Incluso para los estándares de la Casa Blanca de Trump, la reunión celebrada el 18 de diciembre de 2020, que fue analizada en detalle esta semana por el comité que investiga los hechos del 6 de enero, fue extrema.
La reunión duró más de seis horas, pasada la medianoche, y terminó en gritos que se escuchaban afuera de la sala. Los participantes lanzaban insultos y casi llegaron a los golpes. Algunas personas se fueron llorando.
Incluso para los estándares de la Casa Blanca de Trump, donde las personas solían gritarse y el presidente Donald Trump también les gritaba, la reunión del 18 de diciembre de 2020 es considerada como un evento “desquiciado” y un punto de inflexión en los esfuerzos desesperados de Trump por permanecer en el poder después de haber perdido las elecciones.
Los detalles de la reunión han sido reportados previamente, incluso por The New York Times y Axios, pero en una audiencia pública del comité del 6 de enero que se celebró el martes, los participantes en el caos ofrecieron una serie de nuevos detalles impactantes de la reunión entre Trump y las facciones rivales de asesores.
“Llegó un punto en el que los gritos se escuchaban afuera”, le dijo Eric Herschmann, un abogado de la Casa Blanca, al comité en un testimonio grabado en video. “Había gente entrando, era tarde en la noche, y fue un día largo. Y pensé que lo que estaban proponiendo era una locura”.
La propuesta era que el presidente le ordenara al secretario de Defensa que incautara las máquinas de votación para examinarlas en busca de fraude y que también designara a un abogado especial para acusar potencialmente a las personas de delitos y fue urdida por tres asesores externos: Sidney Powell, una abogada que trabajó en la campaña de Trump y promovió teorías de conspiración sobre un supuesto complot venezolano para manipular las máquinas de votación; Michael T. Flynn, el asesor de seguridad nacional que Trump despidió durante sus primeras semanas en el cargo; y Patrick Byrne, ex director ejecutivo de Overstock.com.
Del otro lado estaban Pat A. Cipollone, el abogado de la Casa Blanca; Herschmann; y Derek Lyons, el secretario de personal de la Casa Blanca.
La discusión comenzó poco después de que Powell y sus dos acompañantes fueran admitidos en la Casa Blanca por un asistente subalterno y se dirigieron a la Oficina Oval sin tener cita.
Estuvieron a solas con Trump, durante unos 15 minutos, antes de que otros funcionarios fueron alertados de su presencia. Cipollone contó que recibió una llamada urgente de un miembro del personal para que fuese a la Oficina Oval.
“Abrí la puerta y entré. Vi al general Flynn”, dijo en una entrevista grabada en video que el comité divulgó en la audiencia del martes. “Vi a Sidney Powell sentada ahí. No estaba feliz de ver a las personas que estaban en la Oficina Oval”.
Cuando se le pidió que explicara por qué, Cipollone dijo: “En primer lugar, la persona de Overstock, nunca la conocí, nunca supe quién era ese tipo”. Lo primero que hizo, dijo Cipollone, fue decirle a Byrne: “¿Quién es usted?”. “Y me contestó”, dijo Cipollone. “No creo que ninguna de esas personas le estuvieran dando buenos consejos al presidente”.
Lyons y Herschmann se unieron al grupo. “No fue una reunión casual”, dijo Lyons al comité en un testimonio grabado en video. “A veces, había gente gritándose, insultándose unos a otros. No eran personas que estaban sentadas en un sofá charlando”.
Powell, en su entrevista grabada en video, describió a Trump como “muy interesado en escuchar” lo que ella y sus dos compañeros tenían que decir, cosas que “aparentemente nadie más se había molestado en informarle”.
Herschmann dijo que estaba estupefacto por lo que estaba escuchando.
“Y yo le preguntaba, ¿estás afirmando que los demócratas están trabajando con Hugo Chávez, los venezolanos y otras personas? Y, en un momento, el general Flynn sacó un diagrama que supuestamente mostraba las direcciones IP de todo el mundo y las comunicaciones a través de las máquinas. Y algunos comentarios sobre, por ejemplo, que los termostatos Nest están conectados a internet”.
Cuando los funcionarios de la Casa Blanca le dijeron a Powell que había perdido decenas de juicios que cuestionaban los resultados de las elecciones de 2020, ella respondió: “Bueno, los jueces son corruptos”.
“Y le pregunté: ¿Todos?”, dijo Herschmann. “¿Cada uno de los casos que ha perdido en este país? ¿Cada uno de esos jueces es corrupto? ¿Incluso los que nombramos?”.
Powell testificó que los asesores de la Casa Blanca de Trump “no mostraron más que desprecio y desdén por el presidente”.
El plan, según supieron los asesores de la Casa Blanca, era que Powell se convirtiera en la fiscala especial. Eso no salió bien.
“No creo que Sidney Powell diría que pensé que era una buena idea nombrarla como abogada especial”, testificó Cipollone. “No pensé que ella debería ser nombrada en ningún cargo”.
Cipollone también testificó que estaba alarmado por la insistencia de Powell y los demás de que hubo fraude electoral sin tener ninguna prueba que lo demostrara. “Cuando otras personas seguían sugiriendo que sí, la respuesta es, ¿a qué se refieren? En algún momento, tienes que demostrar lo que dices o callarte. Esa es mi opinión”.
Herschmann describió un momento particularmente intenso. “Flynn me gritó que yo era un desertor y todo, caminaba mientras me gritaba. En cierto momento, también le grité: ‘O te calmas o te sientas’”.
Cassidy Hutchinson, una de las principales asistentes de Mark Meadows, el jefe de gabinete de la Casa Blanca, podía escuchar los gritos desde afuera de la Oficina Oval. Le envió un mensaje de texto a un subjefe de personal, Anthony M. Ornato, diciendo que el ala oeste estaba “TRASTORNADA”.
Después de que comenzó la reunión, los asesores de la Casa Blanca llamaron a Rudolph Giuliani, el abogado personal de Trump, para argumentar en contra de Powell. Eventualmente, la reunión migró a la Sala Roosevelt y la Sala del Gabinete, donde Giuliani estuvo solo por unos momentos, lo que, según lo que le dijo al comité, le pareció “algo genial”.
Finalmente, el grupo recaló en la residencia de la Casa Blanca.
Powell creía que había sido nombrada fiscala especial, algo que Trump declaró que quería hacer, por lo que debería tener una autorización de seguridad. Pero el resto de los asistentes se opusieron. Ella testificó que otros dijeron que incluso si eso sucedía, la ignorarían. Ella dijo que los habría “despedido” en el acto por esa insubordinación.
Powell aseguró que Trump le dijo algo como: “¿Ves con lo que tengo que lidiar? Tengo que lidiar con esto todo el tiempo”.
Eventualmente, Trump se retractó y rechazó la propuesta de los asesores externos. Pero a la mañana siguiente, el 19 de diciembre, escribió en Twitter instando a sus partidarios para que fuesen al Capitolio el 6 de enero, el día en que se fijó la sesión conjunta del Congreso para certificar los resultados del Colegio Electoral.
“¡Estar allí, será salvaje!”, escribió.
Maggie Haberman es corresponsal de la Casa Blanca. Se unió al Times en 2015 como corresponsal de campaña y formó parte de un equipo que ganó un Pulitzer en 2018 por informar sobre los asesores de Trump y sus conexiones con Rusia. @maggieNYT
Source: Elections - nytimes.com