United States International Relations

Pekín argumenta que su sistema representa una forma peculiar de democracia, una que ha manejado mejor que Occidente algunos desafíos como la pandemia.PEKÍN — Mientras que el presidente Joe Biden se prepara para ser el anfitrión de una “cumbre para la democracia” esta semana, China contratacó con la afirmación inverosímil de que también es una democracia.Sin importar que el Partido Comunista de China gobierna a los 1400 millones de habitantes del país sin ninguna tolerancia con los partidos de oposición, ni que su líder Xi Jinping ascendió al poder a través de un proceso político turbio sin elecciones populares, ni que pedir públicamente la instalación de una democracia en China conlleva severos castigos, a menudo con largas sentencias de prisión.“No hay un modelo fijo de democracia; se manifiesta de muchas formas” argumentó en un documento publicado el fin de semana el Consejo Estatal, el máximo órgano del gobierno de China. El documento se titulaba: “China: democracia que funciona”.Es poco probable que cualquier país democráctico quede persuadido por el modelo chino. Bajo cualquier estándar, excepto el suyo propio, China es uno de los países menos democráticos del mundo, y se ubica cerca del final de los ránkings de libertades políticas y personales.Sin embargo, el gobierno está contando con que su mensaje encontrará una audiencia en algunos países que están desilusionados con la democracia liberal o las críticas hacia el liderazgo de Estados Unidos, ya sea en América Latina, África o Asia, incluida China.Funcionarios en una rueda de prensa en la Oficina de Información del Consejo del Estado en Pekín el sábadoMark Schiefelbein/Associated Press“Quieren cuidarse la retaguardia, estar a la defensiva, lo que llaman una democracia occidental”, dijo Jean-Pierre Cabestan, politólogo de la Universidad Bautista de Hong Kong.El documento de China sobre la democracia fue la iniciativa más reciente en una campaña que durante semanas ha intentado socavar la cumbre virtual de Biden, que inicia el jueves.En discursos, artículos y videos en la televisión estatal, los funcionarios han aplaudido lo que definen como la democracia al estilo chino. Al mismo tiempo, Pekín ha criticado la democracia estadounidense como particularmente deficiente, buscando perjudicar la autoridad moral del gobierno de Biden, que se esfuerza por unir a Occidente para contrarrestar a China.Get Ready for the 2022 Beijing Winter OlympicsJust a few months after Tokyo, the Olympics will start again in Beijing on Feb. 4. Here is what you need to know:A Guide to the Sports: From speedskating to monobob, here’s a look at every sport that will be contested at the 2022 Winter Games.Diplomatic Boycott: The U.S. will not send government officials to Beijing in a boycott to pressure China for human rights abuses.Covid Preparations: With a “closed-loop” bubble, a detailed health plan and vaccination requirements, the Games will be heavily restricted.The Fashion Race: Canada partnered with Lululemon for its Olympic kit, and a Black-owned athleisure brand will outfit Team Nigeria.“La democracia no es un adorno que se usa como decoración; se usa para resolver problemas que el pueblo quiere solucionar”, dijo Xi en la reunión de altos líderes del Partido Comunista en octubre, según reportó la agencia de noticias estatal Xinhua. (En el mismo discurso, ridiculizó los “aspavientos” que se les da a los votantes durante las elecciones y afirmó que los votantes tienen poca influencia de nuevo hasta la siguiente campaña).El domingo, la cancillería emitió otro informe que criticaba la política estadounidense por lo que describía como la influencia corruptora del dinero, la polarización social que se intensifica y la injusticia inherente en el Colegio Electoral. Del mismo modo, los funcionarios buscaron minimizar el anuncio de la Casa Blanca de que ningún funcionario estadounidense acudirá a las Olimpiadas de Invierno en Pekín en febrero al decir que, de todos modos, ninguno estaba invitado. Un periodista tomaba una copia de “Democracia que funciona”, el informe producido por el gobierno en los momentos previos a una rueda de prensa en la Oficina de Información del Consejo de Estado en Pekín, el sábado.Mark Schiefelbein/Associated PressLa ofensiva propagandística de China ha producido sorprendentes declaraciones sobre la naturaleza fundamental del régimen del Partido Comunista y la superioridad de su modelo político y social. También insinúa que Pekín podría sentir inseguridad sobre el modo en que su gobierno es percibido en el mundo.“El hecho de que el régimen sienta que debe justificar consistentemente su sistema político en términos de democracia es un poderoso reconocimiento del simbolismo y la legitimidad que contiene el concepto”, dijo Sarah Cook, una analista que cubre China para Freedom House, un grupo de defensa en Washington.Cuando los funcionarios presentaron el documento del gobierno el domingo, parecían competir por quién lograba decir “democracia” con más frecuencia y al mismo tiempo enturbiaron la definición del vocablo.El sistema de China “ha alcanzado democracia de proceso y democracia de resultados, democracia procedimental y democracia sustancial, democracia directa y democracia indirecta y la unidad de la democracia del pueblo y la voluntad del país”, comentó Xu Lin, subdirector del departamento de propaganda del Comité Central del Partido Comunista.La campaña hace recordar la rivalidad entre Estados Unidos y la Unión Soviética, que durante décadas lucharon por demostrar las ventajas de sus sistemas políticos, dijo Charles Parton, especialista en China en el Instituto Royal United Services, un grupo de investigación británico.Altos funcionarios del Partido Comunista de China en una reunión de noviembre en PekínYan Yan/Xinhua vía Associated Press“Están, de cierto modo, más aplicados en la competencia ideológica, y esto remite a la Guerra Fría”, dijo Parton, refiriéndose a China.La cumbre de democracia de Biden, que funcionarios de su gobierno han dicho que no está directamente enfocada en China, también ha enfrentado críticas, tanto de Occidente como de China, en parte por los que fueron invitados y por los que no.Angola, Irak y Congo, países que Freedom House clasifica como no democráticos, participarán, mientras que no lo harán dos aliados de la OTAN, Turquía y Hungría.La Casa Blanca, en una medida que probablemente enfurecerá a Pekín, también invitó a dos funcionarios de Taiwán, la democracia isleña que China reivindica como propia; y a Nathan Law, un exlegislador en el territorio semiautónomo de Hong Kong que solicitó asilo en Reino Unido tras la represión de China.En el centro de la defensa de Pekín de su sistema político se encuentran varios argumentos clave, algunos más plausibles que los demás.Los funcionarios mencionan las elecciones que se realizan en los barrios o municipios para elegir representantes para el más bajo de los cinco niveles de legislaturas. Dichas votaciones, sin embargo, son bastante coreografiadas y cualquier candidato que potencialmente pudiera estar en desacuerdo con el Partido Comunista enfrenta acoso o algo peor.Una protesta contra las nuevas leyes de seguridad en en Causeway Bay, Hong Kong, en mayo de 2020Lam Yik Fei para The New York TimesLas legislaturas luego eligen a los delegados para el siguiente nivel, hasta el Congreso Nacional del Pueblo, un cuerpo parlamentario con casi 3000 integrantes que cada primavera se reúne para aprobar las decisiones que el liderazgo del partido toma a puerta cerrada.Cuando Xi impulsó una enmienda constitucional para retirar los límites temporales a la presidencia —lo que le permite gobernar indefinidamente— la votación, realizada de forma secreta, fue de 2958 a 2.China también ha acusado a Estados Unidos de imponer valores occidentales en otras culturas, un argumento que podría encontrar eco en regiones donde ambas potencias compiten por influencia.El embajador de China en Estados Unidos, Qin Gang, se unió recientemente a su homólogo ruso, Anatoly Antonov, para denunciar la cumbre de Biden como hipócrita y hegemónica. En un texto que firmaron en The National Interest, una revista conservadora, aludieron al apoyo otorgado a los movimientos democráticos en países autoritarios que se conocieron como “revoluciones de color”.“Ningún país tiene derecho a juzgar el vasto y variado paisaje político con la misma vara”, escribieron.Al señalar las formas en que las sociedades estadounidense y occidentales se han visto azotadas por divisiones políticas, sociales y raciales y obstaculizadas por la pandemia de coronavirus, China también argumenta que su forma de gobierno ha sido más eficaz para crear prosperidad y estabilidad.Trabajadores sanitarios durante una alerta de covid en Wuhan, China, en eneroGilles Sabrie para The New York TimesLos funcionarios a menudo observan que China ha logrado más de cuatro décadas de crecimiento económico rápido. Y, más recientemente, ha contenido el brote de coronavirus que inició en Wuhan, con menos muertes en toda la pandemia que los que algunos países han registrado en un solo día.Los escépticos rechazan el argumento de que esos éxitos convierten a China en una democracia.Señalan sondeos como el realizado por la Universidad de Würzburg en Alemania, que ranquea a los países según variables como independencia del poder judicial, libertad de prensa e integridad de las elecciones. El más reciente pone a China cerca del final entre 176 países. Solo Arabia Saudita, Yemen, Corea del Norte y Eritrea están más abajo en la lista. Dinamarca está en primer lugar y Estados Unidos en el puesto 36.En China, el Partido Comunista controla los tribunales y censura fuertemente a los medios de comunicación. Ha suprimido la cultura y el idioma tibetanos, ha restringido la libertad religiosa y ha implementado una amplia campaña de detenciones en Sinkiang.Es más, la enérgica defensa de China de su sistema en los últimos meses no ha hecho nada para moderar el enjuiciamiento de la disidencia.Se espera que dos de los más afamados abogados de derechos humanos, Xu Zhiyong y Ding Jiaxi, enfrenten juicio a finales de este año, acusados de haber pedido mayores libertades civiles, según Jerome Cohen, profesor de derecho que se especializa en China en la Universidad de Nueva York. Una empleada china de Bloomberg News en Pekín hasta el martes llevaba un año detenida sin que se supiera cuáles eran las acusaciones en su contraEn el gobierno de Xi, los intelectuales chinos tienen más precauciones al expresarse que en cualquier otro momento desde la muerte de Mao en 1976.“Este es un momento extraordinario en la experiencia china”, dijo Cohen. “De verdad pienso que aplica la definición de totalitarismo”.Keith Bradsher More

Beijing argues that its system represents a distinctive form of democracy, one that has dealt better than the West with challenges like the pandemic.BEIJING — As President Biden prepares to host a “summit for democracy” this week, China has counterattacked with an improbable claim: It’s a democracy, too.No matter that the Communist Party of China rules the country’s 1.4 billion people with no tolerance for opposition parties; that its leader, Xi Jinping, rose to power through an opaque political process without popular elections; that publicly calling for democracy in China is punished harshly, often with long prison sentences.“There is no fixed model of democracy; it manifests itself in many forms,” the State Council, China’s top governing body, argued in a position paper it released over the weekend titled “China: Democracy That Works.”It is unlikely that any democratic country will be persuaded by China’s model. By any measure except its own, China is one of the least democratic countries in the world, sitting near the bottom of lists ranking political and personal freedoms.Even so, the government is banking on its message finding an audience in some countries disillusioned by liberal democracy or by American-led criticism — whether in Latin America, Africa or Asia, including in China itself.Officials attending a news conference at the State Council Information Office in Beijing on Saturday.Mark Schiefelbein/Associated Press“They want to put on a back foot, put on the defensive, what they refer to as Western democracy,” said Jean-Pierre Cabestan, a political scientist at Hong Kong Baptist University.China’s paper on democracy was the latest salvo in a weekslong campaign seeking to undercut Mr. Biden’s virtual gathering, which begins on Thursday.In speeches, articles and videos on state television, officials have extolled what they call Chinese-style democracy. At the same time, Beijing has criticized democracy in the United States in particular as deeply flawed, seeking to undermine the Biden administration’s moral authority as it works to rally the West to counter China.Get Ready for the 2022 Beijing Winter OlympicsJust a few months after Tokyo, the Olympics will start again in Beijing on Feb. 4. Here is what you need to know:A Guide to the Sports: From speedskating to monobob, here’s a look at every sport that will be contested at the 2022 Winter Games.Diplomatic Boycott: The U.S. will not send government officials to Beijing in a boycott to pressure China for human rights abuses.Covid Preparations: With a “closed-loop” bubble, a detailed health plan and vaccination requirements, the Games will be heavily restricted.The Fashion Race: Canada partnered with Lululemon for its Olympic kit, and a Black-owned athleisure brand will outfit Team Nigeria.“Democracy is not an ornament to be used for decoration; it is to be used to solve the problems that the people want to solve,” Mr. Xi said at a gathering of top Communist Party leaders in October, according to Xinhua, the state news agency. (In the same address, he ridiculed the “song and dance” that voters are given during elections, contending that voters have little influence until the next campaign.)On Sunday, the foreign ministry released another report that criticized American politics for what it described as the corrupting influence of money, the deepening social polarization and the inherent unfairness of the Electoral College. In the same way, officials later sought to play down the White House announcement that no American officials would attend the Winter Olympics in Beijing in February by saying none had been invited anyway.A journalist takes a copy of a Chinese government-produced report titled “Democracy that Works” before a news conference at the State Council Information Office in Beijing on Saturday.Mark Schiefelbein/Associated PressChina’s propaganda offensive has produced some eyebrow-raising claims about the fundamental nature of Communist Party rule and the superiority of its political and social model. It also suggests that Beijing may be insecure about how it is perceived by the world.“The fact that the regime feels the need to consistently justify its political system in terms of democracy is a powerful acknowledgment of the symbolism and legitimacy that the term holds,” said Sarah Cook, an analyst who covers China for Freedom House, an advocacy group in Washington.When officials introduced the government’s policy paper on Saturday, they seemed to compete over who could mention “democracy” more often, while muddying the definition of the word.China’s system “has achieved process democracy and outcome democracy, procedural democracy and substantive democracy, direct democracy and indirect democracy, and the unity of people’s democracy and the will of the country,” said Xu Lin, deputy director of the Communist Party Central Committee’s propaganda department. The campaign carries echoes of the rivalry between the United States and the Soviet Union, which sparred for decades over the merits of their political systems, said Charles Parton, a China specialist at the Royal United Services Institute, a British research group.Senior Communist Party officials at a meeting in November in Beijing. Yan Yan/Xinhua, via Associated Press“They are more keen, in a way, on an ideological competition, and that takes you back to the Cold War,” Mr. Parton said, referring to China.Mr. Biden’s democracy summit, which administration officials have said is not explicitly focused on China, has also faced criticism, in the West as well as from China, in part for whom it invited and whom it left out.Angola, Iraq and Congo, countries that Freedom House classifies as undemocratic, will participate, while two NATO allies, Turkey and Hungary, will not. In a move likely to anger Beijing, the White House also invited two officials from Taiwan, the island democracy China claims as its own; and Nathan Law, a former legislator in the semiautonomous territory of Hong Kong who sought asylum in Britain after China’s crackdown.At the heart of Beijing’s defense of its political system are several core arguments, some more plausible than others.Officials cite the elections that are held in townships or neighborhoods to select representatives to the lowest of five levels of legislatures. Those votes, however, are highly choreographed, and any potential candidates who disagree with the Communist Party face harassment or worse.People in Causeway Bay, Hong Kong, protesting new security laws in May 2020.Lam Yik Fei for The New York TimesThe legislatures then each choose delegates for the next level, up to the National People’s Congress, a parliamentary body with nearly 3,000 members that meets each spring to rubber-stamp decisions made behind closed doors by the party leadership.When Mr. Xi pushed through a constitutional amendment removing term limits on the presidency — effectively allowing him to rule indefinitely — the vote, by secret ballot, was 2,958 to 2.China has also accused the United States of imposing Western values on other cultures, an argument that might resonate in regions where the two powers are competing for influence.China’s ambassador to the United States, Qin Gang, recently joined his Russian counterpart, Anatoly Antonov, to denounce Mr. Biden’s summit as hypocritical and hegemonic. Writing in The National Interest, the conservative magazine, they alluded to support for democratic movements in authoritarian countries that became known as “color revolutions.”“No country has the right to judge the world’s vast and varied political landscape by a single yardstick,” they wrote.Pointing to the ways that American and other Western societies have been torn by political, social and racial divisions and hobbled by the coronavirus pandemic, China is also arguing that its form of governance has been more effective in creating prosperity and stability.Health workers during a Covid alert in Wuhan, China in January.Gilles Sabrie for The New York TimesAs officials often note, China has achieved more than four decades of rapid economic growth. More recently, it has contained the coronavirus outbreak that began in Wuhan, with fewer deaths throughout the pandemic than some countries have had in a single day.Skeptics reject the argument that such successes make China a democracy.They cite surveys like the one done by the University of Würzburg in Germany, which ranks countries based on variables like independence of the judiciary, freedom of the press and integrity of elections. The most recent put China near the bottom among 176 countries. Only Saudi Arabia, Yemen, North Korea and Eritrea rank lower. Denmark is first; the United States 36th.In China, the Communist Party controls the courts and heavily censors the media. It has suppressed Tibetan culture and language, restricted religious freedom and carried out a vast detention campaign in Xinjiang.What’s more, China’s vigorous defense of its system in recent months has done nothing to moderate its prosecution of dissent.Two of China’s most prominent human rights lawyers, Xu Zhiyong and Ding Jiaxi, are expected to face trial at the end of this year on charges that they called for more civil liberties, according to Jerome Cohen, a law professor specializing in China at New York University. A Chinese employee of Bloomberg News in Beijing has remained in detention for a year, as of Tuesday, with almost no word about the accusations against her.Under Mr. Xi’s rule, intellectuals are now warier of speaking their minds in China than at practically any time since Mao Zedong died in 1976.“This is an extraordinary time in the Chinese experience,” Mr. Cohen said. “I really think that the totalitarianism definition applies.”A police officer in 2020 walking past placards of detained rights activists taped on the fence of the Chinese liaison office in Hong Kong protesting Beijing’s detention of Xu Zhiyong, the prominent anti-corruption activist.Isaac Lawrence/Agence France-Presse — Getty ImagesKeith Bradsher More