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¿Qué pasa en Bielorrusia? Una guía básica

Un avión que no llegó a su destino planeado, un periodista disidente detenido y todo lo que pasó antes del “secuestro de Estado” del que todos hablan.

El aterrizaje forzoso de un vuelo comercial el domingo, considerado por varios países como un secuestro de Estado, ha puesto a Bielorrusia y a su presidente, Alexander Lukashenko, de nuevo en primer plano a nivel mundial.

Se produjo a menos de un año de que los bielorrusos se enfrentaron a una violenta represión policial al protestar por los resultados de unas elecciones que muchos gobiernos occidentales tacharon de farsa.

Según los gobiernos occidentales, el vuelo de Ryanair procedente de Atenas y con destino a Vilna, Lituania, fue desviado a Minsk con la excusa de una amenaza de bomba, con el objetivo de detener a Roman Protasevich, un periodista disidente de 26 años. En un video publicado por el gobierno, confesó haber participado en la organización de “disturbios masivos” el año pasado, pero sus amigos dicen que la confesión se hizo bajo amenaza.

Para quienes intentan ponerse al día, he aquí el contexto que los ayudará a seguir a la par de la historia en curso.

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Source: Flightradar24

By Scott Reinhard

Pool photo by Sergei Shelega

Lukashenko fue elegido por primera vez en 1994. Los observadores externos consideraron que fueron unas elecciones libres y justas, y en un principio el presidente contó con un amplio apoyo. Pero es difícil saber con exactitud su popularidad actual, ya que los sondeos independientes son en su mayoría ilegales y las encuestas del gobierno suelen mantenerse en secreto.

Muchos observadores internacionales creen que las recientes elecciones fueron descaradamente amañadas. En las elecciones de agosto del año pasado, el gobierno anunció que Lukashenko había ganado el 80 por ciento de los votos, un resultado considerado improbable en medio de una economía en recesión y una mala gestión de la pandemia de coronavirus. Varios candidatos de la oposición habían sido encarcelados o exiliados, y se prohibió la presencia de observadores internacionales en las elecciones.

En 2005, la secretaria de Estado estadounidense Condoleezza Rice calificó a Bielorrusia como “la última verdadera dictadura que queda en el corazón de Europa”, y las relaciones con Estados Unidos y otros países occidentales son tensas. La crisis ha puesto a prueba la relación de Lukashenko con Rusia, que le ha ofrecido un fuerte apoyo desde las elecciones del año pasado, pero es un aliado complicado.

Lee más sobre Lukashenko aquí [en inglés].

Roman Protasevich es cofundador y antiguo editor de Nexta, un canal en Telegram, una aplicación de mensajería que ha sido utilizada por los manifestantes para compartir información y organizar protestas.

Reuters TV

Tras años como reportero independiente, huyó a Lituania en 2019, y creyó estar a salvo en la Unión Europea. Se convirtió en una figura clave de la oposición al trabajar para Nexta, donde practicaba una forma de periodismo mezclada con activismo. Se involucró más en la organización de protestas callejeras tras las elecciones de agosto.

En noviembre, los fiscales de Bielorrusia lo acusaron en virtud de una ley que prohíbe organizar protestas que violen el “orden social”, y los servicios de seguridad lo incluyeron en una lista de acusados de terrorismo, un delito que se castiga con pena de muerte.

Associated Press

En las tres noches posteriores a las elecciones del 9 de agosto, la policía dispersó agresivamente las manifestaciones, en su mayoría pacíficas, con gases lacrimógenos, granadas de aturdimiento, balas de goma y porras. El acceso a internet y el servicio de telefonía móvil fueron en gran medida bloqueados.

Una semana después de la votación, decenas de miles de manifestantes —algunos cálculos estiman una multitud de 200.000 personas— convergieron en el centro de Minsk, la capital, y pidieron a Lukashenko que renunciara. Miles de manifestantes fueron detenidos, y los videos de agentes golpeando a civiles avivaron la ira. Algunos manifestantes lanzaron piedras a los policías.

Las manifestaciones continuaron durante meses, pero no consiguieron forzar a Lukashenko a realizar concesiones. En febrero, dos periodistas fueron condenadas a dos años de cárcel por reportar desde una manifestación. El lunes, Lukashenko firmó una ley que impone nuevas y duras restricciones a los medios de comunicación.

Lee más sobre las protestas aquí, y sobre el sistema de seguridad que permite a Lukashenko mantener el poder aquí [en inglés].

Agencja Gazeta/vía Reuters

El Ministerio de Relaciones Exteriores griego calificó el suceso de “secuestro de Estado”. Mateusz Morawiecki, primer ministro de Polonia, lo calificó de “acto de terrorismo de Estado”.

El presidente Joe Biden pidió la liberación de Protasevich, diciendo que su detención y el video que hizo bajo aparente amenaza eran “vergonzosas agresiones tanto contra la disidencia política como contra a la libertad de prensa”.

Bielorrusia quedó efectivamente aislada, y los aviones dejaron de volar con destino a Bielorrusia o por su espacio aéreo. La Unión Europea pidió sanciones, y el presidente Biden ordenó a su equipo “desarrollar opciones apropiadas para hacer rendir cuentas a los responsables”.

Daniel Victor es un reportero radicado en Londres que cubre una amplia gama de historias con un enfoque en las noticias de última hora. Se incorporó al Times en 2012, procedente de ProPublica. @bydanielvictor



Source: Elections - nytimes.com


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