La proliferaciĂłn de redes sociales alternativas ha ayudado a afianzar la informaciĂłn falsa y engañosa como elemento clave de la polĂtica estadounidense.La mañana del 8 de julio, el expresidente Donald Trump recurriĂł a Truth Social, la plataforma de redes sociales que fundĂł con gente cercana a Ă©l, para afirmar que habĂa ganado las elecciones presidenciales del 2020 en el estado de Wisconsin, a pesar de todas las pruebas que evidenciaban lo contrario.Alrededor de 8000 personas compartieron esa misiva en Truth Social, cifra que distĂł mucho de los cientos de miles de respuestas que sus publicaciones en Facebook y Twitter solĂan generar antes de que esas plataformas le apagaran el micrĂłfono tras los mortĂferos disturbios en el Capitolio el 6 de enero de 2021.A pesar de ello, la afirmaciĂłn infundada de Trump pululĂł en la conciencia pĂșblica. SaltĂł de su aplicaciĂłn a otras plataformas de redes sociales, por no hablar de pĂłdcast, la radio y la televisiĂłn.Al cabo de 48 horas de publicado su mensaje, mĂĄs de un millĂłn de personas lo habĂan visto en al menos una decena de otros lugares. ApareciĂł en Facebook y Twitter, de donde fue eliminado, pero tambiĂ©n en YouTube, Gab, Parler y Telegram, segĂșn un anĂĄlisis de The New York Times.La difusiĂłn de la afirmaciĂłn de Trump ilustra cĂłmo la desinformaciĂłn ha hecho metĂĄstasis desde que los expertos comenzaron a sonar la alarma sobre la amenaza que supone y todo esto ocurre justo antes de las elecciones de mitad de mandato de este año. A pesar de los años de esfuerzos de los medios de comunicaciĂłn, de los acadĂ©micos e incluso de las propias empresas de redes sociales para hacer frente al problema, se puede decir que hoy en dĂa estĂĄ mĂĄs generalizado y extendido.âPara ser honesta, me parece que el problema estĂĄ peor que nuncaâ, comentĂł Nina Jankowicz, experta en desinformaciĂłn que condujo durante un periodo breve un consejo consultivo dentro del Departamento de Seguridad Nacional dedicado a combatir la desinformaciĂłn. La creaciĂłn del panel desatĂł furor y provocĂł su renuncia y la disoluciĂłn del consejo consultivo.No hace mucho, la lucha contra la desinformaciĂłn se centraba en las principales plataformas de redes sociales, como Facebook y Twitter. Cuando se les presionaba, solĂan eliminar los contenidos problemĂĄticos, incluida la informaciĂłn errĂłnea y la desinformaciĂłn intencionada sobre la pandemia de COVID-19.Sin embargo, ahora hay decenas de plataformas nuevas, incluidas algunas que se enorgullecen de no moderar âcensurar, como lo denominanâ las declaraciones falsas en nombre de la libertad de expresiĂłn.Otras personalidades siguieron los pasos de Trump y se cambiaron a estas nuevas plataformas tras ser âcensuradasâ por Facebook, YouTube o Twitter. Entre ellos, Michael Flynn, el general retirado que sirviĂł brevemente como principal asesor de Seguridad Nacional de Trump; L. Lin Wood, una abogada pro-Trump; Naomi Wolf, una autora feminista y escĂ©ptica de las vacunas, asĂ como diversos seguidores de QAnon y los Oath Keepers, un grupo de militantes de extrema derecha.Al menos 69 millones de personas se han unido a plataformas como Parler, Gab, Truth Social, Gettr y Rumble, que se promueven como alternativas conservadoras a las grandes empresas tecnolĂłgicas, segĂșn declaraciones de las empresas mismas. Aunque muchos de esos usuarios ya no tienen cabida en las plataformas mĂĄs grandes, siguen difundiendo sus opiniones, que a menudo aparecen en capturas de pantalla publicadas en los sitios que les prohibieron la entrada.âNada en internet existe de manera aisladaâ, afirmĂł Jared Holt, gestor principal en la investigaciĂłn sobre odio y extremismo del Instituto para el DiĂĄlogo EstratĂ©gico. âLo que ocurre en plataformas alternas como Gab o Telegram o Truth tarde o temprano llega a Facebook, Twitter y otrasâ, agregĂł.Los usuarios han migrado a aplicaciones como Truth Social luego de haber sido âcensuradasâ por Facebook, YouTube o Twitter.Leon Neal/Getty ImagesEl discurso polĂtico se ha radicalizado por la difusiĂłn de las personas que propagan desinformaciĂłn, indicĂł Nora Benavidez, abogada sĂ©nior en Free Press, un grupo de defensa de los derechos digitales y la transparencia.âNuestro lenguaje y nuestros ecosistemas en lĂnea se estĂĄn volviendo cada vez mĂĄs corrosivosâ, dijo.Los cambios en el paisaje de la desinformaciĂłn se estĂĄn haciendo mĂĄs evidentes con el ciclo electoral en Estados Unidos. En 2016, la campaña encubierta de Rusia para difundir mensajes falsos y divisorios parecĂa una aberraciĂłn en el sistema polĂtico estadounidense. Hoy la desinformaciĂłn, procedente de enemigos extranjeros y nacionales, se ha convertido en una caracterĂstica del mismo.La idea infundada de que el presidente Joe Biden no fue electo de manera legĂtima se generalizĂł entre los miembros del Partido Republicano, e hizo que funcionarios de los estados y los condados impusieran nuevas restricciones para votar, a menudo solo con base en teorĂas de la conspiraciĂłn que se cuelan en los medios de comunicaciĂłn de derecha.Los votantes no solo deben filtrar un torrente cada vez mayor de mentiras y falsedades sobre los candidatos y sus polĂticas, sino tambiĂ©n informaciĂłn sobre cuĂĄndo y dĂłnde votar. Los funcionarios nombrados o elegidos en nombre de la lucha contra el fraude electoral han adoptado una postura que implica que se negarĂĄn a certificar los resultados que no sean de su agrado.Los proveedores de desinformaciĂłn tambiĂ©n se han vuelto cada vez mĂĄs sofisticados a la hora de eludir las normas de las principales plataformas, mientras que el uso del video para difundir afirmaciones falsas en YouTube, TikTok e Instagram ha hecho que los sistemas automatizados tengan mĂĄs dificultades para identificarlos que los mensajes de texto.TikTok, propiedad del gigante chino de la tecnologĂa ByteDance, se ha vuelto uno de los principales campos de batalla en la lucha actual contra la desinformaciĂłn. Un informe del mes pasado de NewsGuard, una organizaciĂłn que da seguimiento al problema en lĂnea, mostrĂł que casi el 20 por ciento de los videos que aparecĂan como resultados de bĂșsqueda en TikTok contenĂan informaciĂłn falsa o tendenciosa sobre temas como los tiroteos en las escuelas y la guerra de Rusia en Ucrania.Katie Harbath en el âsala de operacionesâ de Facebook, donde se monitoreaba el contenido relacionado con las elecciones en la plataforma, en 2018Jeff Chiu/Associated PressâLa gente que hace esto sabe cĂłmo aprovechar los vacĂosâ, explicĂł Katie Harbath, exdirectora de polĂticas pĂșblicas de Facebook que ahora dirige Anchor Change, una consultora estratĂ©gica.A pocas semanas de las elecciones de mitad de mandato, las principales plataformas se han comprometido a bloquear, etiquetar o marginar todo lo que infrinja las polĂticas de la empresa, incluida la desinformaciĂłn, la incitaciĂłn al odio o los llamados a la violencia.Sin embargo, la industria artesanal de expertos dedicados a contrarrestar la desinformaciĂłn âlos grupos de expertos, las universidades y las organizaciones no gubernamentalesâ mencionan que la industria no estĂĄ haciendo suficiente. El mes pasado, por ejemplo, el Centro Stern para los Negocios y los Derechos Humanos de la Universidad de Nueva York advirtiĂł que las principales plataformas seguĂan amplificando el ânegacionismo electoralâ de maneras que debilitaban la confianza en el sistema democrĂĄtico.Otro desafĂo es la proliferaciĂłn de plataformas alternativas para esas falsedades y opiniones aĂșn mĂĄs extremas.Muchas de esas nuevas plataformas florecieron tras la derrota de Trump en 2020, aunque todavĂa no han alcanzado el tamaño o el alcance de Facebook y Twitter. Estas plataformas afirman que las grandes empresas tecnolĂłgicas estĂĄn en deuda con el gobierno, el Estado profundo o la Ă©lite liberal.Parler, una red social fundada en 2018, era uno de los sitios que mĂĄs crecĂa, hasta que las tiendas de aplicaciones de Apple y Google lo expulsaron tras los disturbios mortales del 6 de enero, alimentados por la desinformaciĂłn y los llamados a la violencia en lĂnea. Desde entonces ha vuelto a ambas tiendas y ha empezado a reconstruir su audiencia apelando a quienes sienten que sus voces han sido silenciadas.âEn Parler creemos que el individuo es quien debe decidir lo que cree que es la verdadâ, dijo en una entrevista, Amy Peikoff, la directora de polĂticas de la plataforma.ArgumentĂł que el problema con la desinformaciĂłn o las teorĂas de la conspiraciĂłn se derivaba de los algoritmos que las plataformas usan para mantener a la gente pegada a internet y no del debate sin moderar que fomentan sitios como Parler.El lunes, Parler anunciĂł que Kanye West habĂa, en principio, accedido a comprar la plataforma en un acuerdo que el rapero y el diseñador de moda, ahora conocido como Ye, formulĂł en tĂ©rminos polĂticos.âEn un mundo en que las opiniones conservadoras se consideran controversiales, debemos de asegurarnos de tener el derecho a expresarnos librementeâ, dijo, segĂșn el comunicado de la compañĂa.Los competidores de Parler son ahora BitChute, Gab, Gettr, Rumble, Telegram y Truth Social, y cada uno de ellos se presenta como un santuario frente a las polĂticas de moderaciĂłn de las principales plataformas en todo tipo de temas, desde la polĂtica hasta la salud.Una nueva encuesta del Centro de Investigaciones Pew descubriĂł que el 15 por ciento de las cuentas destacadas en esas siete plataformas habĂan sido desterradas previamente de otras como Twitter y Facebook.Las aplicaciones como Gettr se publicitan como alternativas a los gigantes tecnolĂłgicosElijah Nouvelage/Getty ImagesSegĂșn la encuesta, casi dos terceras partes de los usuarios de esas plataformas dijeron que habĂan encontrado una comunidad de personas que compartĂan sus opiniones. La mayorĂa son republicanos o se inclinan por ese partido.Una consecuencia de esta atomizaciĂłn de las fuentes de las redes sociales es que se refuerzan las burbujas de informaciĂłn partidista en las que viven millones de estadounidenses.SegĂșn el Centro Pew, al menos el seis por ciento de los estadounidenses se informa de manera habitual en al menos uno de estos sitios relativamente nuevos, que a menudo âponen de relieve puntos de vista del mundo que no pertenecen a la corriente dominante y, a veces, utilizan un lenguaje ofensivoâ. La encuesta encontrĂł que una de cada 10 publicaciones en estas plataformas que mencionaban cuestiones relacionadas con la comunidad LGBTQ incluĂan alegatos peyorativos.Estos nuevos sitios siguen siendo marginales comparados con las plataformas mĂĄs grandes; por ejemplo, Trump tiene 4 millones de seguidores en Truth Social, en comparaciĂłn con los 88 millones que tenĂa cuando Twitter cerrĂł su cuenta en 2021.Aun asĂ, Trump ha retomado cada vez mĂĄs sus publicaciones con el Ămpetu que antes mostraba en Twitter. El allanamiento del FBI en Mar-a-Lago volviĂł a poner sus Ășltimos pronunciamientos en el ojo del huracĂĄn polĂtico.Para las principales plataformas, el incentivo financiero para atraer usuarios, y sus clics, sigue siendo poderoso y podrĂa hacer que den marcha atrĂĄs a las medidas que tomaron en 2021. TambiĂ©n hay un componente ideolĂłgico. El llamado a la libertad individual, con tintes emocionales, impulsĂł en parte la oferta de Elon Musk para comprar Twitter, que parece haberse reactivado tras meses de maniobras legales.Nick Clegg, el presidente de asuntos globales de Meta, la empresa matriz de Facebook, incluso sugiriĂł hace poco que la plataforma podrĂa restablecer la cuenta de Trump en 2023, antes de la que podrĂa ser otra carrera presidencial. Facebook habĂa dicho previamente que solo lo harĂa âsi el riesgo para la seguridad pĂșblica ha disminuidoâ.Nick Clegga, el presidente de asuntos globales de MetaPatrick T. Fallon/Agence France-Presse â Getty ImagesUn estudio de Truth Social realizado por Media Matters for America, un grupo de monitoreo de medios con tendencia de izquierda, examinĂł la forma en que la plataforma se ha convertido en hogar de algunas de las teorĂas de conspiraciĂłn mĂĄs marginales. Trump, que empezĂł a publicar en la plataforma en el mes de abril, ha amplificado cada vez mĂĄs el contenido de QAnon, la teorĂa de conspiraciĂłn en lĂnea.Ha compartido publicaciones de QAnon mĂĄs de 130 veces. Los seguidores de QAnon promueven una falsedad amplia y compleja centrada en Trump como lĂder que se enfrenta a una conspiraciĂłn de una camarilla de pedĂłfilos del Partido DemĂłcrata. Dichas opiniones han hallado cabida durante las primarias de este año en las campañas electorales de los republicanos.Jankowicz, la experta en desinformaciĂłn, mencionĂł que las divisiones sociales y polĂticas habĂan agitado las olas de la desinformaciĂłn.Las controversias sobre la mejor manera de responder a la pandemia de COVID-19 profundizaron la desconfianza en el gobierno y los expertos mĂ©dicos, sobre todo entre los conservadores. La negativa de Trump a aceptar el resultado de las elecciones de 2020 condujo a la violencia en el Capitolio, pero no terminĂł con ella.âDeberĂan habernos unidoâ, dijo Jankowicz, refiriĂ©ndose a la pandemia y a los disturbios. âPensĂ© que quizĂĄs podrĂan servir como una especie de poder de convocatoria, pero no lo fueronâSteven Lee Myers cubre desinformaciĂłn para el Times. Ha trabajado en Washington, MoscĂș, Bagdad y PekĂn, donde contribuyĂł a los artĂculos que ganaron el Premio Pulitzer al servicio pĂșblico en 2021. TambiĂ©n es el autor de The New Tsar: The Rise and Reign of Vladimir Putin. @stevenleemyers âą FacebookSheera Frenkel es una reportera de tecnologĂa premiada que tiene su sede en San Francisco. En 2021, ella y Cecilia Kang publicaron Manipulados. La batalla de Facebook por la dominaciĂłn mundial. @sheeraf More