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Cuatro conclusiones del segundo día de las audiencias del 6 de enero

Los congresistas que investigan el asalto al Capitolio afirmaron que Trump no quiso escuchar las recomendaciones de sus colaboradores e insistió en declararse victorioso y decir que le robaron las elecciones, sin tener pruebas.

El gran tema durante el segundo día de audiencias del comité que investiga los sucesos del 6 de enero fue que al expresidente Donald Trump se le dijo repetidamente, incluso su propio fiscal general se lo comentó, que su “gran mentira” sobre una elección fraudulenta no tenía fundamento. De todos modos hizo el reclamo falso en la noche de las elecciones y no ha parado desde entonces.

Tal como lo hicieron durante la audiencia de apertura, los miembros del comité usaron testimonios en video de algunos de los amigos y asesores más cercanos de Trump, incluidos comentarios contundentes del exfiscal general William P. Barr, para demostrar que el exmandatario sabía que sus afirmaciones no tenían fundamento.

Aquí presentamos otras conclusiones del segundo día de las audiencias.

El testimonio en video de Barr fue uno de los más convincentes de la mañana, y el exfiscal general describió a Trump como alguien que, en los días posteriores a las elecciones, estaba cada vez más “distanciado de la realidad”. En su testimonio, Barr dijo que en repetidas ocasiones le dijo al expresidente que sus afirmaciones de fraude eran infundadas, pero “nunca hubo indicios de que se interesara por los hechos reales”.

La cruda descripción de la conducta del exmandatario es una pieza clave del argumento que el comité trata de formular: que Trump sabía que sus afirmaciones sobre una elección fraudulenta no eran ciertas pero, de todos modos, las dijo. Barr dijo que en las semanas posteriores a las elecciones, le dijo repetidamente “cuán locas eran algunas de estas acusaciones”.

El comité argumenta que Trump fue un mentiroso consciente. Pero el testimonio de Barr ofrece otra posible explicación: que el expresidente llegó a creerse las mentiras que estaba diciendo.

“Pensé que, si realmente creía en esas cosas, ya sabes, había perdido el contacto con, con… se había distanciado de la realidad, si realmente creía en esas cosas”, le dijo Barr al comité.

Uno de los aspectos que quedaron claros el lunes fue que había dos grupos de personas alrededor de Trump durante los días y semanas posteriores a las elecciones.

Bill Stepien, el director de campaña de Trump, caracterizó a su grupo como “El equipo normal”, a diferencia del equipo dirigido por Rudy Giuliani, el abogado personal de Trump.

Al ser un veterano político republicano, Stepien estuvo entre los asistentes de campaña, abogados, asesores de la Casa Blanca y otras personas que instaron a Trump para que abandonara sus afirmaciones infundadas de fraude. En cambio, el equipo de Giuliani impulsaba la paranoia del expresidente instándolo a respaldar las afirmaciones fantasiosas y sin fundamento sobre la recolección de votos, la supuesta manipulación de las máquinas de votación y otras denuncias. “Los llamábamos: mi equipo y el equipo de Rudy”, dijo Stepien a los investigadores del comité en las entrevistas. “No me importaba estar relacionado con ‘El equipo normal’”.

Los miembros del comité esperan que la descripción de los dos grupos que competían por la atención de Trump evidencie que el expresidente tomó una decisión: escuchar al grupo dirigido por Giuliani en vez de atender las recomendaciones de las personas que dirigieron su campaña y trabajaron en su gestión. En palabras del “Equipo normal”, Trump decidió escuchar a los que decían argumentos “locos”.

La audiencia del lunes comenzó con un vívido retrato de la noche de las elecciones en la Casa Blanca, describiendo la reacción del expresidente, y quienes lo rodeaban, cuando Fox News dijo que Joe Biden ganó en Arizona. Usando testimonios en video de los asesores más cercanos del exmandatario y algunos miembros de su familia, el comité mostró cómo Trump rechazó las advertencias que le dieron.

Stepien dijo en un video que había instado al expresidente para que no declarara su victoria prematuramente, después de haberle explicado que era muy probable que los votos demócratas se contaran más tarde. Trump lo ignoró, según dijeron Stepien y otras personas. En cambio, escuchó a Rudy Giuliani, quien según sus asistentes estaba borracho esa noche, e instaba al expresidente para que se declarara victorioso y dijera que las elecciones estaban siendo robadas.

Chris Stirewalt, el editor político de Fox News que fue despedido después de que su cadena declarara la victoria de Biden en Arizona, le dijo al comité que el cambio en los resultados de esa noche que provocó las afirmaciones del presidente sobre manipulación de votantes no fueron más que los resultados esperados de los votos demócratas que se contaron después de los republicanos. Y se mostró orgulloso de que su equipo haya sido el primero en calificar con precisión los resultados de Arizona y dijo que había “cero” posibilidades de que Trump hubiera ganado ese estado.

No fue solo la “gran mentira”, según el comité del 6 de enero. También fue “la gran estafa”.

En una presentación de video que concluyó la segunda audiencia, el comité describió cómo Trump y sus asistentes de campaña utilizaron afirmaciones infundadas de fraude electoral para convencer a los partidarios del expresidente con el fin de que enviaran millones de dólares a algo llamado “Fondo de Defensa Electoral”. Según el comité, los partidarios de Trump donaron 100 millones de dólares en la primera semana después de las elecciones, aparentemente con la esperanza de que ese dinero ayudaría a su líder en la lucha para anular los resultados.

Pero un investigador del comité dijo que no había evidencia de que ese fondo existiera. En cambio, millones de dólares fluyeron hacia un comité de acción política que el presidente estableció el 9 de noviembre, solo unos días después de las elecciones. Según el comité, esa instancia envió 1 millón de dólares a una fundación benéfica dirigida por Mark Meadows, el exjefe de gabinete de Trump, y otro millón a un grupo político dirigido por varios de sus exmiembros del personal, incluido Stephen Miller, el arquitecto de la agenda de inmigración de Trump.

Zoe Lofgren, representante demócrata por California, resumió los descubrimientos de esta manera: “A lo largo de la investigación del comité, encontramos evidencia de que la campaña de Trump y sus colaboradores engañaron a los donantes sobre el destino de sus fondos y para qué se utilizarían”.

Y agregó: “Así que no solo se trató de una gran mentira, también se hizo una gran estafa. Los donantes merecen saber adónde van realmente sus fondos. Se merecen algo mejor que lo que hizo el presidente Trump y su equipo”.

Michael D. Shear es un corresponsal veterano de la Casa Blanca y dos veces ganador del Premio Pulitzer que también formó parte del equipo que ganó la Medalla de Servicio Público por la cobertura de la COVID-19 en 2020. Es coautor de Border Wars: Inside Trump’s Assault on Inmigración. @shearm



Source: Elections - nytimes.com


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