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    Daniel Noboa gana la elección presidencial de Ecuador

    El candidato de centroderecha enfocado en el empleo se impuso a la candidata de izquierda en unas elecciones decisivas centradas en la economía y el aumento de la violencia de las pandillas.Daniel Noboa, el heredero de un imperio de banano de 35 años, ganó la elección presidencial de Ecuador el domingo, en una campaña electoral en la que había mucho en juego y estuvo impulsada por la frustración del electorado de un país afectado por la violencia y una economía en crisis.Noboa, figura outsider de centroderecha, derrotó a Luisa González, la candidata de la izquierda elegida personalmente por el expresidente Rafael Correa, quien contendió con la promesa de regresar al país al periodo de prosperidad y bajas tasas de homicidios durante el gobierno correísta.Los resultados de la votación indican un deseo de cambio en un país de más de 17 millones de habitantes en la costa occidental de Sudamérica que ha experimentado un aumento en la violencia de grupos criminales internacionales y pandillas locales, que han transformado Ecuador en un actor clave en el tráfico mundial de las drogas, lo que ha llevado a decenas de miles de ecuatorianos a migrar hacia la frontera entre México y Estados Unidos.Como buena parte de América Latina, Ecuador ha sufrido un golpe económico importante por la pandemia del coronavirus, y muchas personas han batallado para ganar suficiente dinero para proveer para sus familias. Solo el 34 por ciento de los ecuatorianos tienen un empleo adecuado, según los datos del gobierno.Noboa, lleva el 52,29 por ciento de los votos, mientras que González lleva el 47,71 por ciento, con más del 93 por ciento de los votos escrutados el domingo en la tarde, de acuerdo con las cifras oficiales.González aceptó su derrota en un discurso y agradeció a sus seguidores.“A los que no votaron por nosotros, pues nuestras felicitaciones, porque ha ganado aquel candidato que eligieron y, como ecuatorianos, también abrazarlos”, dijo. “Y, por supuesto, al candidato, ahora presidente electo, Daniel Noboa, nuestras felicitaciones profundas porque es democracia. Nosotros jamás hemos llamado a incendiar una ciudad ni jamás salimos gritando fraude”.Ecuador había sido un país pacífico en comparación con sus vecinos, en especial Colombia, que por décadas estuvo afectada por la violencia de grupos armados guerrilleros, unidades paramilitares y carteles de las drogas.Ese panorama cambió en los años recientes, cuando Colombia forjó un acuerdo de paz con el grupo guerrillero, de corte izquierdista, más grande del país, y Ecuador comenzó a estar dominado por la red cada vez más poderosa del narcotráfico, que incluye a cárteles mexicanos y pandillas albanesas. A través de los puertos de la costa del Pacífico, Ecuador se ha convertido en un importante punto de transbordo de la cocaína que se contrabandea a Europa.Oficiales de la policía inspeccionan productos del mar destinados a exportación en el puerto de Guayaquil, Ecuador. El país se ha convertido en un importante punto de transbordo de cocaína que se contrabandea a Europa.Victor Moriyama para The New York TimesCon regularidad, las noticias presentan decapitaciones, atentados con coches bomba, asesinatos de policías, jóvenes colgados de puentes y niños asesinados a tiros frente a sus casas o escuelas.Cuando Noboa tome juramento, tendrá un mandato presidencial hasta mayo de 2025. En ese tiempo, será obligado a lidiar con los grupos internacionales que han unido fuerzas con las pandillas de las prisiones en una competencia brutal por el lucrativo mercado de las drogas.Y con poca experiencia en cargos del gobierno y una Asamblea Nacional fragmentada, los analistas aseguran que será un desafío.Es posible que le tome mucho tiempo lograr formar una coalición de gobierno, y probablemente esta será ideológicamente incoherente e impredecible, dijo Will Freeman, investigador de Estudios Latinoamericanos en el Consejo de Relaciones Exteriores, un instituto de investigación estadounidense.Noboa ha intentado superar la polarización entre la izquierda y la derecha durante su campaña electoral. Sin embargo, su elección de compañera de fórmula, Verónica Abad, desconcertó a muchos analistas. Abad es una coach de negocios de derecha que se ha pronunciado en contra del aborto, el feminismo y los derechos de la comunidad LGBTQ, y que ha expresado apoyo por Donald Trump y Jair Bolsonaro, el expresidente de extrema derecha de Brasil.“Si eso es un indicio”, dijo Freeman, “creo que este gobierno va a ser un verdadero revoltijo”.Noboa ha prometido detener la violencia, aunque ni él ni González hicieron de la seguridad un tema central de sus campañas.Ambos candidatos han mencionado que brindarán más fondos a la policía y emplearán al ejército para resguardar los puertos, que se usan para el narcotráfico, y las prisiones, que están bajo el control de pandillas violentas.Soldados patrullando las calles de Durán, una ciudad en la costa del Pacífico de Ecuador dominada por grupos locales vinculados al narcotráfico.Victor Moriyama para The New York TimesNoboa ha propuesto utilizar la tecnología, como drones y sistemas de rastreo satelital, para detener al narcotráfico; sugirió buques prisión como una forma de aislar a los reos más violentos.Pero los analistas comentan que los dos candidatos han fallado al no priorizar el combate al crimen que ha desestabilizado a Ecuador y lo ha convertido en uno de los países más violentos de América Latina.El presidente saliente, Guillermo Lasso, convocó a elecciones anticipadas en mayo al enfrentarse a un proceso de destitución por acusaciones de malversación de fondos. Lasso también se ha hecho cada vez más impopular entre los votantes enfadados por la incapacidad del gobierno para hacer frente a la espiral de violencia.El asesinato en agosto de un candidato presidencial, Fernando Villavicencio, conmocionó a una nación que acudió a las urnas durante la que ha sido quizás la temporada electoral más violenta en su historia.Además de Villavicencio —quien se expresó abiertamente sobre supuestos vínculos entre el crimen organizado y el gobierno— otros cinco políticos han sido asesinados este año. A principios de este mes, siete hombres acusados de asesinar a Villavicencio fueron hallados muertos en prisión. Estos sucesos solo han agudizado el deseo de cambio de los ecuatorianos.La probable victoria de Noboa desafía la reciente tendencia de las victorias de la izquierda en otros países de la región, como Colombia, Chile, Brasil y Bolivia, pero se alinea con una incipiente demanda de figuras al margen de la política tradicional en las próximas elecciones argentinas.González, de 45 años, fue la candidata elegida por Correa, quien dirigió el país de 2007 a 2017. Su estrecha relación con él contribuyó a elevar su perfil político, pero también la perjudicó entre algunos votantes.Luisa González, quien aspiraba a ser la primera mujer elegida a la presidencia, llegando a votar el domingo.Ariel Ochoa/Associated PressEn cambio, Noboa, educado en Harvard, proviene de una de las familias más ricas de América Latina, conocida por la mayoría de los ecuatorianos por su imperio bananero, que cuenta con una de las marcas de fruta más conocidas del mundo, Bonita Banana.Pero los vastos activos de la familia Noboa son variados e incluyen fertilizantes, plásticos, cartón y el complejo de almacenamiento de contenedores más grande del país.El padre de Noboa se postuló cinco veces a la presidencia sin éxito, pero la carrera política del joven Noboa apenas se remonta a 2021, cuando fue elegido para la Asamblea Nacional de Ecuador.Noboa se ha calificado a sí mismo como el “presidente del empleo”, hasta el punto de incluir una planilla de solicitud laboral en su sitio web, y ha prometido atraer la inversión y el comercio internacional y reducir los impuestos.A pesar de su pedigrí familiar, Noboa ha tratado de diferenciarse, señalando que tiene su propio negocio y que su riqueza personal está valorada en menos de un millón de dólares.Daniel Noboa, candidato de centroderecha, ha tenido una ventaja constante en diversas encuestas desde agosto, aunque esta se ha reducido ligeramente en los últimos días.Gerardo Menoscal/Agence France-Presse — Getty ImagesSu padre, que perdió contra Correa en 2006, se refirió con frecuencia a su oponente de izquierda como un “diablo comunista”. Pero su hijo ha evitado atacar directamente al “correísmo”, y la victoria del joven Noboa demuestra que los votantes están hartos de las divisiones políticas tradicionales.Pablo Pérez, de 29 años, ingeniero de datos en la ciudad portuaria de Guayaquil, dijo que votó por Noboa porque “más que todo, él es una persona nueva, que trae cosas nuevas”.“La otra candidata, en cambio”, dijo Pérez, “representa un gobierno que ya tuvimos en el país y que aunque tuvo sus cosas buenas, tuvo, sobre todo, cosas malas”.También se sintió atraído por las propuestas en cuanto a seguridad de Noboa.“Necesitamos que la seguridad mejore inmediatamente, porque no podemos salir a la calle así como estamos”, dijo. “Todos los negocios están cerrados. Hay una sensación de miedo”.Nelson Ramiro Obando, de 60 años, un trabajador jubilado en Quito, dijo que votó por Noboa por su juventud, su experiencia empresarial y su actuación en uno de los debates, en el que pareció “mucho más preparado”.“Estamos en riesgo todos los días los ciudadanos”, dijo Obando. “El señor Noboa no va a poder hacer mucho —es apenas un año y medio— pero con que solucione un poco la inseguridad que vivimos, yo estaría más que agradecido”.Genevieve Glatsky More

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    Ecuador a segunda vuelta presidencial: lo que hay que saber

    En las elecciones del domingo está en juego el futuro de un país que ha sido azotado por grupos criminales que han convertido a la nación en una pieza clave en el comercio internacional de la droga.Daniel Noboa es uno de los candidatos que aspira a convertirse en el presidente de Ecuador. Aspirante de centroderecha, Noboa es el heredero de un imperio de banano a quien un electorado ansioso de cambio, en un país que sufre por la violencia y una economía en crisis, respaldó para llegar a un sorprendente segundo lugar en la primera vuelta en agosto.Noboa se enfrenta a Luisa González, una candidata de izquierda del establishment quien, en su intento por convertirse en la primera mujer elegida para la presidencia del país, les ha prometido a los votantes el regreso a un momento en el que el nivel de la violencia era bajo y el precio del petróleo, una industria clave, era alto.En las elecciones del domingo está en juego el futuro de este país latinoamericano de más de 17 millones, que una vez fue un remanso tranquilo que ha sido trastocado por grupos criminales internacionales, convirtiendo a Ecuador en un jugador clave en el comercio internacional de la droga.Grupos criminales internacionales que trabajan con pandillas locales han desatado una oleada de violencia sin precedentes que ha hecho que decenas de miles de ecuatorianos se encaminen a la frontera entre Estados Unidos y México, parte de una afluencia de migración que ha desbordado al gobierno de Joe Biden.Como gran parte del resto de América Latina, Ecuador recibió un fuerte golpe financiero por la pandemia del coronavirus y a muchos trabajadores les cuesta obtener suficiente dinero para mantener a sus familias.Esto es lo que debes saber sobre la votación.Guillermo Lasso, presidente saliente de Ecuador, antes de hablar en las Naciones Unidas el mes pasado. Convocó a elecciones anticipadas tras enfrentar un proceso de juicio de destitución por parte de la Asamblea Nacional de Ecuador.Maansi Srivastava/The New York Times¿Qué hace a estas elecciones diferentes de otras?Guillermo Lasso, el presidente saliente, convocó en mayo elecciones anticipadas para evitar un juicio de destitución por acusaciones de malversación de fondo. Lasso también se ha vuelto cada vez más impopular con los votantes indignados ante la incapacidad del gobierno por detener la violencia.El asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio mientras salía de un evento de campaña en agosto conmocionó a una nación que se dirigirá a las urnas de votación durante la que ha sido quizás la temporada electoral más violenta en su historia.Este año han sido asesinados cinco políticos, además de Villavicencio —quien se expresó abiertamente sobre supuestos vínculos entre el gobierno y el crimen organizado— y la semana pasada siete hombres imputados por el asesinato de Villavicencio fueron hallados muertos en prisión.Quien gane ocupará la presidencia solo durante alrededor de un año y medio. Noboa ha tenido una ventaja constante en diversas encuestas desde agosto, aunque esta se ha reducido ligeramente en los últimos días y algunas encuestas lo muestran muy cercano a González.Oficiales de la policía inspeccionan productos del mar destinados a exportación en el puerto de Guayaquil, Ecuador. El país se ha convertido en un importante punto de transbordo de cocaína que se contrabandea a Europa.Victor Moriyama para The New York Times¿Qué está en juego en estas elecciones?Ecuador solía ser un país pacífico en comparación con sus vecinos, en particular Colombia, nación que por décadas estuvo azotada por la violencia entre unidades guerrilleras armadas, grupos paramilitares y organizaciones del narcotráfico.Todo eso cambió en los últimos años, cuando Colombia forjó un acuerdo de paz con el grupo guerrillero de izquierda más grande del país, y Ecuador empezó a ser dominado por una red del tráfico de drogas cada vez más poderosa que incluye cárteles mexicanos y pandillas albanesas.A través de sus puertos en la costa del Pacífico, Ecuador se ha convertido en un importante punto de transbordo para la cocaína que es contrabandeada a Europa. Algunas organizaciones internacionales han unido fuerzas con pandillas radicadas en prisiones en una competencia brutal por el lucrativo mercado de la droga.Las noticias presentan periódicamente decapitaciones, atentados con coches bomba, asesinatos policiales, jóvenes colgados de puentes y niños asesinados frente a sus casas o escuelas.Luisa González es la candidata del establishment de izquierda, elegida personalmente por un expresidente.Rodrigo Buendia/Agence France-Presse — Getty Images¿Quién es Luisa González?González, de 45 años, es la candidata elegida personalmente por el expresidente Rafael Correa, quien lideró el país de 2007 a 2017. González ostentó varios cargos en su gobierno antes de ser elegida a la Asamblea Nacional en 2021, una posición que mantuvo hasta que Lasso disolvió la legislatura en mayo.Su campaña ha buscado apelar a la nostalgia de los votantes por las bajas tasas de homicidios y el auge de las materias primas que sacaron a millones de la pobreza durante el gobierno de Correa. El lema de campaña de González en la primera vuelta fue “ya lo hicimos y lo volveremos a hacer”.Pero el estrecho vínculo de González con el expresidente también conlleva riesgos. El estilo autoritario de Correa y las acusaciones de corrupción dividieron profundamente el país. Correa vive en el exilio, en Bélgica, huyendo de una sentencia de cárcel por violaciones en la financiación de su campaña, y muchos ecuatorianos temen que una presidencia de González allane el camino para que Correa regrese y vuelva a postularse para la presidencia.González se ha comprometido a recurrir a las reservas del banco central para estimular la economía e incrementar el financiamiento al sistema de salud pública y las universidades públicas.“Sabemos que está con el pueblo, no con la gente rica y por eso va a mejorar las cosas para nosotros”, dijo Oswaldo Proaño, un vendedor ambulante de 40 años, en Quito, la capital, quien habló en medio de gritos y silbidos en un mitin de campaña reciente de González.“Con Luisa vamos a tener seguridad, como la teníamos en el tiempo de Rafael Correa”, dijo Luisa María Manteca, de 65 años, quien trabaja en una distribuidora de productos cosméticos en Quito. “Con él, el país marchó bien y hay que continuar por ese rumbo”.La posibilidad de que González se convierta en la primera mujer en ganar la presidencia de Ecuador también atrae a muchos votantes.“Es una persona muy humilde”, dijo Debora Espinosa, una estudiante universitaria de 19 años. “Como mujer nos entiende”.Daniel Noboa, candidato de centroderecha, ha tenido una ventaja constante en diversas encuestas desde agosto, aunque esta se ha reducido ligeramente en los últimos días.Gerardo Menoscal/Agence France-Presse — Getty Images¿Quién es Daniel Noboa?Noboa, de 35 años, proviene de una de las familias más ricas de América Latina, conocida por la mayoría de los ecuatorianos por su imperio bananero, que tiene una de las marcas de fruta más conocidas del mundo, bananas Bonita.Pero los vastos activos de la familia Noboa son variados e incluyen fertilizantes, plásticos, cartón y el complejo de almacenamiento de contenedores más grande del país.El padre de Noboa se postuló cinco veces a la presidencia sin éxito, pero la carrera política del joven Noboa apenas se remonta a 2021, cuando fue elegido para la Asamblea Nacional de Ecuador.Noboa se ha calificado a sí mismo como el “presidente del empleo”, hasta el punto de incluir una planilla de solicitud laboral en su sitio web, y ha prometido atraer la inversión y el comercio internacional y reducir los impuestos.Pero al igual que su padre, Noboa también ha generado críticas de analistas que temen que pueda utilizar su presidencia para favorecer el cada vez mayor imperio empresarial de su familia.En un reciente evento de campaña, cientos de estudiantes universitarios hicieron fila en la ciudad costera de Guayaquil, la ciudad más poblada del país y uno de los epicentros de la violencia, donde esperaron más de una hora para ver a Noboa.Noboa se quitó el chaleco antibalas y, lenta y tranquilamente, respondió las preguntas de los estudiantes, repitiendo sus temas de debate sobre convertir a Ecuador en un mercado atractivo para la banca internacional. Fue recibido con aplausos, vítores y adolescentes corriendo para tomarse selfies con él.“He estado viendo sus entrevistas y me gustan sus propuestas en temas como la dolarización, la educación y el trabajo”, dijo Dereck Delgado, un estudiante de ingeniería eléctrica de 17 años, quien planea votar por Noboa. (La edad mínima para votar en Ecuador es 16, y es un deber obligatorio para los mayores de 18 años).Muchos votantes también apoyan a Noboa porque representa una alternativa al partido de Correa. Valeria Vásquez, de 33 años, quien administra una compañía local de productos de belleza en Guayaquil, dijo que le gustaba que Noboa “no es socialista”.Otra simpatizante de Noboa, Natasha Villegas, una estudiante universitaria de 19 años en Guayaquil, afirmó que creía que había llegado la “hora de darle la oportunidad a una persona joven”.¿Qué dicen los candidatos sobre la seguridad?Noboa y González han prometido frenar la violencia, pero ninguno de los dos ha hecho de la seguridad una parte central de sus campañas.Ambos candidatos han hablado sobre proporcionarle más dinero a la policía y desplegar las fuerzas militares para asegurar los puertos que se utilizan para el contrabando de drogas fuera del país y las prisiones, las cuales están controladas por violentas pandillas.González ha señalado los arrestos de varios líderes de pandillas criminales durante su tiempo en el gobierno de Correa como evidencia de su intención de aplicar una mano firme.Noboa ha propuesto el uso de la tecnología, como drones y sistemas de rastreo satelital, para combatir el narcotráfico, y ha sugerido la construcción de barcos prisión para aislar a los reclusos más violentos.Sin embargo, los analistas afirman que ninguno de los dos candidatos ha hecho lo suficiente para darle prioridad al combate del crimen que ha desestabilizado a Ecuador y ha convertido a la nación en uno de los países más violentos de América Latina.Thalíe Ponce colaboró con reportería desde Guayaquil; Emilia Paz y Miño y José María León Cabrera colaboraron desde Quito. 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    Ecuador’s Presidential Election: What to Know

    A center-right businessman and a leftist candidate are vying for the presidency on Sunday at a moment when the country is facing growing insecurity fueled by international criminal groups.One candidate seeking to become Ecuador’s president is Daniel Noboa, a center-right scion of a banana empire who was lifted to a surprising second-place finish in a runoff in August by an electorate hungry for change in a country suffering from violence and an ailing economy.Mr. Noboa is facing Luisa González, a leftist establishment candidate who, in trying to become the first woman elected the country’s president, is promising voters a return to a period when violence was low and the price of oil, a key industry, was high.At stake in Sunday’s election is the future of this Latin American nation of more than 17 million, a once tranquil haven that has been upended by international criminal groups that have turned Ecuador into a key player in the global drug trade.Working with local gangs, the global cartels have unleashed a surge of violence that has sent tens of thousands of Ecuadoreans fleeing to the U.S.-Mexico border, part of a migration wave that has overwhelmed the Biden administration.Like much of the rest of Latin America, Ecuador was dealt a major financial blow by the coronavirus pandemic and many workers struggle to make enough money provide for their families.Here’s what you need to know about the vote.Guillermo Lasso, the outgoing president of Ecuador, before speaking at the United Nations last month. He called early elections as he faced an impeachment proceeding by Ecuador’s legislature.Maansi Srivastava/The New York TimesWhat makes this election different from others?The outgoing president, Guillermo Lasso, called for early elections in May as he faced impeachment proceedings against him stemming from accusations of embezzlement. Mr. Lasso had also grown increasingly unpopular with voters angry over the government’s inability to address the spiraling violence.The assassination of a presidential candidate, Fernando Villavicencio, as he left a campaign event in August was a traumatic jolt for a nation that heads to the polls during what has been perhaps the most violent electoral season in its history.Beside Mr. Villavicencio — who was outspoken about what he claimed were links between organized crime and the government — five other politicians have been killed this year. Last week, seven men accused of killing Mr. Villavicencio were found dead in prison.Whoever wins will hold the presidency for only about a year and a half. Mr. Noboa has had a consistent lead in multiple polls since August, though it has narrowed slightly in recent days and some surveys show him neck and neck with Ms. González.Police inspecting seafood destined for export at the port of Guayaquil, Ecuador. The country has become a major transshipment point for cocaine that is smuggled to Europe.Victor Moriyama for The New York TimesWhat is at stake in this election?Ecuador was once a peaceful nation compared with its neighbors, particularly Colombia, which for decades was torn by violence among armed guerrilla units, paramilitary groups and drug cartels.That all changed in recent years as Colombia forged a peace deal with the country’s largest leftist guerrilla group, and Ecuador became dominated by an increasingly powerful narco-trafficking industry that includes Mexican cartels and Albanian gangs.Through its ports on the Pacific Coast, Ecuador has become a major transshipment point for cocaine that is smuggled to Europe. International groups have joined forces with prison-based gangs in a brutal competition for the lucrative drug industry.News reports regularly feature beheadings, car bombings, police assassinations, young men hanging from bridges and children gunned down outside their homes or schools.Luisa González is a leftist establishment candidate who is the handpicked candidate of a former president. Rodrigo Buendia/Agence France-Presse — Getty ImagesWho is Luisa González?Ms. González, 45, is the handpicked candidate of former President Rafael Correa, who led the country from 2007 to 2017. She held several positions in his government before being elected to congress in 2021, a position she held until the legislature was dissolved by Mr. Lasso in May.Her campaign has sought to appeal to voter nostalgia for the low homicide rates and commodities boom that lifted millions out of poverty during Mr. Correa’s administration. Ms. González’s campaign slogan in the first round was “we already did it and we will do it again.”But Ms. González’s close association with the former president also carries risks. Mr. Correa’s authoritarian style and accusations of corruption deeply divided the country. He is living in exile in Belgium, fleeing a prison sentence for campaign finance violations, and many Ecuadoreans fear that a González presidency would pave the way for him to return and run for office again.Ms. González has pledged to tap central bank reserves to stimulate the economy and increase financing for the public health care system and public universities.“We know she is with the people, not with the rich, and that is why she is going to improve things,” said Oswaldo Proaño, 40, a street vendor in Quito, the capital, who spoke amid shouts and whistles at a recent campaign rally for Ms. González.“With Luisa we will have security, as we had in the time of Rafael Correa,” said Luisa María Manteca, 65, who works at a cosmetics distributor in Quito. “With him, the country ran smoothly and we have to continue on that path.”The possibility that Ms. González could become the first woman to win Ecuador’s presidency also appeals to many voters. “She is a very humble person,’’ said Debora Espinosa, 19, a university student. “As a woman she understands us.”Daniel Noboa, a center-right candidate, has had a consistent lead in multiple polls since August, though that lead has narrowed slightly in recent days.Gerardo Menoscal/Agence France-Presse — Getty ImagesWho is Daniel Noboa?Mr. Noboa, 35, comes from one of the richest families in Latin America, known to most Ecuadoreans for its banana empire, which features one of the world’s best known fruit brands, Bonita bananas.But the Noboa family’s vast holdings are varied and include fertilizers, plastics, cardboard and the country’s largest container storage facility.Mr. Noboa’s father ran unsuccessfully for president five times, though the younger Noboa’s political career goes back only to 2021, when he was elected to Ecuador’s Congress.He has positioned himself as “the employment president,” even including a work application form on his website, and has pledged to attract international investment and trade and cut taxes.But like his father, Mr. Noboa has also drawn criticism from analysts who fear he could use the presidency to advance the family’s sprawling business empire.At a recent campaign event, hundreds of university students lined up in the coastal city of Guayaquil, the country’s most populous city and an epicenter of the violence, waiting for more than an hour to see Mr. Noboa.Taking off his bullet-resistant vest, he slowly and calmly answered the students’ questions, repeating his talking points about making Ecuador an attractive market for international banking. He was met with applause, cheers and teenagers running to snap selfies with him.“I have been watching his interviews and I like his proposals on issues such as dollarization, education and work,” said Dereck Delgado, 17, an electrical engineering student, who plans to vote for Mr. Noboa. (The voting age in Ecuador is 16 and votingis mandatory for those 18 and older).Many voters are also drawn to him because he represents an alternative to Mr. Correa’s party. Valeria Vásquez, 33, who manages a local beauty product company in Guayaquil, said she liked that Mr. Noboa is “not a socialist.”Another Noboa supporter, Natasha Villegas, 19, a university student in Guayaquil, said she believed it was “time to give the opportunity to a young person.’’What are the candidates saying about security?Mr. Noboa and Ms. González have vowed to rein in the violence, though neither has made security a central part of their campaigns.Both candidates have talked about providing more money for the police and deploying the military to secure ports used to smuggle drugs out of the country and prisons, which are controlled by violent gangs.Ms. González has pointed to the arrests of several leaders of criminal gangs when she served in the Correa administration as evidence of her intention to apply a firm hand.Mr. Noboa has proposed the use of technology, like drones and satellite tracking systems, to stem drug trafficking, and has suggested building prison boats to isolate the most violent inmates.But analysts say the two candidates have not done enough to prioritize combating the crime that has destabilized Ecuador and turned it into one of Latin America’s most violent countries.Thalíe Ponce contributed reporting from Guayaquil; Emilia Paz y Miño and José María León Cabrera contributed from Quito. 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    Is Daniel Noboa the Answer to Ecuador’s Need for Change?

    For generations, the Noboa family has helped shape Ecuador, overseeing a vast economic empire, including fertilizers, plastics, cardboard, the country’s largest container storage facility and, most famously, a gargantuan banana business featuring one of the world’s most recognizable fruit brands, Bonita.One notable position has escaped them, however: the presidency. On five occasions, the head of the family conglomerate, Álvaro Noboa, has run for president and lost — in one case by two percentage points.On Sunday, the Noboas may finally get their presidency. Mr. Noboa’s son, Daniel Noboa, a 35-year-old Harvard Kennedy School graduate who has used the same campaign jingle as his father, is the leading candidate in a runoff election. His opponent is Luisa González, the handpicked candidate of former President Rafael Correa, who beat the elder Noboa in 2006.The legacy of the banana company — and Daniel Noboa’s association with it — is just one aspect of an election that centers on issues of employment and security in this country of 17 million on South America’s western coast that has been jolted by the extraordinary power gained by the drug trafficking industry in the last five years.International criminal groups working with local gangs have unleashed an unprecedented surge of violence that has sent tens of thousands of Ecuadoreans fleeing to the U.S.-Mexico border, part of a migration wave that has overwhelmed the Biden administration.Mr. Noboa rose unexpectedly from the bottom of the polls to a second-place finish in the first round of presidential elections in August, helped, experts said, by a widely lauded debate performance and the upending of the race by the shocking assassination of another candidate, Fernando Villavicencio, days before the vote.Mr. Noboa has galvanized a base of frustrated voters on the back of a campaign promising change.“He has been able to say that ‘I represent renewal in Ecuador,’” said Caroline Ávila, an Ecuadorean political analyst. “And that is why people are buying his message.”Sunday’s election pits Mr. Noboa, a center-right businessman, against Ms. González, 45, a leftist establishment candidate, at a moment of deep anxiety in a country once a relatively peaceful island in a violent region.Mr. Noboa’s opponent, Luisa González, is the handpicked candidate of former President Rafael Correa.Karen Toro/ReutersMr. Noboa, who declined several requests for an interview, has had a consistent lead in multiple polls since August, though it has narrowed slightly in recent days.He has positioned himself as “the employment president,” even including a work application form on his website, and has promised to attract international investment and trade and cut taxes.His opponent, Ms. González, has pledged to tap central bank reserves to stimulate the economy and increase financing for the public health care system and public universities.On security, both candidates have talked about providing more money for the police and deploying the military to secure ports used to smuggle drugs out of the country and prisons, which are controlled by violent gangs.Ms. González’s close association with Mr. Correa has helped elevate her political profile, but also hurt her among some voters.Her first place finish in the first round was propelled by a strong base of voters nostalgic for the low homicide rates and commodities boom that lifted millions out of poverty during Mr. Correa’s administration. Ms. González’s campaign slogan in the first round was “we already did it and we will do it again.”But building on that support is a challenge. Mr. Correa’s authoritarian style and accusations of corruption deeply divided the country. He is living in exile in Belgium, fleeing a prison sentence for campaign finance violations, and many Ecuadoreans fear that a González presidency would pave the way for him to return and run for office again.Mr. Correa’s tenure was marked by low homicide rates and a commodities boom that lifted millions out of poverty. But now he is living in exile, facing a prison term on corruption chargesDaniel Berehulak for The New York TimesDaniel Noboa is part of the third generation of his family that today operates a sprawling venture, but whose roots were in agriculture.The Noboa family’s rise to prominence and wealth began with Luis Noboa, Daniel’s grandfather, who was born into poverty in 1916, but started building his business empire in the second half of the 20th century by exporting bananas and other crops.His death in 1994 set off a bitter court battle on three continents among his wife and children for control of the business that finally ended in 2002, when a judge in London awarded Álvaro Noboa a 50 percent stake in the family’s holding company.Álvaro expanded the company internationally, while also fighting multiple legal battles over back taxes and disputed payments to shipping companies.As a politician, he described himself as a “messiah of the poor,” handing out free computers and fistfuls of dollars at his rallies, while also fending off accusations of child labor, worker mistreatment and union busting at his banana business. (He has claimed that the accusations were politically motivated.)His son, Daniel, was raised in the port city of Guayaquil, where he founded an event promotion company when he was 18, before moving to the United States to study at New York University. Afterward he became commercial director for the Noboa Corporation and earned three more degrees, including a master’s in public administration from the Harvard Kennedy School.He ran successfully for Ecuador’s Congress in 2021, positioning himself as a pro-business lawmaker, until President Guillermo Lasso disbanded the legislature in May and called for early elections.Mr. Noboa, shown wearing a bullet-resistant vest, and Ms. González have vowed to rein in the violence, though neither has made security a central part of their campaign.Marcos Pin/Agence France-Presse — Getty ImagesMr. Noboa has promoted a more left-leaning platform, railing against the banking industry and calling for more social spending.A Harvard classmate and close friend of Mr. Noboa, Mauricio Lizcano, a senior official in Colombia, described the candidate as someone “who respects diversity and respects women, who believes in social issues” but is also “orthodox in economics and business.’’Still, Mr. Noboa has not raised social issues on the campaign trail, and his running mate, Verónica Abad, is a right-wing business coach who has spoken out against abortion, feminism and L.G.B.T.Q. rights and expressed support for Donald J. Trump and Jair Bolsonaro, Brazil’s former far-right president.Ms. Abad is “a really odd choice for someone like Noboa who’s trying to transcend this kind of left-right divide,” said Guillaume Long, a senior policy analyst at the Center for Economic and Policy Research and Ecuador’s former foreign minister under Mr. Correa.Despite his family pedigree, Mr. Noboa has tried to set himself apart, pointing out that he has his own business and that his personal wealth is valued at less than $1 million.While Álvaro frequently referred to Mr. Correa as a “communist devil,” his son has avoided directly attacking “correísmo.’’“I never voted for his father, but this guy has a different aura, new blood, a new way of thinking,’’ said Enrique Insua, a 63-year-old retiree in Guayaquil. “He is charismatic.”A campaign mural for Mr. Noboa in Duran, Ecuador, a municipality on the Pacific Coast that has been torn by violence. Rodrigo Abd/Associated PressBut like his father, Daniel has also drawn criticism from analysts who fear he could use the presidency to advance the family’s many businesses.“Whether in the manufacturing sector, in services or agriculture, everything is under their control in some way or another,” said Grace Jaramillo, a political science professor and expert on Ecuador at the University of British Columbia in Canada.“There’s no issue in economic policy that will not affect for the good or bad, any of their enterprises,” she added. “It’s a permanent conflict of interest.”Ecuador’s economy was ravaged by the coronavirus pandemic, and just 34 percent of Ecuadoreans have adequate employment, according to government data.Beyond the economy, the country heads to the polls during what has perhaps been the most violent electoral season in its history.Beside Mr. Villavicencio — who was outspoken about what he claimed were links between organized crime and the government — five other politicians have been killed this year. Last week, seven men accused of killing Mr. Villavicencio were found dead in prison.Soldiers on patrol in Guayaquil, Ecuador, the country’s largest city, which has also experienced drug-fueled violence.Victor Moriyama for The New York TimesMr. Lasso, the departing president, called for early elections to avoid an impeachment trial over accusations of embezzlement and widespread voter anger with the government’s inability to stem the bloodshed.With news reports regularly featuring beheadings, car bombs and police assassinations, Mr. Noboa and Ms. González have vowed to rein in the violence, though neither has made security a central part of their campaigns.Ms. González, during a presidential debate, pointed to the arrests of several leaders of criminal gangs when she served in the Correa administration.“We will have the same iron fist with those who have declared war on the Ecuadorean state,” she said.Mr. Noboa has proposed the use of technology, like drones and satellite tracking systems, to stem drug trafficking and has suggested building prison boats to isolate the most violent inmates.But analysts say the two candidates have not done enough to prioritize combating the crime that has destabilized Ecuador and turned it into one of Latin America’s most violent countries.“Neither Luisa González, nor especially Noboa seem to have much of a plan on security or to emphasize it,” said Will Freeman, a fellow in Latin America studies at the Council on Foreign Relations, a U.S. research institute. “It’s like politics is frozen in an era before all this happened.”Thalíe Ponce More

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    Elecciones en Ecuador: Noboa y González se enfrentan en segunda vuelta

    Durante generaciones, la familia Noboa ha ayudado a forjar a Ecuador: controla un vasto imperio económico que incluye fertilizantes, plástico, cartón, la mayor instalación de almacenamiento de contenedores del país y, lo más conocido, un gigantesco negocio de banano con una de las marcas de fruta más reconocidas del mundo: Bonita.Sin embargo, se les ha escapado un cargo: la presidencia. En cinco ocasiones, el jefe del conglomerado familiar, Álvaro Noboa, ha sido candidato a la presidencia y ha perdido, una vez por dos puntos porcentuales.El domingo, los Noboa podrían al fin llegar a la presidencia. El hijo de Álvaro Noboa, Daniel Noboa, graduado de la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de 35 años que ha usado el mismo jingle de campaña que su padre, es el principal candidato en la segunda vuelta electoral. Su oponente es Luisa González, la candidata elegida personalmente por el expresidente Rafael Correa, que venció al padre de Noboa en 2006.El legado de la empresa bananera —y su vínculo con Daniel Noboa— es solo uno de los aspectos de unas elecciones que se centran en cuestiones de empleo y seguridad en este país de 17 millones de habitantes en la costa occidental de Sudamérica, conmocionado por el extraordinario poder que el narcotráfico ha adquirido en los últimos cinco años.Grupos criminales internacionales que trabajan con pandillas locales han desatado una oleada de violencia sin precedentes que ha hecho que decenas de miles de ecuatorianos se encaminen a la frontera entre Estados Unidos y México, parte de una afluencia de migración que ha desbordado al gobierno de Joe Biden.Noboa surgió inesperadamente desde los últimos lugares de las encuestas para posicionarse en el segundo puesto en la primera ronda presidencial de agosto. Los expertos dicen que le favoreció una celebrada actuación en el debate, así como el vuelco que tomó la contienda cuando otro candidato, Fernando Villavicencio, fue asesinado sorpresivamente días antes de las votaciones.Noboa ha activado a una base de votantes inconformes con la promesa del cambio.“Ha sido capaz de decir: ‘Yo soy la renovación, yo la represento en Ecuador’”, dijo Caroline Ávila, una analista política ecuatoriana. Ese es el mensaje que “la gente le está comprando”, agregó.Las elecciones del domingo enfrentan a Noboa, un empresario de centroderecha, con González, de 45 años, candidata del establishment de izquierda, en un momento en que el país, otrora una isla relativamente pacífica en una región violenta, está sumido en una profunda inquietud.La oponente de Noboa, Luisa González, es la candidata elegida por el expresidente Rafael Correa.Karen Toro/ReutersNoboa, quien rechazó varios pedidos de entrevista, ha tenido la delantera de forma consistente en varias encuestas desde agosto, aunque en los últimos días la brecha entre ambos candidatos se ha cerrado.Se ha posicionado como “el presidente del empleo”, en su página web incluso ha incluido un formulario de búsqueda de empleo, y prometido atraer el comercio y la inversión extranjeros y recortar los impuestos.González, su oponente, ha prometido hacer uso de las reservas del banco central para estimular la economía y aumentar la financiación del sistema público de salud y las universidades públicas.En materia de seguridad, ambos candidatos han mencionado que brindarán más fondos a la policía y emplearán al ejército para resguardar los puertos, que se usan para el narcotráfico, y las prisiones, que están bajo el control de pandillas violentas.La cercanía de González con Correa ha ayudado a elevar su perfil político, pero también le ha perjudicado entre algunos votantes.Logró el primer lugar en la primera vuelta de las elecciones impulsada por una amplia base de votantes que añoran las bajas tasas de homicidios y un auge de los precios de las materias primas que logró sacar a millones de personas de la pobreza en el gobierno de Correa. El eslogan de campaña de González en la primera vuelta fue: “Ya lo hicimos y lo volveremos a hacer”.Pero ampliar ese apoyo es un desafío. El estilo autoritario de Correa y las acusaciones de corrupción en su contra dividieron profundamente al país. El expresidente vive exiliado en Bélgica, huyendo de una condena de prisión por violar las disposiciones de financiamiento de campaña. Muchos ecuatorianos temen que una eventual presidencia de González allane el camino para que regrese y vuelva a postularse.El mandato de Correa se caracterizó por unos bajos índices de homicidios y el auge de los precios de las materias primas, que sacó a millones de personas de la pobreza. Pero ahora vive en el exilio, sentenciado a prisión por corrupción.Daniel Berehulak para The New York TimesDaniel Noboa forma parte de la tercera generación de una familia que hoy opera un amplio negocio pero con raíces en la agricultura.La familia Noboa adquirió riqueza y prominencia gracias a Luis Noboa, abuelo de Daniel, quien nació en la pobreza en 1916 pero construyó un imperio en la segunda mitad del siglo XX a base de la exportación de banano y otros productos.Su muerte, en 1994, desató una encarnizada batalla judicial en tres continentes cuando su esposa e hijos se disputaron el control del negocio. Al final, en 2002, un juez en Londres le adjudicó a Álvaro Noboa una participación del 50 por ciento en el holding familiar.Álvaro expandió la empresa a nivel internacional y al mismo tiempo emprendió varias peleas judiciales por impuestos atrasados y litigio de pagos con empresas de transporte.En su carrera política se describió como “mesías” de los pobres y en sus mítines entregaba computadoras y puñados de dólares. Al mismo tiempo refutaba acusaciones de explotación infantil, maltrato laboral y represión sindical en su empresa bananera. (Ha dicho que las acusaciones tenían motivaciones políticas).Su hijo, Daniel, creció en la ciudad portuaria de Guayaquil, donde fundó una empresa de promoción de eventos a los 18 años. Luego se mudó a Estados Unidos para estudiar en la Universidad de Nueva York. Luego sería director comercial de la Corporación Noboa al tiempo que obtuvo otros tres grados académicos, entre ellos una maestría en administración pública de la Escuela Kennedy de Harvard.En 2021, Daniel se postuló al Congreso y ganó, al posicionarse como un legislador favorable al empresariado, hasta que en mayo el presidente Guillermo Lasso disolvió la legislatura y llamó a elecciones anticipadas.Noboa, en la foto con un chaleco antibalas, y González se han comprometido a frenar la violencia, aunque ninguno de los dos ha hecho de la seguridad una parte central de su campaña.Marcos Pin/Agence France-Presse — Getty ImagesNoboa ha promovido una plataforma más de izquierda y se ha pronunciado en contra de la banca y pedido más gasto social.Mauricio Lizcano, compañero y amigo cercano de Noboa, así como alto funcionario en Colombia, describió al candidato como alguien “que respeta la diversidad y respeta a las mujeres, que cree mucho en lo social”, pero también es “ortodoxo en la economía y en la empresa”.Sin embargo, Noboa no ha planteado temas sociales en campaña y Verónica Abad, su compañera de fórmula, es una coach de negocios de derecha que se ha pronunciado en contra del aborto, el feminismo y los derechos de la comunidad LGBTQ y también ha expresado apoyo por Donald Trump y Jair Bolsonaro, el expresidente ultraderechista de Brasil.Abad es “una elección bastante rara para alguien como Noboa, que está intentando ir más allá de esta división izquierda-derecha”, dijo Guillaume Long, analista sénior de política en el Centro de Investigación Económica y Política y quien se desempeñó como ministro de Relaciones Exteriores en el gobierno de Correa.A pesar de su pedigrí familiar, Noboa ha intentado diferenciarse al declarar que tiene su propio negocio y que su fortuna personal no asciende a 1 millón de dólares.Si bien Álvaro se refería con frecuencia a Correa como un “diablo comunista”, su hijo ha evitado atacar directamente al correísmo.“Por el padre nunca voté, pero este chico tiene un aura diferente, nueva sangre, nueva forma de pensar”, dijo Enrique Insua, un jubilado de 63 años en Guayaquil. “Es carismático”.Un mural de la campaña de Noboa en Durán, Ecuador, una ciudad de la costa del Pacífico afectada por la violencia.Rodrigo Abd/Associated PressPero, al igual que su padre, Daniel también ha atraído críticas de algunos analistas, que temen que pudiera usar el cargo presidencial para ayudar a las muchas empresas familiares.“Ya sea en el sector manufacturero, en los servicios o en la agricultura, de una forma u otra todo está bajo su control”, dijo Grace Jaramillo profesora de ciencia política y experta en Ecuador en la Universidad de British Columbia en Canadá.“No hay tema de política económica que no afectará, para bien o para mal, a alguna de sus empresas”, añadió. “Es un conflicto de interés permanente”.La economía del país fue muy afectada por la pandemia de coronavirus y solo el 34 por ciento de ecuatorianos tienen un empleo adecuado, según datos gubernamentales.Además del sector económico, el país se dirige a las urnas en la que tal vez sea la temporada electoral más violenta de la historia del país.Este año han sido asesinados cinco políticos, además de Villavicencio —quien se expresó abiertamente sobre supuestos vínculos entre el gobierno y el crimen organizado— y la semana pasada siete hombres imputados por el asesinato de Villavicencio fueron hallados muertos en prisión.Soldados patrullando en Guayaquil, la ciudad más grande de Ecuador, que también ha sufrido la violencia del narcotráfico.Victor Moriyama para The New York TimesLasso, el presidente saliente, convocó a elecciones anticipadas para evitar un juicio de destitución por acusaciones malversación de fondos y una indignación generalizada de los votantes ante la incapacidad del gobierno por detener la violencia.Ante un panorama informativo en el que suelen reportarse decapitaciones, coches bomba y asesinatos de policías, tanto Noboa como González han prometido frenar la violencia, aunque ninguno de los dos ha hecho de la seguridad un tema central de campaña.En un debate presidencial González mencionó el arresto de varios líderes de bandas criminales durante su tiempo en el gobierno de Correa.“La misma mano dura tendremos con quienes le han declarado la guerra al Estado ecuatoriano”, dijo.Noboa ha propuesto emplear la tecnología, como drones y sistemas de rastreo satelital, para detener al narcotráfico; sugirió buques prisión como una forma de aislar a los reos más violentos.Pero los analistas comentan que ambos candidatos han fallado al no priorizar el combate al crimen; la delincuencia ha desestabilizado a Ecuador y lo ha convertido en uno de los países más violentos de América Latina.“Ni Luisa González ni especialmente Noboa parecen tener un plan de seguridad bien definido ni la enfatizan”, dijo Will Freeman, investigador de Estudios Latinoamericanos en el Consejo de Relaciones Exteriores. “Es como si la política estuviera congelada en una época previa”.Thalíe Ponce More

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    Elecciones en Ecuador y Guatemala en 4 conclusiones

    A los “outsiders” les fue mejor de lo esperado, lo que subraya la volatilidad de la política latinoamericana. A los candidatos que llamaron a emular las medidas enérgicas contra el crimen de El Salvador no les fue bien.El domingo, Ecuador y Guatemala celebraron elecciones que dejaron en evidencia algunas tendencias cruciales en América Latina como los esfuerzos anticorrupción, la creciente importancia de los votantes jóvenes y los llamados a emular las medidas enérgicas contra el crimen de El Salvador.En Ecuador, donde el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio este mes ensombreció la campaña, una política de la izquierda tradicional, Luisa González, se enfrentará en una segunda vuelta a Daniel Noboa, el heredero de una familia adinerada conocida por su imperio bananero.Y en Guatemala, el activista progresista y anticorrupción Bernardo Arévalo ganó la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de manera aplastante contra una ex primera dama, Sandra Torres, asestando así un golpe al establishment político conservador del país.Debido a las preocupaciones latentes sobre la erosión del Estado de derecho y la influencia cada vez mayor de las bandas narcotraficantes en diferentes partes de América Latina, la votación fue observada de cerca en busca de señales de lo que podrían significar los resultados.A continuación, presentamos algunas conclusiones clave.El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha tomado medidas enérgicas contra la violencia de las pandillas mediante arrestos masivos que perjudicaron a miles de personas inocentes.Brittainy Newman para The New York TimesLa delincuencia no fue el único tema en la mente de los votantesEcuador y Guatemala enfrentan una variedad de retos diferentes, y aunque las dificultades para gobernar de manera efectiva en ambos países son bien conocidas, los nuevos líderes tendrán que lidiar con tener bajo control el crimen organizado y crear oportunidades económicas para mantener a sus ciudadanos en casa y evitar que emigren.La estrella del momento en la escena política de América Latina es el presidente populista conservador de El Salvador, Nayib Bukele, debido a su éxito en el uso de tácticas de línea dura para sofocar la violencia de las pandillas, incluidos arrestos masivos que afectaron a miles de personas inocentes y erosionaron las libertades civiles. Pero las expectativas de que los entusiastas de las tácticas de Bukele sobre el crimen tendrían un camino fácil hacia la victoria se desvanecieron tanto en Ecuador como en Guatemala.“Es notable que en ninguno de los dos casos les haya ido bien a los admiradores descarados de las políticas severas de Nayib Bukele contra las bandas criminales en El Salvador”, dijo Michael Shifter, miembro principal de Diálogo Intermericano, una organización de investigación con sede en Washington.A pesar de la conmoción generada por el asesinato de Villavicencio, los candidatos explícitamente anticrimen en Ecuador dividieron su porción de los votos. A Jan Topic, quien se alineó estrechamente con Bukele, le fue mal a pesar de haber subido en las encuestas tras el asesinato.“Hizo una campaña de un solo tema que, en su mayoría, se enfocó en la seguridad”, dijo Risa Grais-Targow, directora para América Latina de Eurasia Group, sobre Topic. “Pero los votantes tienen otras preocupaciones, como las relacionadas con la economía”.De manera similar, en Guatemala —donde crecían los temores de un descenso hacia el autoritarismo— la promesa de Torres de implementar políticas al estilo de Bukele no logró ganar mucho impulso. En cambio, su rival la puso a la defensiva debido a que había pasado un tiempo bajo arresto domiciliario en relación con cargos de financiamiento ilícito de campañas.También influyeron en el resultado las maniobras de la autoridad electoral de Guatemala para simplemente descalificar a los candidatos que se consideraron amenazas al orden establecido.Uno de los candidatos expulsados de la contienda antes de la primera vuelta en junio fue Carlos Pineda, un outsider que buscaba replicar las medidas enérgicas contra el crimen de Bukele. La descalificación de Pineda y otros le abrió un camino a Arévalo, otro candidato independiente cuyas propuestas para combatir el delito son más matizadas.Los candidatos guatemaltecos intentaron capitalizar el apoyo de los jóvenes.Daniele Volpe para The New York TimesLos votantes jóvenes influyen en las eleccionesEn un grado notable, los resultados electorales en Ecuador y Guatemala dependieron de las decisiones de los votantes jóvenes. En Ecuador, Noboa, un empresario de 35 años, neófito de la política, estaba en los últimos lugares de las encuestas hasta hace apenas unas semanas.Pero aprovechando el apoyo de los jóvenes mientras se presentaba como un candidato independiente, Noboa se abrió camino inesperadamente hacia la segunda vuelta con cerca del 24 por ciento de los votos. (El reconocimiento de su apellido también podría haber ayudado; su padre, Álvaro Noboa, uno de los hombres más ricos de Ecuador, se postuló a la presidencia en cinco oportunidades).En Guatemala, el país más poblado de América Central, Arévalo, de 64 años, también se benefició del apoyo de los jóvenes, especialmente en las ciudades, quienes se sintieron atraídos por sus llamados a poner fin a la persecución política de activistas de derechos humanos, ambientalistas, periodistas, fiscales y jueces.Arévalo también mostró una postura más moderada sobre temas sociales. Aunque dijo que no buscaría legalizar el aborto o el matrimonio igualitario, dejó claro que su gobierno no permitiría la discriminación contra las personas por su orientación sexual.Esa postura, algo novedosa en Guatemala, contrastó en gran manera con la de Torres, quien seleccionó a un pastor evangélico como su compañero de fórmula y empleó un insulto contra personas homosexuales en la campaña electoral para referirse a los simpatizantes de Arévalo.Luisa González enfrentará a Daniel Noboa en la segunda vuelta de las elecciones en Ecuador.Johanna Alarcón para The New York TimesLa izquierda va en diferentes direccionesGuatemala y Ecuador ofrecieron visiones contrastantes de la izquierda en América Latina.Dentro del panorama político tradicionalmente conservador de Guatemala, Arévalo, quien critica gobiernos de izquierda como el de Nicaragua, a menudo es descrito como un progresista. En ese sentido se parece más a Gabriel Boric, el presidente joven y moderado de Chile, que a los agitadores de otras zonas de la región.El partido de Arévalo, Movimiento Semilla, el cual se formó tras las protestas anticorrupción en 2015, también es diferente a cualquier otro movimiento surgido en Guatemala durante las últimas décadas. Semilla llamó la atención por realizar una campaña austera y de principios, dejando claras sus fuentes de financiamiento, a diferencia del financiamiento opaco que prevalece en otros partidos. Otra fuente de inspiración para Semilla es el Frente Amplio de Uruguay, un partido de centro izquierda moderado y democrático.“Arévalo es un demócrata de pies a cabeza”, aseveró Will Freeman, miembro de estudios latinoamericanos del Consejo de Relaciones Exteriores.González, en contraste, proviene de un sector diferente de la izquierda latinoamericana, caracterizado en el caso de Ecuador por poner a prueba los controles y equilibrios democráticos, dijo Freeman. Es partidaria de Rafael Correa, un expresidente ecuatoriano que sigue siendo una fuerza dominante en la política del país a pesar de tener seis años fuera del poder.Correa, quien vive en Bélgica tras huir de una sentencia de prisión de ocho años por violaciones en el financiamiento de campañas, conserva una base sólida que oscila entre el 20 y el 30 por ciento del electorado.En gran medida, ese apoyo es resultado de la “nostalgia de ese momento de bienestar que hubo durante la era de Correa”, dijo Caroline Ávila, analista política en Ecuador.Arévalo obtuvo más votos que cualquier otro candidato en Guatemala desde que se restableció la democracia en el país en 1985.Daniele Volpe para The New York TimesLa imprevisibilidad marcó las contiendasLas elecciones tanto en Ecuador como en Guatemala destacaron una tendencia regional más general: la incertidumbre y volatilidad de la política latinoamericana.En ambos países, las encuestas fallaron en captar desarrollos cruciales. En Ecuador, donde Topic capitalizó las consecuencias del asesinato de Villavicencio, Noboa se abrió camino para pasar a la segunda vuelta.Y en Guatemala, Arévalo, un candidato académico que a veces lee sus discursos y carece de las habilidades oratorias de sus rivales, no fue visto como una amenaza por el establishment hasta que logró pasar a la segunda vuelta.Hoy, con su aplastante victoria, Arévalo obtuvo más votos que cualquier otro candidato desde que se restauró la democracia en Guatemala en 1985.Ese es un escenario que incluso muchos miembros del propio partido de Arévalo no vieron venir.Simon Romero More

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    Elections in Ecuador and Guatemala: Four Takeaways

    Outsiders overperformed, underscoring the volatility of Latin American politics. Candidates calling to emulate El Salvador’s crackdown on crime did not do well.Ecuador and Guatemala held elections on Sunday that shed light on crucial trends throughout Latin America, including anticorruption drives, the growing importance of young voters and calls to emulate El Salvador’s crackdown on crime.In Ecuador, where the assassination this month of the presidential candidate Fernando Villavicencio cast a pall over campaigning, an establishment leftist, Luisa González, will head into a runoff against Daniel Noboa, the scion of a well-heeled family known for its banana empire.And in Guatemala, the progressive anti-graft crusader Bernardo Arévalo won in a landslide over a former first lady, Sandra Torres, dealing a blow to the country’s conservative political establishment.As concerns simmer over the erosion of the rule of law and the expanding sway of drug gangs in different parts of Latin America, the voting was watched closely for signs of what the outcomes could mean.Here are key takeaways.President Nayib Bukele of El Salvador has cracked down on gang violence, using mass arrests that swept up thousands of innocent people. Brittainy Newman for The New York TimesCrime wasn’t the only issue on voters’ minds.Ecuador and Guatemala each face an array of different challenges, and while it is hard to overstate the difficulty of governing effectively in both countries, new leaders will grapple with getting organized crime under control and creating economic opportunities to keep their citizens at home instead of emigrating.The star of the moment in Latin America’s political scene is El Salvador’s conservative populist president, Nayib Bukele, for his success in using hard-line tactics to quell gang violence, including mass arrests that swept up thousands of innocent people and the erosion of civil liberties. But expectations that enthusiasts for the Bukele gospel on crime would sail to victory fizzled in Ecuador and Guatemala.“It is notable that in neither case did unabashed admirers of Nayib Bukele’s hard-line policies against criminal gangs in El Salvador fare well,” said Michael Shifter, a senior fellow at the Inter-American Dialogue, a Washington-based research organization.Despite the shock over the assassination of Mr. Villavicencio, explicitly anti-crime candidates in Ecuador split their share of the votes. Jan Topic, who aligned himself closely with Mr. Bukele, fared poorly despite climbing in the polls after the assassination.“He did run a single-issue campaign that was very much focused around security,” Risa Grais-Targow, the Latin America director for Eurasia Group, said of Mr. Topic. “But voters have other concerns, including on the economy.”Similarly, in Guatemala — where fears were growing of a slide toward authoritarian rule — Ms. Torres’s pledge to put in place Bukele-style policies failed to gain much traction. Instead, the former first lady was put on the defensive by her rival because she had spent time under house arrest in connection to charges of illicit campaign financing.Also influencing the outcome: moves by Guatemala’s electoral authority to simply disqualify candidates who were viewed as threatening the established order.One of the candidates pushed out of the race ahead of the first round in June was Carlos Pineda, an outsider seeking to replicate Mr. Bukele’s crackdown on crime. When Mr. Pineda and others were disqualified, that provided an opening for Mr. Arévalo, another outsider, even though his proposals to fight crime are more nuanced.Guatemalan candidates tried to capitalize on the support of young people.Daniele Volpe for The New York TimesYoung voters shape elections.To a notable degree, the electoral outcomes in Ecuador and Guatemala hinged on the choices of young voters. In Ecuador, Mr. Noboa, 35, a businessman and newcomer to politics, was polling in the doldrums just a few weeks ago.But seizing on youth support while casting himself as an outsider, Mr. Noboa unexpectedly surged into the runoff with about 24 percent of the vote. (Name recognition may also have helped; his father, Álvaro Noboa, one of Ecuador’s richest men, ran unsuccessfully for president five times.)In Guatemala, Central America’s most populous country, Mr. Arévalo, 64, also capitalized on the support of young people, especially in cities, who were drawn to his calls to end the political persecution of human rights activists, environmentalists, journalists, prosecutors and judges.Mr. Arévalo also offered a more moderate stance on social issues. While saying he would not seek to legalize abortion or gay marriage, he made it clear that his government would not permit discrimination against people because of their sexual orientation.That position, which is somewhat novel in Guatemala, stood in sharp contrast to that of Ms. Torres, who drafted an evangelical pastor as her running mate and used an anti-gay slur on the campaign trail to refer to Mr. Arévalo’s supporters.Luisa González will head into a runoff against Daniel Noboa in Ecuador.Johanna Alarcón for The New York TimesThe left is going in different directions.Guatemala and Ecuador offered sharply contrasting visions for the left in Latin America.Indeed, within Guatemala’s traditionally conservative political landscape, Mr. Arévalo, who criticizes leftist governments like Nicaragua’s, is often described as a progressive. In that sense, he is more like Gabriel Boric, Chile’s moderate young president, than firebrands elsewhere in the region.Mr. Arévalo’s party, Movimiento Semilla (Seed Movement), which coalesced after anticorruption protests in 2015, is also unlike any other party in Guatemala in recent decades. Semilla gained attention for running a principled and austere campaign, making its funding sources clear, in contrast to the opaque financing prevailing in other parties. Another source of inspiration for Semilla is Uruguay’s Frente Amplio (Broad Front), a moderate, democratic left-of-center party.“Arévalo is a democrat through and through,” said Will Freeman, a fellow in Latin America studies at the Council on Foreign Relations.Ms. González, by contrast, hails from a different part of the Latin American left, characterized in Ecuador’s case by testing democratic checks and balances, Mr. Freeman said. She is a supporter of Rafael Correa, a former Ecuadorean president who remains a dominant force in the country’s politics despite being out of power for six years.Mr. Correa, who lives in Belgium after fleeing an eight-year prison sentence for campaign-finance violations, retains a strong base that oscillates between 20 percent and 30 percent of the electorate.That support is largely a result of the “nostalgia for that moment of well-being that existed during the Correa era,” said Caroline Ávila, a political analyst in Ecuador.Mr. Arévalo got more votes than any other candidate in Guatemala since democracy was restored in the country in 1985.Daniele Volpe for The New York TimesUnpredictability underlined the races.The races in both Ecuador and Guatemala highlighted a wider regional trend: the uncertainty and volatility of Latin America’s politics.Polls in both countries failed to capture crucial developments. In Ecuador, where Mr. Topic was seen capitalizing on the aftermath of the Villavicencio assassination, Mr. Noboa swooped in to make it to the runoff.And in Guatemala, Mr. Arévalo, a professorial candidate who sometimes reads his speeches and lacks the oratory skills of his rivals, was viewed as nonthreatening by the establishment — until he squeaked into the runoff.Now, with his landslide win, Mr. Arévalo got more votes than any other candidate since democracy was restored in Guatemala in 1985.That’s a scenario that even many within Mr. Arévalo’s own party did not see coming.Simon Romero More

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    Ecuador Elections Move to Runoff

    Luisa González and Daniel Noboa were poised to be the top candidates of Sunday’s election in a country where declining security has been the leading issue for most voters.An establishment leftist and a newcomer businessman appeared to capture the top two spots in Ecuador’s presidential election on Sunday in a campaign cycle that has centered on voters’ frustration with the country’s soaring gang and drug cartel violence.Luisa González, who was backed by a former socialist president, and the political outsider Daniel Noboa received the highest percentage of ballots with 84 percent of the vote counted. They will compete in a runoff election on Oct. 15.The economy and security are likely to be the leading issues going into the runoff, as local prison and street gangs, along with foreign drug mafias, have unleashed a wave of violence unlike anything in the country’s recent history, sending homicide rates to record levels and hurting the vital tourism industry.Concerns over the declining security were amplified earlier this month when the presidential candidate Fernando Villavicencio was assassinated on the campaign trail.Ms. González led the election, garnering 33 percent of the vote, with 84 percent counted, followed by Mr. Noboa, the unexpected second-place winner with 24 percent. Just a few weeks ago, Mr. Noboa was polling in single digits.Full official results were expected later on Sunday night.Ecuador also voted on Sunday to halt drilling in one of the most biodiverse corners of the Amazon in a victory for a decade-long fight by environmental activists to get the binding referendum in front of voters.Sunday’s first-round vote followed President Guillermo Lasso’s call for snap elections in May amid impeachment proceedings against him over accusations of embezzlement, as well as rising voter dissatisfaction over the nation’s security crisis.Ecuador, a country of 18 million, was once a tranquil haven compared with its neighbor Colombia, which for decades was ravaged by violence by armed guerrilla and paramilitary groups and drug cartels. As that changed in the past few years after Colombia forged a peace deal, the narco-trafficking industry grew increasingly powerful in Ecuador.Ms. González led the election, garnering 33 percent of the vote in early counting.Karen Toro/ReutersAmid news reports regularly featuring beheadings, car bombs, police assassinations, young men hanging from bridges and children gunned down outside their homes and schools, Ecuadoreans are hoping for new leadership that can restore the peaceful existence they once took for granted.The González-Noboa matchup means that “there’s still a strong, loyal base for Correísmo that’s enough to get González into the runoff,” said Risa Grais-Targow, the Latin America director for Eurasia Group, referring to the leftist movement of former President Rafael Correa, who governed from 2007 to 2017.But, she said, “there’s a large share of the population that really wants something completely different — they want a new face.”The surprise of the night was the second-place victory for Mr. Noboa, who was recently polling toward the bottom of the pool of eight candidates.“The youth opted for the Daniel Noboa option,” said Mr. Noboa in a news conference Sunday night. “It would not be the first time that a new proposal would turn around the electoral establishment,” he added, referring to himself.The 35-year-old comes from one of the richest families in Latin America, known to most Ecuadoreans for its banana empire. His father ran for president five times, unsuccessfully, but the younger Noboa’s political career goes back only to 2021, when he was elected to Ecuador’s Congress.“He has a voting base that is familiar with the Noboa brand, with the Noboa name, and that now has been very successfully energized, refreshed with a new face,” said Caroline Ávila, an Ecuadorean political analyst. “He captures the attention of young people, the main mass of undecided voters. They are the ones who are putting him in the second round.”Mr. Noboa’s campaign seemed to take off only a week ago, when he impressed many Ecuadoreans with his debate performance.“He stands out in the debate,” Ms. Ávila said. “He speaks well, he speaks fluently, without complicating himself too much, without fighting. And it has generated a lot of interest in these post-debate weeks.”As a legislator and member of the National Democratic Action Movement, Mr. Noboa supported bills to attract international investment and cut taxes, said Grace Jaramillo, an Ecuadorean professor of political science at the University of British Columbia.His policy proposals include pledges to create jobs, lower taxes, lower electricity bills and enter into more international free trade agreements.Daniel Noboa, a political outsider, was the unexpected second-place winner on Sunday.Dolores Ochoa/Associated Press“It’s a big surprise, especially in the fact that the debate did have an effect,” said Arturo Moscoso, Quito-based political scientist. But he added, “For many Ecuadoreans he is an unknown.”Mr. Noboa positioned himself as “the employment president,” even including an employment request form on his website, among other broad commitments to security and the economy. As a businessman and U.S. citizen who grew up in the United States, he is likely to favor American market-friendly interests, said Ms. Grais-Targow.While analysts predicted security to be the main issue in the election following the assassination, Mr. Noboa’s success shows that in a country where just 34 percent of Ecuadoreans have adequate employment, according to government data, the economy is still top of mind.One voter, Carlos Andrés Eras, 31, said he supported Mr. Noboa because he saw him as a well-prepared politician with clear proposals.“It is not improvised; he has been putting together his political project little by little,” said Mr. Eras, who owns a jewelry store in Guayaquil. “He concentrated on giving his points and answered what was raised in the question without attacking anyone.”Mr. Noboa came in just behind the leftist establishment candidate, Ms. González.Backed by the powerful party of Mr. Correa, the former president, Ms. González, 45, has appealed to voter nostalgia for the economic and security situation under the Correa administration, when homicide rates were low and a commodities boom helped lift millions out of poverty.“It is the first time in the history of Ecuador that a woman has obtained such a high percentage in the first round,” said Ms. González in her postelection speech. “We are going to have that homeland again with hope, with dignity, with security.”A soldier guarding a polling station in Quito, Ecuador, on Sunday.Carlos Noriega/Associated PressGermán Montoya, a voter and the owner of a plastic company in Guayaquil, Ecuador’s largest city, said extortion payments demanded by gangs were hurting his business and had pushed him to vote for Ms. González.“‘Mr. Montoya, I can’t go there, here, because they charge me a toll,’” he said his employees tell him. The trucks are charged $50 to make deliveries in different parts of Guayaquil, Mr. Montoya, 37, said.Jordy Gonzales, a 23-year-old construction worker, felt similarly. Mr. Correa’s party, he said, “did things right, and we are going to see if this time, if God allows it, it will be like before.”If Ms. González wins the election in October, it will show the staying power of Mr. Correa as a dominant political force in Ecuador despite being out of power for six years.He has lived in Belgium since he left office, fleeing an eight-year prison sentence for campaign-finance violations. But experts predict that in the event of a González victory, he would be likely to return to the country and try to seek office again before the next president’s tenure expires in May 2025.Beyond Sunday’s presidential election, Ecuadoreans also voted to end drilling in the Amazon, dealing a major blow to the government, which had been lobbying to continue oil operations.The section of jungle on the ballot, part of Yasuní National Park, is one of the most ecologically rich places on Earth and home to Indigenous people who want no contact with outsiders.The state oil company, Petroecuador, will have roughly a year and a half to wind up its operations in the area, though experts say shutting down the oil field could take six to 10 years.According to Andrés Martínez Moscoso, a law professor at the San Francisco de Quito University, neither the president, Congress nor a new referendum can undo Sunday’s results.The decision is “a very clear signal, especially to the international community, of the population’s desire to turn this extractive economy around,” said Ms. Ávila. It would also force future governments to think of “other ways of generating income that are not exclusively from oil.”Genevieve Glatsky More