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El martes concluye una campaña presidencial divisiva, caótica y agotadora, en la que los votantes se disponen a elegir a la primera mujer que lidere Estados Unidos en sus 248 años de historia o a devolver a la Casa Blanca a un expresidente que pasó por dos juicios políticos y ha trastornado la política y la cultura estadounidenses al tiempo que moldeaba el Partido Republicano a su imagen y semejanza.
Tanto si los estadounidenses se decantan por Kamala Harris, la vicepresidenta demócrata, como por Donald Trump, el expresidente republicano, los votantes estarán haciendo historia: Harris sería la primera mujer elegida a la Casa Blanca; Trump sería el primer delincuente convicto en sentarse en el Despacho Oval.
Esta jornada electoral pone fin a una campaña emocionalmente agotadora que ha personificado toda la disfunción y polarización de la política estadounidense. Hasta el final, casi todos los sondeos realizados en los siete estados de tendencia electoral incierta mostraban que la contienda era un cara o cruz. La votación anticipada puso de manifiesto el intenso interés del electorado, mientras Trump y Harris realizaban sus últimas rondas por los estados en disputa, que terminaron el lunes en Pensilvania para Harris y a primera hora del martes en Michigan para Trump.
“Necesitamos que todo el mundo vote, Pensilvania, ustedes marcarán la diferencia en estas elecciones”, dijo Harris en su discurso final, tras una gira por cinco ciudades del estado. “Ustedes marcarán la diferencia”.
Trump, dirigiéndose a sus partidarios en Pittsburgh el lunes por la noche, descartó las encuestas que mostraban una carrera reñida mientras instaba a sus votantes a acudir a las urnas. “Dejen que todo el mundo piense que va a estar apretadísimo”, dijo. “Lo esté o no, tienen que salir y aturdirlos”.
No menos desconcertante es cuándo quedará claro quién ganó las elecciones. Si los sondeos son correctos, y la contienda está así de reñida, podrían pasar días antes de que se conozca al próximo presidente o presidenta. Si los sondeos se equivocan, el país podría despertarse el miércoles por la mañana sabiendo quién sucederá al presidente Joe Biden en la Casa Blanca.
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Source: Elections - nytimes.com