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    Maduro’s Vote to Annex Territory From Guyana Is Seen as a Diversion

    The Venezuelan president is holding a referendum to claim sovereignty over Essequibo, a large oil-rich swath of neighboring Guyana.Venezuela’s president, Nicolás Maduro, finds himself in a political bind. He is under pressure from the United States to hold free and fair elections after years of authoritarian rule or face a reinstatement of crippling economic sanctions. But analysts say he is unlikely to give up power and would most likely lose in a credible election.Now, Mr. Maduro has reignited a border dispute with a much smaller neighboring country in a move that seems driven, at least in part, by a desire to divert attention from his political troubles at home by stoking nationalist fervor.Mr. Maduro claims that the vast, oil-rich Essequibo region of Guyana, a country of about 800,000, is part of Venezuela, a nation of roughly 28 million people, and is holding a nonbinding referendum on Sunday asking voters whether they support the government’s position.Mr. Maduro’s argument is based on what many Venezuelans consider an illegitimate agreement dating to the 19th century that gave the Essequibo region to Guyana.Although most countries have accepted that Essequibo belongs to Guyana, the issue remains a point of contention for many Venezuelans, and the referendum is likely to be approved, experts said.President Irfaan Ali of Guyana has said that “Essequibo is ours, every square inch of it,” and has pledged to defend it.For Mr. Maduro, stoking a geopolitical crisis gives him a way to shift the domestic conversation at a moment when many Venezuelans are pressing for an election that could challenge his hold on power.“Maduro needs to wrap himself in the flag for electoral reasons, and obviously a territorial dispute with a neighbor is the perfect excuse,” said Phil Gunson, an analyst with the International Crisis Group who lives in Venezuela’s capital, Caracas.Analysts say that President Nicolás Maduro’s push for a referendum on Essequibo is aimed at stoking nationalist fervor to distract from his lack of popular support.Ariana Cubillos/Associated PressVenezuelan groups and activists opposing Mr. Maduro organized a primary in October without any official government support to choose a candidate to run in elections that are supposed to be held next year. More than 2.4 million Venezuelans cast ballots, a large number that suggests how engaged voters could be in a general election.But since then, the Maduro government has questioned the vote’s legitimacy and has taken legal aim at its organizers, raising concerns that Mr. Maduro will resist any serious challenge to his 10-year rule even as his country continues to suffer under international sanctions.Turnout on Sunday is expected to be large given that, among other factors, public sector employees are required to vote. A turnout larger than that for the opposition’s primary could bolster Mr. Maduro’s standing, analysts said.“It’s aimed at producing the impression that the government can mobilize the people in a way that the opposition can’t,” Mr. Gunson said.Essequibo, a region slightly larger than the state of Georgia, is a tropical jungle rich in oil, as well as minerals and timber. In recent years, many people have migrated there from Venezuela and Brazil to capitalize on the illegal mining industry.Bartica, Essequibo, is the gateway to what the Guyanese call “the interior,” a sparsely populated region of forest and savanna that is rich in natural resources. Meridith Kohut for The New York TimesGuyana has increased its police presence along the Venezuelan border, while Brazil has sent troops to the region. So far, Venezuela has not deployed any additional forces to the border. More

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    El gobierno de Maduro va contra la oposición previo a la elección de 2024

    La decisión de anular las primarias en las que se eligió a una candidata unitaria para enfrentar al presidente Nicolás Maduro plantea dudas sobre su compromiso con un proceso libre.Luego de años de un gobierno autoritario, parecía que se abría un pequeño resquicio de esperanza para los partidarios de la democracia.La elección de una candidata de la oposición para enfrentarse en las urnas al presidente de Venezuela, que derivó del compromiso del gobierno de celebrar elecciones libres y justas el próximo año, generó un optimismo moderado en los venezolanos y observadores internacionales sobre la posibilidad de un retorno a la democracia.Pero ahora el gobierno del presidente Nicolás Maduro está atacando las primarias de la oposición celebradas este mes, lo que ha suscitado preocupaciones de que Maduro oponga resistencia a cualquier desafío serio a su poder, el cual tiene desde hace 10 años, incluso mientras su país sigue padeciendo las consecuencias de las sanciones internacionales.Las primarias de la oposición en Venezuela, país sudamericano de unos 28 millones de habitantes, se llevaron a cabo sin el apoyo oficial del gobierno. La votación, en cambio, fue organizada por la sociedad civil y se instalaron mesas electorales en viviendas, parques y sedes de partidos de la oposición.Más de 2,4 millones de venezolanos votaron, una cifra considerable que podría indicar el compromiso de los electores rumbo a las elecciones generales previstas para 2024.Pero en los días posteriores a la votación, el presidente de la Asamblea Nacional, organismo controlado por Maduro, afirmó que la participación electoral estaba inflada y calificó a los organizadores de “ladrones” y “estafadores”, y describió las elecciones como una “farsa”.“Las primarias enviaron un claro mensaje de que el pueblo venezolano es, en esencia, profundamente democrático”, dijo Tamara Taraciuk Broner, quien realiza investigaciones sobre Venezuela para Diálogo Interamericano, una organización con sede en Washington. “Y si tienen la opción de votar, se expresarán a través del voto. Y eso es un enorme desafío para los que están en el poder”.La semana pasada, el Ministerio Público venezolano anunció que estaba investigando a 17 miembros de las comisiones nacionales y regionales que supervisaron los comicios bajo cargos de usurpación de funciones electorales, usurpación de identidad, legitimación de capitales y asociación para delinquir.Si el fiscal general presenta cargos penales, los acusados se enfrentarían a un juicio y a una posible sentencia a prisión.Y el lunes, el Tribunal Supremo de Justicia del país emitió una sentencia que deja sin efecto las primarias. Pero dado que el gobierno no desempeñó ningún papel en los comicios, no está claro cuál será el efecto práctico o qué implicaciones tendrá la sentencia de cara al futuro.El gobierno del presidente Nicolás Maduro ha centrado su atención en los organizadores de las primarias de la oposición que María Corina Machado ganó.Leonardo Fernandez Viloria/Reuters“Se suspenden todos los efectos de las distintas fases del proceso electoral conducido por la Comisión Nacional de Primarias”, dice la sentencia.Juan Manuel Rafalli, abogado constitucionalista en Venezuela, dijo que es probable que el Ministerio Público solicite a los organizadores de las primarias la entrega de documentos que utilizará para tratar de invalidar los resultados de la votación o para convocar a una nueva.“Han soltado todo el aparato judicial que ellos controlan para tratar de anular lo que ocurrió”, dijo Rafalli. “No le busques explicación jurídica a esto porque no la van a encontrar”.Maduro asumió el poder en 2013, tras la muerte de Hugo Chávez, quien lideró una revolución de inspiración socialista a finales de la década de 1990. Bajo el mandato de Maduro, Venezuela, cuyas enormes reservas de petróleo convirtieron al país en uno de los más ricos de Latinoamérica, ha experimentado un declive económico que ha desencadenado una crisis humanitaria. Unos siete millones de venezolanos —una cuarta parte de la población— han salido del país.El mes pasado, el gobierno de Maduro y la oposición firmaron un acuerdo que buscaba encaminar al país a unas elecciones libres y justas, que incluía permitirle a la oposición elegir un candidato de cara a la elección presidencial del próximo año.María Corina Machado, candidata de centroderecha y exdiputada venezolana, ganó con el 93 por ciento de los votos en una contienda con 10 aspirantes.Pero el gobierno de Maduro la inhabilitó por 15 años para ejercer cargos públicos, alegando que no completó su declaración de bienes e ingresos cuando era diputada. Se trata de una táctica empleada de manera usual por Maduro para mantener alejados de las urnas a los contendientes más fuertes.Machado es una política experimentada, a quien se le ha apodado la “Dama de Hierro” por su relación confrontativa con los gobiernos de Maduro y Chávez. Algunos analistas afirman que, si se le permitiera presentarse, probablemente derrotaría a Maduro.Pero sus posturas de línea dura y su insistencia en responsabilizar penalmente a miembros del gobierno de Maduro por abusos contra los derechos humanos también podrían hacer menos probable que el gobierno le permita llegar al poder.“Es una contradicción que se firme un acuerdo. Y, acto seguido, en los días que siguen, se proceda a violar los primeros puntos del acuerdo”, dijo Machado en un discurso el jueves, refiriéndose a las investigaciones contra los organizadores de las primarias.El gobierno de Maduro inhabilitó a Machado para presentarse en las elecciones. Algunos analistas creen que si se le permitiera contender, vencería con facilidad a Maduro.Adriana Loureiro Fernandez para The New York TimesEl gobierno de Biden ha retirado algunas de las sanciones impuestas a la crucial industria petrolera de Venezuela en respuesta a algunas de las recientes concesiones de Maduro. El gobierno venezolano, entre otras cosas, ha accedido a aceptar a los venezolanos que han sido deportados de Estados Unidos y a liberar a un puñado de presos políticos.Pero el gobierno de Biden también espera que Venezuela restituya los derechos políticos de los candidatos a los que se inhabilitó de participar en las elecciones nacionales o, de lo contrario, que enfrente el restablecimiento de las sanciones.El Departamento de Estado de Estados Unidos declaró estar al tanto de la decisión del tribunal venezolano sobre las primarias de la oposición e instó al gobierno de Maduro a cumplir el acuerdo de celebrar elecciones creíbles el próximo año.“Estados Unidos y la comunidad internacional siguen de cerca la implementación de la hoja de ruta electoral, y el gobierno estadounidense tomará medidas si Maduro y sus representantes no cumplen sus compromisos”, se lee en el comunicado.Otros dos miembros de la comisión nacional que organizó las primarias de la oposición, y que no están bajo investigación, criticaron la legitimidad de la medida del gobierno de Maduro.“Ellos no estaban conscientes del nivel de participación que se iba a producir y creo que los agarró de sorpresa a ellos y a nosotros”, dijo Víctor Márquez, integrante de la comisión. “Ya quedó claro que el gobierno actual no tiene ninguna posibilidad de ganar las elecciones”.Pedro Benítez, un analista político venezolano, dijo que el gobierno de Maduro estaba siguiendo un manual conocido para tratar de aplastar las amenazas a su poder.Lo que están tratando de hacer, “es subir la apuesta para impedir que la hayan elegido como candidata”, dijo Benítez, refiriéndose a Machado. “El objetivo es desanimar a la oposición, dividir a la oposición, crear conflictos en la oposición, desmoralizar a su base”.“Esa es la primera fase”, añadió. “Luego va a venir la siguiente fase que ya la ofensiva directamente contra el proceso”. 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    Maduro Tries to Squash Venezuela’s Election Campaign Before it Even Starts

    The government’s move to annul the election of a candidate to challenge President Nicolás Maduro raises questions about its commitment to a free election.It seemed like a small glimmer of hope for supporters of democracy, after years of authoritarian rule.The election of an opposition candidate to challenge Venezuela’s president, which followed on a commitment from the government to hold free and fair elections next year, led to cautious optimism among Venezuelans and international observers about the possibility of establishing a path back to democracy.But now the government of President Nicolás Maduro is taking aim at the opposition election held this month, raising concerns that Mr. Maduro will resist any serious challenge to his 10-year hold on power even as his country continues to suffer under international sanctions.The opposition primary in Venezuela, a South American nation of roughly 28 million people, took place with no official government support. Instead, the vote was organized by civil society, with polling stations in homes, parks and the offices of opposition parties.More than 2.4 million Venezuelans cast ballots, an impressive number that suggests how engaged voters could be in the general election that is supposed to take place in 2024.But in the days that followed, the president of the Maduro-controlled legislature has claimed that the voter turnout was inflated and called the organizers “thieves” and “scammers,” and the election a “farce.”“The primaries sent a clear message that the Venezuelan people are, in essence, profoundly democratic,” said Tamara Taraciuk Broner, who researches Venezuela for the Inter-American Dialogue, a Washington-based research organization. “And if they have the option to vote, they will express themselves through the vote. And that is a huge challenge to those in power.”Venezuela’s attorney general’s office announced last week that it was investigating 17 members of the national and regional commissions that oversaw the balloting, based on allegations of violating electoral functions, identity theft, money laundering and criminal association.If the attorney general files criminal charges, the defendants would face a trial and possible imprisonment.And on Monday, the country’s supreme court issued a ruling effectively annulling the primary. But since the government played no role in the election, it is not clear what the practical effect will be or what the ruling will mean going forward.President Nicolás Maduro’s government has taken aim at organizers of the opposition election won by Ms. Machado.Leonardo Fernandez Viloria/Reuters“All effects of the different phases of the electoral process conducted by the National Primary Commission are suspended,” the ruling said.Juan Manuel Rafalli, a constitutional lawyer in Venezuela, said the attorney general’s office will likely ask the primary’s organizers to hand over documents that it will use to try to invalidate the election results or to call for a new one.“They have unleashed all the judicial apparatus that they control to try to annul what happened,” Mr. Rafalli said. “Don’t look for a legal explanation for this because you won’t find one.”Mr. Maduro assumed power in 2013, following the death of Hugo Chávez, who had led a socialist-inspired revolution in the late 1990s. Under Mr. Maduro, Venezuela, whose vast oil reserves made it one of Latin America’ wealthiest nations, has been in an economic free fall, which has set off a humanitarian crisis. About seven million Venezuelans — one quarter of the population — have left the country.The Maduro government and the opposition signed an agreement last month that was intended to move the country toward free and fair elections, including allowing the opposition to choose a candidate for next year’s presidential contest.María Corina Machado, a center-right candidate and former member of Venezuela’s legislature, won with 93 percent of the vote, in a 10-candidate race.But Mr. Maduro’s government has barred her from running for office for 15 years, claiming that she did not complete her declaration of assets and income when she was a legislator. It is a tactic commonly used by Mr. Maduro to keep strong competitors off the ballot.Ms. Machado is a veteran politician, nicknamed “the Iron Lady” to reflect her adversarial relationships with the governments of Mr. Maduro and Mr. Chávez. If Ms. Machado were allowed to run, some analysts say, she could likely defeat Mr. Maduro.But her hard-line positions and insistence on holding members of the Maduro administration criminally responsible for human rights abuses could also make it less likely that the government would allow her to assume power.“It is a contradiction to sign an agreement and then, in the days that follow, they proceed to violate the first points of the agreement,” she said in a speech on Thursday, referring to the investigations of the organizers of the primary.Ms. Machado has been barred from running for office by the Maduro government. Some analysts believe that if she were allowed to run, she would easily beat Mr. Maduro.Adriana Loureiro Fernandez for The New York TimesThe Biden administration has lifted some sanctions on Venezuela’s crucial oil industry in response to some of Mr. Maduro’s recent overtures, which have included accepting Venezuelans that have been deported from the United States and releasing a handful of political prisoners.But the administration also expects Venezuela to reinstate candidates prohibited from participating in the national election or face the restoration of sanctions.The U.S. State Department said it was aware of the Venezuelan high court’s decision regarding the opposition primary and urged the Maduro government to abide by its agreement to hold a credible election next year.“The United States and the international community are closely following implementation of the electoral road map, and the U.S. government will take action if Maduro and his representatives do not meet their commitments,” the statement read.Two other members of the national commission that organized the opposition election, and who are not under investigation, criticized the legitimacy of the Maduro government’s move.“They were not aware of the level of participation that was going to happen and I think it caught them and us by surprise,” said Víctor Márquez, a commission member. “It is clear that the current government has no chance of winning the elections.”Pedro Benítez, a Venezuelan political analyst, said the Maduro government was following a familiar playbook in trying to squelch threats to its power.“What they are trying to do is up the ante to prevent her from being chosen as a candidate,” Mr. Benítez said, referring to Ms. Machado. “The objective is to discourage the opposition, to divide the opposition, to create conflicts in the opposition, to demoralize its base.”“That is the first phase,” he added. “Then the next phase will come, which will be the direct offensive against the process.” More

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    Maduro podría perder las elecciones de Venezuela en 2024

    Nicolás Maduro lleva 10 años en el poder en Venezuela. En esa década, ha supervisado un periodo de colapso económico, corrupción, un aumento importante de la pobreza, la destrucción medioambiental y la represión estatal de los disidentes y la prensa. Esto ha provocado un éxodo de más de 7 millones de venezolanos.Ahora Venezuela se encuentra en una encrucijada que definirá su próxima década y tendrá consecuencias cruciales para el mundo. Venezuela celebrará sus elecciones presidenciales en 2024, unas elecciones que Maduro podría perder, siempre que la oposición participe unida, la comunidad internacional siga implicada y los ciudadanos se sientan inspirados para movilizarse.Recientemente, dos acontecimientos importantes revelaron una oportunidad única de cara a las elecciones: primero, la participación masiva en las primarias de la oposición del 22 de octubre, que otorgaron a María Corina Machado, exdiputada de Venezuela, un sólido primer lugar como la candidata unitaria. Segundo, el régimen no impidió judicialmente ni con violencia que se celebraran estas elecciones. Fue una de las concesiones que hizo en un acuerdo con Washington y la oposición a cambio de que Estados Unidos suavizara las sanciones impuestas durante el mandato de Trump a las industrias del petróleo y el gas.El éxito de las primarias de la oposición podría haber sorprendido a Maduro, y estamos siendo testigos de un mayor hostigamiento contra los organizadores de las elecciones y declaraciones de funcionarios que niegan la posibilidad de levantar la inhabilitación impuesta a varios líderes políticos de la oposición, incluida Machado, de presentarse a las elecciones del próximo año.A pesar de la alentadora participación en las primarias y los avances en las negociaciones, hay una narrativa pesimista —tanto en el extranjero como en Venezuela— de que Maduro se aferrará inevitablemente al poder. He visto y he experimentado lo equivocado que es ese punto de vista. En realidad, las elecciones presidenciales del próximo año brindan la mejor oportunidad hasta la fecha para derrotar al chavismo —el movimiento de inspiración socialista iniciado por Hugo Chávez en el que milita Maduro— desde que llegó al poder hace más de dos décadas.Llevo desde 2013 trabajando como organizador comunitario en los barrios en sectores populares de Venezuela, antes bastiones del chavismo. He trabajado con líderes de la comunidad, la mayoría de los cuales eran chavistas cuando empezamos. He visto con mis propios ojos que, en lugares donde Chávez obtenía antes el 90 por ciento de los votos en las elecciones nacionales, ahora la inmensa mayoría desea un cambio. Hace poco, una exintegrante de la estructura política del partido gobernante, cuyo nombre no desea revelar por temor a las repercusiones, me dijo que Maduro y sus secuaces ya no son una opción para muchos venezolanos: “Ya no quiero nada con ellos ni la comunidad tampoco”. Añadió que “mientras ellos comen como unos reyes”, en los barrios comían muy mal.Para aprovechar esta oportunidad inusual, tienen que ocurrir tres elementos. El primero es que la oposición debe mantenerse unida en las urnas y en defender los votos. El segundo es que la comunidad internacional debe seguir presionando por mejores condiciones electorales y exigir respeto a los derechos humanos en Venezuela. También deben contribuir a bajar los costos de una posible salida de Maduro y su estructura. Y la tercera es que los políticos y los líderes de toda Venezuela deben volver a centrar el discurso en un mensaje lleno de esperanza, en vez de ceder a la tentación de alimentar aún más la polarización.El régimen de Maduro es consciente del riesgo que corre en las elecciones presidenciales del próximo año. Su objetivo es convencer a la gente de que el cambio es imposible, y de que a los venezolanos les irá mejor si se quedan en casa en lugar de ir a votar. La oposición de Venezuela debe contrarrestar esas tácticas con un firme llamado a la participación.También debe enfrentarse a un dilema más fundamental que es común a todos los sistemas electorales autoritarios: participar en unas elecciones que no serán libres y limpias, o boicotearlas.En las últimas elecciones presidenciales, en 2018, parte de la oposición, incluida Machado, boicoteó las elecciones. Como miembro de un partido político de la oposición —Primero Justicia—, yo también decidí no votar. Pero, ahora, tras casi seis años más de consolidación autoritaria, creo que nuestra estrategia fue errada. Pedirle a la gente que se quede en casa en lugar de movilizarse es caer en la trampa de Maduro.Para ser claros, las elecciones presidenciales de 2024 no serán un momento de celebración de la democracia; aún no se dan las condiciones para unas elecciones libres y limpias, y, francamente, puede que nunca se den. No obstante, si la oposición participa y los venezolanos votan en masa, Maduro puede perder.Algunos se preguntan si el régimen permitirá siquiera que se cuenten los votos el año que viene. Mi respuesta es que Maduro necesita hacerlo. Enfrentada a una monumental crisis social y económica, la élite chavista tiene que ofrecerles a los venezolanos un relato que les otorgue legitimidad interna, y eso, en Venezuela, solo puede venir de unas elecciones. Al igual que otros regímenes autoritarios del mundo, su mayor gancho publicitario es afirmar que cuentan con el respaldo del pueblo. Pero lo cierto es que su base sigue menguando drásticamente: hoy, el índice de aprobación de Maduro es del 29 por ciento, según una investigación de Consultores 21, con sede en Caracas.Una victoria arrolladora de la oposición es la mejor protección contra las trampas. Hay un ejemplo reciente de ello en Venezuela. Hace un año, en unas elecciones regionales en Barinas, el estado en el que nació Chávez, el partido gobernante perdió con un margen considerable, a pesar de utilizar toda su artillería de trampas. Aunque se trató de unas elecciones regionales y no estaba en juego el poder presidencial, la experiencia en el estado, unida a los acontecimientos del 22 de octubre, dan una lección sobre lo que debemos hacer para recuperar la democracia en 2024.El punto de partida es que la oposición debe adoptar una estrategia realista, que sea consciente de la desigualdad de condiciones en un sistema autoritario, y que ponga en primer plano la participación del pueblo venezolano. En Barinas, el partido en el poder intentó empujar a la oposición a boicotear las elecciones invalidando ilegalmente los resultados y prohibiendo a varios candidatos que se presentaran. Sin embargo, la oposición permaneció unida y mantuvo su compromiso de participar, a pesar de las injusticias.Para reforzar la unidad ahora, los partidos de la oposición deben priorizar el desarrollo de un mecanismo para tomar decisiones en conjunto que permita alcanzar consensos en una coalición diversa. Los dos pilares de esa unidad deberían ser la lucha por los derechos políticos de todos los líderes —sobre todo los de Machado tras su victoria— y el compromiso firme de participar en las elecciones del año que viene. En el mejor escenario, el gobierno de Maduro levantaría todas las inhabilitaciones antes de las elecciones como parte de las negociaciones. Pero, aunque eso no sucediera, participar y lograr una victoria aplastante en unas elecciones viciadas es el mejor camino que tenemos para avanzar en la democratización.La oposición también necesita un compromiso más firme de otros países latinoamericanos, de Estados Unidos y de Europa con las negociaciones. El régimen de Maduro ha demostrado que hará concesiones en materia de elecciones y derechos humanos si recibe los incentivos adecuados. Necesitamos líderes demócratas con disposición a asumir riesgos y a predicar con el ejemplo en su defensa de la democracia, que exijan la libertad de todos los presos políticos, y mejoras en las condiciones para las elecciones del año que viene. Además, necesitamos que la comunidad internacional acelere la entrega de las ayudas que tanto necesitan los más vulnerables de la sociedad. La oposición y el partido en el poder llegaron a un acuerdo hace un año para que los fondos públicos congelados en el extranjero a causa de las sanciones se transfieran a la ONU con fines humanitarios. Hasta la fecha, esos fondos no han sido implementados.Por último, la oposición tiene que ofrecer una verdadera alternativa a la división promovida por el establishment de Maduro. Inspirar a la gente a participar requiere unir al país en torno a un nuevo relato. El mensaje tradicional de la oposición, entre la polarización con el chavismo y la nostalgia de un pasado que no volverá, está condenado al fracaso.Un nuevo relato para Venezuela debería inspirar a los jóvenes, centrarse en ayudar a las personas en sus dificultades diarias (con servicios públicos, educación y acceso a anticonceptivos) y desarrollar una economía más diversificada que genere empleos bien remunerados para reducir la desigualdad. El nuevo mensaje debería aspirar también a sanar una de nuestras heridas más profundas: la separación de las familias debido a la migración masiva. La reunificación de nuestro país puede convertirse en una motivación personal y emocional para que cada venezolano participe y obre el cambio. Reunir a la familia venezolana es algo por lo que vale la pena luchar.Roberto Patiño, activista venezolano y antiguo dirigente del movimiento estudiantil, es fundador de Alimenta la Solidaridad y Mi Convive, que trabajan en las comunidades vulnerables de Venezuela, y miembro de la junta directiva del partido político Primero Justicia. More

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    I’ve Seen It: Maduro Could Lose Venezuela’s Presidential Election

    Nicolás Maduro has been in power for 10 years in Venezuela. In that decade, he has overseen a period of economic collapse, corruption, a sharp increase in poverty, environmental devastation and state repression of dissidents and the press. This has led to an exodus of more than seven million Venezuelans.Now Venezuela stands at a crossroads, and its choices will define the next decade and carry significant consequences for the world. Venezuela will hold its presidential election in 2024 — one that Mr. Maduro can lose, as long as the opposition stays united in participating, the international community remains involved and citizens are inspired to mobilize.Recently, two significant events opened a unique window ahead of the election. First, a massive turnout for the opposition’s primary on Oct. 22 gave María Corina Machado, a former member of Venezuela’s legislature, a strong mandate as the unity candidate. Second, the regime didn’t block this election from happening — one of the concessions that it made in a deal with Washington and the opposition in exchange for U.S. relaxation of Trump-era sanctions on the oil and gas industries.The success of the opposition primary might have surprised Mr. Maduro; we are now seeing increased harassment against the election organizers and statements by officials denying the lifting of the ban on several opposition political leaders — including Ms. Machado — from running in next year’s elections.Despite encouraging participation in the primaries and advancements in negotiations, there is a pervasive narrative — both abroad and in Venezuela — that Mr. Maduro will inevitably hang on to power. I have seen and experienced how flawed that perspective is. In fact, the presidential election next year offers the best opportunity yet to defeat Chavismo, the socialist-inspired movement begun by Hugo Chávez that Mr. Maduro embraces, since it came to power over two decades ago.Since 2013, I have worked as a community organizer in marginalized neighborhoods, known as barrios in Venezuela, which used to be Chavismo’s strongholds. I worked with community leaders, most of whom were Chavistas when we started. I have seen firsthand how places where Mr. Chávez used to get 90 percent of the votes in national elections now overwhelmingly support the opposition. Recently, a former ranking member of the ruling party’s political structure, who didn’t want to be named for fear of repercussions, told me that Mr. Maduro and his cronies are no longer an option for many Venezuelans: “I don’t want anything to do with them, and neither does the community.” She added, “While they dine like royalty, we eat garbage because of inflation.”To seize this rare opportunity, three things need to happen. First, the opposition must stay united in the ballot and defend the vote. Second, the international community must continue to push for freer elections and human rights in Venezuela while lowering the stakes for Mr. Maduro’s exit from power. And third, politicians and leaders throughout Venezuela must refocus the narrative to a hope-filled message, rather than give in to the temptation to further feed crippling polarization.The Maduro regime is aware of the risk it faces in the presidential election next year. Its objective is to convince people that change is impossible and that Venezuelans are better off staying home rather than casting a vote. Venezuela’s opposition must counter those tactics with a strong call for participation.It also must face the more fundamental dilemma that common to many electoral authoritarian systems: whether to participate in an election that will not be free and fair, or to boycott it.In the last presidential election, in 2018, part of the opposition, including Ms. Machado, boycotted the vote. As a member of an opposition political party — Primero Justicia — I, too, decided not to cast a vote. But now, after nearly six more years of authoritarian consolidation, I believe that strategy was a mistake. Asking the people to stay at home is falling into Mr. Maduro’s trap.To be clear, the presidential election in 2024 will not be a celebratory moment of democracy: The conditions for free and fair elections are not there yet and, frankly, may never be. Nonetheless, if the opposition participates and Venezuelans cast their votes in large numbers, Mr. Maduro can lose.Some question whether the regime will allow votes to even be counted next year. But facing a monumental social and economic crisis, the Chavista elite will need to offer Venezuelans a story that can grant them internal legitimacy, and that can come only from elections. As with other authoritarians in the world, their biggest selling point is to claim that they have the people’s support. But the truth is that their base continues to shrink dramatically: Today Mr. Maduro’s approval rating is 29 percent, according to research from Consultores 21, a Caracas-based consulting firm.A landslide victory for the opposition is the best protection against cheating. There is a recent example of this in Venezuela. A year ago, in a regional election in Barinas, the birthplace of Mr. Chávez, the ruling party lost by a considerable margin, despite using everything in its artillery of chicanery. Even though it was a regional election and presidential power was not at stake, the experience in the state, combined with the events of the past month, offer a path to win back democracy in 2024.The starting point is that the opposition must embrace a realistic strategy that puts front and center the participation of the Venezuelan people. In Barinas, the ruling party tried to push the opposition to boycott the elections by illegally invalidating the results and barring several candidates from running. However, the opposition stuck together and maintained its commitment to participate, despite injustices.To strengthen their unity now, opposition parties must prioritize creating a mechanism for consensus building in the diverse coalition. The two building blocks of that unity should be to fight for all leaders’ political rights — especially Ms. Machado’s after her victory — and to commit to participate in next year’s elections. In the best scenario, Mr. Maduro’s government would lift all bans before the elections as part of negotiations; even if that doesn’t happen, participating in and winning flawed elections is the best path we have to advance democratization.The opposition also needs a stronger commitment from other Latin American countries, the United States and Europe to help. The Maduro regime has proved it will make electoral and human rights concessions — if it receives the right incentives. We need courageous democratic leaders willing to demand the release of all political prisoners and achieve better conditions for elections next year. We also need the international community to expedite the delivery of much-needed support to society’s most vulnerable. The opposition and the ruling party reached an agreement a year ago that public funds frozen abroad because of sanctions would be transferred to the U.N. for humanitarian purposes. To date, those funds have not been deployed.Finally, the opposition needs to offer a true alternative to the divisiveness promoted by Mr. Maduro’s establishment. Inspiring the people to participate requires unifying the country around a new narrative. The traditional opposition message, trapped in polarization with Chavismo and with a nostalgic message of a past that will not return, is doomed to fail.A new narrative for Venezuela should aim to inspire the youth, focus on helping people with their daily challenges — with public services, education and access to contraception — and build a more diversified economy that generates well-paying jobs to reduce inequality. The new message should also aspire to heal one of our most profound wounds: family separation due to mass migration. Our country’s reunification can become a personal and emotional motivator for every Venezuelan to participate and to effect change. Reuniting the Venezuelan family is something worth fighting for.Roberto Patiño, a Venezuelan social activist and former leader of the student movement, is the founder of Alimenta la Solidaridad and Mi Convive, which work in vulnerable communities in Venezuela, and a board member of Primero Justicia, a political party.Source photographs by Ariana Cubillos/Associated Press and Miguel Gutierrez/EPA, via Shutterstock.The Times is committed to publishing a diversity of letters to the editor. We’d like to hear what you think about this or any of our articles. Here are some tips. And here’s our email: letters@nytimes.com.Follow The New York Times Opinion section on Facebook, Twitter (@NYTopinion) and Instagram. More

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    341 días en el limbo migratorio

    341 días en el limbo migratorioDespués del Darién, la espera. Elecciones en Argentina, Venezuela y más para estar al día.Más de dos millones de venezolanos participaron el domingo en las votaciones. El proceso, que no contó con el apoyo del gobierno, tenía como objetivo elegir a un candidato unitario para competir contra el presidente Nicolás Maduro en las presidenciales de 2024.En todo el territorio nacional, y en el exterior (donde viven siete millones de venezolanos), miles de personas hicieron fila para emitir el sufragio.Votación en una mesa improvisada en una cancha deportiva en Catia, otrora bastión del partido oficialista de VenezuelaAdriana Loureiro Fernandez para The New York TimesNuestras colegas Isayen Herrera y Genevieve Glatsky reportaron así desde Caracas y Bogotá sobre las elecciones:Votantes de toda Venezuela desafiaron fuertes lluvias, amenazas y obstáculos logísticos para ejercer el voto, y acudieron en cantidades tan grandes que algunos centros de votación tuvieron que permanecer abiertos después de la hora en que estaban programados para cerrar. La jornada fue percibida como extraordinaria por muchas personas, luego de años de ser testigos de la erosión de su democracia en medio de la escasez, el hambre, y de ver a sus seres queridos fallecer de enfermedades prevenibles.María Corina Machado, exlegisladora de centroderecha, se perfilaba como la virtual ganadora de las votaciones. No se sabe con certeza si podrá seguir adelante como candidata oficial en la contienda, pues el gobierno de Maduro la ha inhabilitado para postularse durante 15 años.Machado dio unas palabras después de conocer los resultados preliminares de la votación.Adriana Loureiro Fernandez para The New York TimesEl proceso se llevó a cabo en un momento en que las penurias de muchos venezolanos forman parte del panorama regional. A pie, en balsas, aviones y autobuses los migrantes de Venezuela atraviesan América Latina rumbo a Estados Unidos en busca de mejores condiciones de vida. Algunos van quedándose en el camino, cambiando el rostro —y el acento— de las comunidades en las que se establecen.Otros logran cruzar la frontera y son trasladados en autobús por el gobernador republicano de Texas, Greg Abbott. Así llegan a grandes ciudades como Nueva York, poniendo en jaque a las autoridades locales.La situación ha cobrado tintes políticos de cara a las elecciones presidenciales de 2024 en Estados Unidos, mientras la Casa Blanca intenta frenar el flujo migratorio. Parte de la estrategia de Joe Biden ha consistido en pedir a las personas con intenciones de migrar que detengan su camino y, desde donde estén, soliciten ingreso legal al país. También contempla centros de procesamiento fuera de EE. UU.Entre quienes escucharon el pedido de Biden están Dayry Alexandra Cuauro y su hija Sarah, de seis años. Julie Turkewitz, jefa de la corresponsalía en los Andes, las conoció hace un año y reportó sobre su difícil travesía en la selva del Darién. (Tal vez recuerdes la imagen de Sarah que captó el fotógrafo Federico Rios en aquel entonces; la niña se perdió durante unos días y un grupo de viajeros la cuidó y ayudó a completar el recorrido hasta Panamá, donde se reunió con su mamá).Ángel García ayudando a Sarah sobre árboles caídos en el Darién, el año pasado.Federico Rios para The New York TimesTranscurrieron 341 días desde que Cuauro decidió abandonar los peligros de la migración irregular e inclinarse por la vía legal. Desde entonces, muchos de sus compañeros de viaje han llegado a Estados Unidos. Desde entonces, madre e hija han conseguido un equipo de personas dispuestas a recibirlas y han empezado a practicar inglés juntas. Desde entonces, cada vez que revisa la página web del sistema de migración solo recibe un mensaje automático: “Caso recibido”.Como Cuauro, dice el reportaje de Julie, hay más de un millón de personas, atrapadas en las contradicciones de esta política migratoria, “en una suerte de purgatorio migratorio, intentando resistir la inestabilidad, la violencia y la penuria que les agobia tanto que escapan”. Te invito a leer la historia completa, que se acaba de publicar.Si alguien te reenvió este correo, puedes hacer clic aquí para recibirlo tres veces por semana.Apuntes de la guerra¿Es posible tender puentes entre israelíes y palestinos? Hay personas que así lo creen y a menudo se les tilda de ingenuas o traidoras. Ellas ven una oportunidad en la crisis actual.Esto se sabe sobre la explosión ocurrida la semana pasada en un hospital en Gaza.Los editores de The New York Times tienen una nota importante sobre nuestra cobertura periodística de lo sucedido en el hospital en Gaza. Te invitamos a leerla. Y, si quieres conocer más de su postura, escucha aquí la entrevista de Lulu Garcia-Navarro con Joe Kahn, editor jefe del periódico [en inglés].Con la camiseta bien puestaPocos días después del anuncio de Lionel Messi de que ficharía por el Inter Miami, tiendas y proveedores habían pedido a Adidas casi medio millón de camisetas.Eric Hartline/USA Today Sports, vía Reuters ConSucedió de manera abrupta: en solo tres meses, una camiseta rosada se volvió casi omnipresente. Es el jersey del Inter Miami, el club de fútbol de la MLS en donde Lionel Messi juega desde este verano.La camiseta ha causado furor y los fans se apresuraron a adquirirla y portarla, ya sea original o de imitación. ¿Tienes una? ¿Fue difícil conseguirla? Mándanos un correo contándonos cómo fue el proceso.— More

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    Venezuela Holds a Key Vote on Sunday. Here’s What You Need to Know.

    Ten opposition candidates are running to face off against President Nicolás Maduro next year. A center-right former legislator, María Corina Machado, is widely expected to win.One million Venezuelans headed to the polls on Sunday to elect an opposition candidate to face President Nicolás Maduro in presidential elections in 2024, a contest that could prove pivotal to the fate of a country that has endured a decade of economic crisis and authoritarian governance.Mr. Maduro came to power in 2013, after the death of Hugo Chávez, the founder of the country’s socialist-inspired revolution. Under Mr. Maduro, Venezuela, once among the richest countries in Latin America, has undergone an extraordinary economic collapse, leading to a humanitarian crisis that has sent more than seven million people fleeing.But the Maduro government and the opposition signed an agreement on Tuesday meant to move toward free and fair elections, including allowing the opposition to choose a candidate for next year’s presidential contest.Sunday’s election, however, will take place with no official government support. Instead, the vote is being organized by civil society, with polling stations in homes, parks and the offices of opposition parties.The leading candidate is María Corina Machado, a center-right former legislator, who has declared herself the country’s best shot yet at ousting the socialist-inspired government that has governed since 1999.Here is what you need to know about Sunday’s election:How are relations between Venezuela and the United States?The United States for years has leveled sanctions on some Venezuelan leaders, but the Trump administration significantly tightened them in 2019, after an election that was widely viewed as fraudulent, in which Mr. Maduro claimed victory.Mr. Maduro has long sought the lifting of the sanctions, which have strangled the economy, while the United States and its allies in the Venezuelan opposition have wanted Mr. Maduro to allow competitive elections that could give his political opponents a legitimate chance at winning.President Nicolás Maduro, with President Gustavo Petro of Colombia last year, has sought the lifting of economic sanctions.Federico Rios for The New York TimesThe past week has seen the most significant softening of relations between Venezuela and the United States in years.Venezuela’s authoritarian government has agreed to accept Venezuelan migrants deported from the United States, signed an agreement with opposition leaders devised to move toward a free and fair presidential election, and released five political prisoners.In exchange, the United States has agreed to lift some economic sanctions on Venezuela’s oil industry, a vital source of income for the Maduro government.What effect does the easing of sanctions have?The sanctions relief announced this past week allows Venezuela’s state-owned oil company to export oil and gas to the United States for six months. For the past few years, the Venezuelan government has been exporting oil to China and other countries at a significant discount.While the move is expected to be a significant boon to Venezuela’s public finances, analysts said that poor infrastructure and a reluctance by some outside investors to quickly enter the Venezuelan market present significant challenges.What is driving these developments?Among the factors driving this flurry of new policies is Venezuela’s increased geopolitical importance.The South American country is home to the largest proved oil reserves in the world, and there is growing U.S. interest in those reserves amid concern over a broader conflict in the Middle East and the war in Ukraine, which has threatened access to global oil supplies.Venezuela is home to the largest proved oil reserves in the world. Adriana Loureiro Fernandez for The New York TimesWhile it would take years for Venezuela’s hobbled oil industry infrastructure to recover, the country’s petroleum reserves could be crucial in the future.The Biden administration is also increasingly interested in improving the economic situation in Venezuela to try to stem the surges of Venezuelan migrants seeking to reach the United States.Could this election really lead to a change in Venezuela’s leadership?Experts are skeptical that Mr. Maduro will willingly give up power, or allow elections to take place if there is a chance he might not win.His government is being investigated by the International Criminal Court for possible crimes against humanity, and the United States has set a $15 million reward for his arrest to face drug trafficking charges. Leaving office could mean lengthy jail terms for Mr. Maduro and his associates.So despite the significance of the recent announcements, some analysts worry that Mr. Maduro is playing both the opposition and the U.S. government, and could ultimately end up with everything he seeks: relief from the sanctions; at least some international recognition for his bow toward fair elections; and a victory next year that allows him to retain power.The United States has tried to prevent that from happening by making clear that the sanctions could be reinstated at any time.But some analysts say that could be difficult if companies take advantage of the sanctions relief and start investing in Venezuela. If that happens, it might be hard to put the sanctions back in place.Who is María Corina Machado, the leading candidate?Ms. Machado is a veteran politician nicknamed “the iron lady” because of her adversarial relationship with the governments of Mr. Maduro and Mr. Chávez. She is viewed by some supporters as courageous for staying in the country when many other politicians have fled political persecution.Her proposals to open up the free market and reduce the role of the state have earned her a loyal base across social classes.Ms. Machado’s adversarial relationship with Mr. Maduro and his predecessor, Hugo Chavez, have earned her the nickname “the iron lady.” Adriana Loureiro Fernandez for The New York TimesBut as she has promoted her candidacy, Ms. Machado’s campaign has been plagued by violence and government surveillance.She has been beaten by people holding Maduro signs, and had animal blood thrown at her at one rally at which The New York Times was present. She has been followed by military intelligence police, and she bypasses police roadblocks by riding on the motorcycles of her supporters.Could Ms. Machado actually win the presidency?Polls suggest that Ms. Machado is likely to win the primary, which has 10 candidates.The group of contenders, who represent a spectrum of ideological views, includes former governors, activists, professors and lawyers, though none seems to have broken through enough to pose a serious challenge to Ms. Machado.But the biggest question is whether Ms. Machado, assuming she wins, will be able to participate in the general election.Mr. Maduro’s government has banned Ms. Machado from running for office for 15 years, claiming that she did not complete her declaration of assets and income when she was a legislator. These types of disqualifications are a common tactic used by Mr. Maduro to keep strong competitors off ballots.Despite an agreement this week to move toward competitive election conditions, the Maduro government has shown little indication that it will allow Ms. Machado to run.The Biden administration has made clear that it expects Mr. Maduro to reinstate banned candidates or face the restoration of sanctions.If Ms. Machado is not allowed to run in 2024, the opposition could put forward another candidate. But it is unclear whether Ms. Machado would willingly step aside, and if the opposition would rally around a single new candidate or split the vote, essentially handing Mr. Maduro the election. More

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    Elecciones primarias en Venezuela 2023: lo que hay que saber

    Diez candidatos de la oposición se están postulando para enfrentarse al presidente Nicolás Maduro en 2024. Se espera que María Corina Machado, una exdiputada, gane la contienda.Este domingo, se espera que un millón de venezolanos acudan a las urnas para elegir a un candidato de la oposición que se enfrente al presidente Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales de 2024, una votación que podría ser crucial para el destino de un país que ha sufrido una década de crisis económica y autoritarismo gubernamental.Maduro llegó al poder en 2013 tras la muerte de Hugo Chávez, el fundador de la revolución inspirada en el socialismo que gobierna el país. Bajo la gestión de Maduro, Venezuela, que solía ser uno de los países más ricos de América Latina, ha sufrido un extraordinario colapso económico, lo que generó una crisis humanitaria que ha hecho que más de siete millones de personas huyan del país.Pero el martes, el gobierno de Maduro y la oposición firmaron un acuerdo diseñado para avanzar hacia unas elecciones libres y justas, lo que incluye permitirle a la oposición elegir un candidato para las elecciones presidenciales del próximo año.Sin embargo, las elecciones del domingo se realizarán sin apoyo gubernamental oficial. En su lugar, el proceso está siendo organizado por la sociedad civil, que instalará centros de votación en casas, parques y en las sedes de los partidos de oposición.La candidata que lidera las encuestas es María Corina Machado, una exdiputada de centroderecha, quien se ha autoproclamado como la mejor oportunidad del país hasta el momento para derrocar al gobierno de inspiración socialista que ha tenido el control del país desde 1999.A continuación, presentamos lo que hay que saber sobre las elecciones del domingo:¿Cómo están las relaciones entre Venezuela y Estados Unidos?Durante años, Estados Unidos ha venido implementando sanciones a algunos líderes venezolanos, pero el gobierno de Donald Trump las endureció de forma significativa en 2019, tras unas elecciones que fueron ampliamente percibidas como fraudulentas, en las que Maduro se declaró ganador.Desde hace tiempo, Maduro ha buscado el levantamiento de las sanciones que han asfixiado la economía, mientras que Estados Unidos y sus aliados en la oposición venezolana han querido que Maduro permita unas elecciones competitivas que pueda brindarles a sus rivales políticos una oportunidad legítima de ganar.El presidente Nicolás Maduro, con el mandatario colombiano, Gustavo Petro, el año pasado, han buscado el levantamiento de las sanciones económicas.Federico Rios para The New York TimesLa semana pasada se produjo el acercamiento más significativo de las relaciones entre Venezuela y Estados Unidos en años.El gobierno autoritario de Venezuela acordó aceptar a los migrantes venezolanos deportados desde Estados Unidos, firmó un acuerdo con los líderes de la oposición diseñado para avanzar hacia unas elecciones presidenciales libres y justas, y liberó a cinco presos políticos.A cambio, Estados Unidos acordó levantar algunas sanciones económicas impuestas a la industria petrolera de Venezuela, una vital fuente de ingresos para el gobierno de Maduro.¿Qué efecto tiene la flexibilización de las sanciones?El levantamiento de las sanciones anunciado esta semana le permite a la compañía petrolera estatal venezolana exportar petróleo y gas a Estados Unidos durante seis meses. Durante los últimos años, el gobierno venezolano había estado exportando petróleo a China y otros países con un descuento significativo.Si bien se espera que la medida sea de gran ayuda para las finanzas públicas de Venezuela, los analistas afirmaron que la infraestructura deficiente y la renuencia de algunos inversores externos a ingresar rápidamente al mercado venezolano presentan desafíos importantes.¿Qué impulsa estos avances?Entre los factores que impulsan esta oleada de nuevas políticas se encuentra el incremento de la importancia geopolítica de Venezuela.El país sudamericano tiene las mayores reservas comprobadas de petróleo del mundo, y existe un creciente interés de Estados Unidos en esas reservas en medio de la preocupación por un conflicto más amplio en el Medio Oriente y la guerra en Ucrania, las cuales han amenazado el acceso a los suministros mundiales de petróleo.Venezuela tiene las mayores reservas comprobadas de petróleo del mundo.Adriana Loureiro Fernandez para The New York TimesAunque se necesitarán años para que la mermada infraestructura de la industria petrolera de Venezuela se recupere, las reservas de petróleo del país podrían ser cruciales en el futuro.El gobierno de Biden también está cada vez más interesado en mejorar la situación económica en Venezuela para intentar mitigar el flujo de migrantes venezolanos que intentan cruzar a Estados Unidos.¿Podrían estas elecciones realmente conducir a un cambio en el liderazgo de Venezuela?Los expertos se muestran escépticos ante la posibilidad de que Maduro renuncie al poder de forma voluntaria, o de que permita que se celebren elecciones si existe la posibilidad de que no las gane.Su gobierno está siendo investigado por la Corte Penal Internacional por posibles crímenes de lesa humanidad, y Estados Unidos ha fijado una recompensa de 15 millones de dólares por su arresto para enfrentar cargos de tráfico de drogas. Abandonar la presidencia podría traducirse en largas condenas de cárcel para Maduro y sus asociados.Así que a pesar de la relevancia de los anuncios recientes, a algunos analistas les preocupa que Maduro esté jugando tanto con la oposición como con el gobierno de Estados Unidos, y que pueda al final terminar con todo lo que busca: flexibilización de las sanciones; al menos cierto reconocimiento internacional por su disposición hacia elecciones justas; y una victoria el año que viene que le permita retener el poder.Estados Unidos ha intentado prevenir que suceda eso dejando bien en claro que las sanciones pueden ser restituidas en cualquier momento.Sin embargo, algunos analistas afirmaron que eso podría ser difícil si las compañías se aprovechan del levantamiento de las sanciones y comienzan a invertir en Venezuela. Si eso sucede, podría ser complicado volver a instaurar las sanciones.¿Quién es María Corina Machado, la candidata líder?Machado es una política veterana que tiene el apodo de “la dama de hierro” debido a su relación adversa con los gobiernos de Maduro y Chávez. Es percibida por algunos simpatizantes como una persona valiente por permanecer en el país cuando muchos otros políticos han huido para evadir la persecución política.Sus propuestas de apertura al libre mercado y de reducir el rol del Estado le han hecho ganar una base leal de seguidores por diferentes clases sociales.La relación de confrontación de María Corina Machado con el presidente Nicolás Maduro y su predecesor, Hugo Chávez, le han valido el apodo de “la dama de hierro”.Adriana Loureiro Fernandez para The New York TimesPero durante la promoción de su candidatura, la campaña de Machado ha estado plagada de violencia y vigilancia gubernamental.Machado ha sido golpeada por personas que portaban carteles de Maduro y en un mitin en el que estuvo presente The New York Times le arrojaron sangre de animal. Ha sido seguida por la policía de inteligencia militar y suele sortear los controles policiales viajando en las motocicletas de sus simpatizantes.¿Podría Machado realmente ganar la presidencia?Las encuestas sugieren que Machado probablemente ganará las primarias, la cual tiene un total de 10 candidatos.El grupo de contendientes, los cuales representan una gama de diversas visiones ideológicas, incluye exgobernadores, activistas, profesores y abogados, aunque ninguno parece haber logrado avances suficientes como para representar una amenaza seria para Machado.Sin embargo, la pregunta más importante es si Machado, asumiendo que gane el domingo, será capaz de participar en las elecciones presidenciales de 2024.El gobierno de Maduro le ha prohibido a Machado postularse a la presidencia por 15 años, alegando que no completó su declaración de activos e ingresos cuando fue diputada. Este tipo de inhabilitaciones son una táctica común utilizada por Maduro para mantener a competidores fuertes fuera de las boletas de votación.A pesar de un acuerdo esta semana para avanzar hacia condiciones electorales competitivas, el gobierno de Maduro ha mostrado pocas señales de que permitirá que Machado se postule.El gobierno de Biden ha dejado claro que espera que Maduro restituya a los candidatos inhabilitados o se enfrente al restablecimiento de las sanciones.Si a Machado no le permiten postularse a la presidencia en 2024, la oposición podría presentar a otro candidato. Pero no se sabe con certeza si Machado saldría del proceso voluntariamente, si la oposición apoyaría a un solo nuevo candidato o si dividiría el apoyo, lo que en esencia le entregaría a Maduro las elecciones en bandeja de plata. More