;color:#121212;}#NYT_BELOW_MAIN_CONTENT_REGION .css-w739ur{font-family:nyt-cheltenham,georgia,’times new roman’,times,serif;font-weight:700;font-size:1.375rem;line-height:1.625rem;}@media (min-width:740px){#NYT_BELOW_MAIN_CONTENT_REGION .css-w739ur{font-size:1.6875rem;line-height:1.875rem;}}@media (min-width:740px){.css-w739ur{font-size:1.25rem;line-height:1.4375rem;}}.css-9s9ecg{margin-bottom:15px;}.css-uf1ume{display:-webkit-box;display:-webkit-flex;display:-ms-flexbox;display:flex;-webkit-box-pack:justify;-webkit-justify-content:space-between;-ms-flex-pack:justify;justify-content:space-between;}.css-wxi1cx{display:-webkit-box;display:-webkit-flex;display:-ms-flexbox;display:flex;-webkit-flex-direction:column;-ms-flex-direction:column;flex-direction:column;-webkit-align-self:flex-end;-ms-flex-item-align:end;align-self:flex-end;}.css-12vbvwq{background-color:white;border:1px solid #e2e2e2;width:calc(100% – 40px);max-width:600px;margin:1.5rem auto 1.9rem;padding:15px;box-sizing:border-box;}@media (min-width:740px){.css-12vbvwq{padding:20px;width:100%;}}.css-12vbvwq:focus{outline:1px solid #e2e2e2;}#NYT_BELOW_MAIN_CONTENT_REGION .css-12vbvwq{border:none;padding:10px 0 0;border-top:2px solid #121212;}.css-12vbvwq[data-truncated] .css-rdoyk0{-webkit-transform:rotate(0deg);-ms-transform:rotate(0deg);transform:rotate(0deg);}.css-12vbvwq[data-truncated] .css-eb027h{max-height:300px;overflow:hidden;-webkit-transition:none;transition:none;}.css-12vbvwq[data-truncated] .css-5gimkt:after{content:’See more’;}.css-12vbvwq[data-truncated] .css-6mllg9{opacity:1;}.css-qjk116{margin:0 auto;overflow:hidden;}.css-qjk116 strong{font-weight:700;}.css-qjk116 em{font-style:italic;}.css-qjk116 a{color:#326891;-webkit-text-decoration:underline;text-decoration:underline;text-underline-offset:1px;-webkit-text-decoration-thickness:1px;text-decoration-thickness:1px;-webkit-text-decoration-color:#326891;text-decoration-color:#326891;}.css-qjk116 a:visited{color:#326891;-webkit-text-decoration-color:#326891;text-decoration-color:#326891;}.css-qjk116 a:hover{-webkit-text-decoration:none;text-decoration:none;}Under the federal Clean Air Act, California is the only state allowed to set its own vehicle pollution rules. California’s rules have been adopted by 14 other states and have frequently pushed the federal government to ratchet up its own regulations.California has installed more solar power than any other state.Patrick T. Fallon/Agence France-Presse — Getty ImagesBut California has also struggled with the transition to cleaner energy and the effects of global warming. Last August, a record heat wave triggered rolling blackouts across the state, in part because grid operators had not added enough clean power to compensate for solar panels going offline after sunset. Pacific Gas and Electric, the state’s largest utility, has repeatedly had to switch off electricity to customers to avoid sparking wildfires.As the top elected official in a state reeling from record-breaking drought and raging fires, Mr. Newsom has faced pressure to do more. Last September, he directed the Air Resources Board to develop regulations that ban sales of new gasoline-powered cars statewide by 2035. He has called on agencies to place new restrictions on oil and gas drilling. More recently, the state’s transportation agency finalized a plan to direct more funding to measures that would curb emissions, such as public transit or biking.And in his most recent budget, Mr. Newsom directed more than $12 billion toward a spate of climate programs, including electric vehicle chargers, measures to deal with worsening water shortages and efforts to protect forest communities against wildfires.In his campaign against the recall, Mr. Newsom has attacked his opponents for downplaying the risks of global warming. “With all due respect, he doesn’t know what the hell he’s talking about when it comes to the issue of climate and climate change,” Mr. Newsom said of Mr. Elder in an interview last month with ABC News.“California’s been in the vanguard of climate leadership, and all of that can be undone very quickly,” said Nathan Click, a spokesman for Mr. Newsom’s campaign.Mr. Cox and other Republican rivals say Mr. Newsom has not done enough to manage California’s forests to make them less fire-prone. They argue that the flurry of environmental regulations is driving up costs in a state that already faces a severe housing shortage.“I’m all for cleaning up the world’s pollution, but not on the backs of the middle class and low income people,” said Mr. Cox, who ran unsuccessfully against Mr. Newsom in 2018. “When China’s building a new coal-fired power plant every week, do you really think driving up the cost of energy in our state is going to make an appreciable difference?”If Mr. Newsom is recalled, a new governor would be unlikely to overturn many of California’s key climate laws, not least because the legislature would stay in Democratic hands. But that still leaves room for major changes.Firefighting plane above the Dixie Fire late last week.Christian Monterrosa for The New York TimesA new governor could, for instance, rescind Mr. Newsom’s order to phase out new gasoline-powered vehicles by 2035 or his push to restrict oil and gas drilling, since those were issued by executive order. A governor could also appoint new officials who were less keen on climate regulation to various agencies, including the Air Resources Board, although doing so could set up a clash with the legislature, which oversees appointments. Any governor would also have broad latitude in shaping how existing climate laws are implemented.Mr. Elder, the talk radio host, said he did not see climate change as a dire threat and would de-emphasize wind and solar power. “Of course, global warming exists,” he said. “The climate is always changing. Has it gotten a degree or two warmer in the last several years? Yes. Is man-made activity a part of that? Yes. But nobody really knows to what degree.”He added: “The idea that the planet is going to be destroyed if we don’t force feed some sort of renewable system, that’s a crock.”Mr. Elder’s view is at odds with the scientific consensus. Last month, a United Nations scientific panel concluded that virtually all of the global warming since the 19th century was driven by human activities such as the burning of fossil fuels and deforestation. And it warned that consequences such as heat waves, droughts and wildfires would continue to worsen unless nations slashed their planet-warming emissions by shifting to cleaner sources of energy.Instead of focusing on renewable power, Mr. Cox said he would build a bigger fleet of firefighting planes to combat wildfires. He also argued that the United States should increase its natural gas production and ship more of the fuel abroad, so that countries like China could rely on it instead of coal. “If we bring down the cost of natural gas and ship it to China, we’ll do wonderful things for the world’s pollution problem,” he said.Mr. Cox also disagreed with Mr. Newsom’s plan to phase out new gasoline-powered vehicles by 2035. “I drive a Tesla, I’m all for electric cars,” he said. “But we’re already struggling to generate enough electricity for our air-conditioners in August,” he said. “Where are we going to get the electricity for 25 million electric vehicles?”Mr. Faulconer, who is further down in the polls, criticized Mr. Newsom for underfunding the state’s wildfire budget. While he endorsed the state’s push for 100 percent clean electricity, he warned the state risked further blackouts without relying on sources like nuclear power. He also said he would work with the legislature on a policy to boost electric vehicles “that does not rely on a statewide ban” of gasoline-powered cars.All three Republican candidates said they would push to keep open Diablo Canyon, the state’s last remaining nuclear plant, which is set to close by 2025. Critics of the closure have warned it could exacerbate California’s electricity shortage and lead to the burning of more natural gas, which creates emissions.Diablo Canyon, California’s last remaining nuclear plant, is scheduled to close by 2025.Michael Mariant/Associated PressAny new governor would serve only until California’s next election, in 2022, and some experts predicted that political gridlock would largely result. But even short-term gridlock could have a significant effect on climate policy.California is already struggling to meet its target of cutting emissions 40 percent below 1990 levels by 2030. Hitting that goal, analysts said, would likely require all of the state’s agencies to work together, developing additional strategies to curtail fossil-fuel use in power plants, homes and vehicles. It could also require fixing the state’s cap-and-trade program, which caps pollution from large industrial facilities but has attracted criticism for relying on poorly designed carbon offsets.“We don’t have many years left between now and 2030,” said Cara Horowitz, co-director of the Emmett Institute on Climate Change and the Environment at U.C.L.A. Law School. “If we waste a year or more because the Air Resources Board has been told not to prioritize cutting emissions, it’s a lot harder to see how we get there.”That, in turn, could have ripple effects nationwide. President Biden has pledged to halve the nation’s emissions by 2030 and is hoping to persuade other world leaders that the United States has a plan to get there. Without California on board, that task becomes tougher.California also has an outsized influence over clean vehicle standards, in part because it can set its own rules and prod the auto industry to develop cleaner cars. The Biden administration recently proposed to essentially adopt California’s car rules nationwide. Some fear that if California is no longer pushing to ramp up electric vehicles, as Mr. Newsom has envisioned, the federal government will feel less pressure to act.“I can’t think of a single instance where the federal government has moved ahead of California,” said Mary Nichols, the former chair of the Air Resources Board. “California has always had this unique role as a first mover.”Shawn Hubler More