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    ¿Cuáles son los métodos que usan los gobiernos autoritarios para influir en las elecciones?

    Al igual que otros líderes autoritarios de todo el mundo, Maduro ha empleado innumerables tácticas para amañar las elecciones en un intento de obtener legitimidad mientras desvirtúa el proceso democrático.[Estamos en WhatsApp. Empieza a seguirnos ahora]El lunes, el presidente Nicolás Maduro fue declarado ganador en la votación presidencial de Venezuela a pesar de las flagrantes irregularidades electorales, lo que ha sumido al país en protestas generalizadas.La votación se produjo después de que millones de venezolanos apoyaran al candidato de la oposición, Edmundo González, quien sustituyó a la popular líder de la oposición, María Corina Machado, a quien el gobierno de Maduro le prohibió postularse. Maduro fue declarado vencedor por la autoridad electoral del país, que no hizo público el recuento completo de votos, lo que alimentó las sospechas sobre la credibilidad de la victoria de Maduro.Machado calificó los resultados de “imposibles” y muchos señalaron a la interferencia del gobierno en los centros de votación.No es la primera vez que se acusa al gobierno de Maduro de presentar resultados electorales falsos. Al igual que otros líderes autoritarios de todo el mundo, Maduro ha empleado innumerables tácticas para amañar las elecciones en un intento de obtener legitimidad desvirtuando el proceso democrático.A continuación, analizamos cinco maneras diferentes en que los gobiernos autoritarios pueden amañar las elecciones.We are having trouble retrieving the article content.Please enable JavaScript in your browser settings.Thank you for your patience while we verify access. If you are in Reader mode please exit and log into your Times account, or subscribe for all of The Times.Thank you for your patience while we verify access.Already a subscriber? Log in.Want all of The Times? Subscribe. More

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    Days After Border Closes for Most Migrants, Manageable Crowds but More Anxiety

    On a hot and humid morning in the Mexican border city of Reynosa, less than a mile from the Rio Grande, one question seemed to linger in the minds of hundreds of people who had arrived Saturday at a shelter for migrants.When would they be able to cross into the United States?The answer remained elusive. At least 1,100 men, women and children, a majority of them from Central America and Venezuela, had arrived at Senda de Vida, a sprawling respite center consisting of makeshift tents and temporary wooden rooms, with hopes of reaching the United States. Instead, many felt stuck in limbo after President Biden signed an executive order that prevents migrants from seeking asylum along the 2,000-mile U.S.-Mexico border when crossings surge.The order effectively closed the U.S. border for nearly all asylum seekers as of 12:01 a.m. on Wednesday.Jorge Gomez, 34, from Honduras, rested on Saturday near the U.S.-Mexico border.Paul Ratje for The New York TimesThe full effect of the new rule was difficult to assess three days after Mr. Biden’s announcement, but, as of Saturday, the number of migrants massing at the border showed signs of stabilizing, at least for now, compared with previous years, as many migrants appeared to be heeding the warning that they would be turned away, said Héctor Silva de Luna, a pastor who runs the shelter.During the height of the migration crisis, he welcomed more than 7,000 people, he said. Many now appear to be waiting in the interior of Mexico, in cities like Monterrey and Mexico City, to see what happens. But the migrants at the border like the ones at Mr. de Luna’s shelter are “the ones that will pay the price,” he said, because they are being rejected.We are having trouble retrieving the article content.Please enable JavaScript in your browser settings.Thank you for your patience while we verify access. If you are in Reader mode please exit and log into your Times account, or subscribe for all of The Times.Thank you for your patience while we verify access.Already a subscriber? Log in.Want all of The Times? Subscribe. More

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    Elecciones en El Salvador: lo que hay que saber

    Este domingo, Nayib Bukele se dispone a reelegirse con facilidad. Sus medidas enérgicas contra las pandillas, a costa de la restricción de las libertades civiles, le han acarreado un enorme apoyo.En las elecciones presidenciales de El Salvador de este domingo, no hay una verdadera competencia: se espera que Nayib Bukele, el presidente milénial que reconfiguró el país con una serie de medidas enérgicas contra las pandillas y las libertades civiles, gane la reelección de forma aplastante.Los juristas afirman que Bukele, de 42 años, está violando una prohibición constitucional al buscar un segundo mandato consecutivo, algo que a la mayoría de los salvadoreños parece no importarle.Las encuestas muestran que los electores apoyan de manera abrumadora la candidatura de Bukele y que probablemente consolidarán la supermayoría de su partido en la Asamblea Legislativa el domingo, lo que extendería el control irrestricto del presidente sobre cada rama del gobierno durante años.“Quieren demostrar que pueden hacerlo, que tienen el apoyo popular para hacerlo, y quieren que todos simplemente se resignen a ello, sin importar lo que diga la Constitución”, afirmó Ricardo Zuniga, que fungió como enviado especial del Departamento de Estado de EE. UU. a Centroamérica durante la presidencia de Biden. “Es una demostración de poder”.Casi el 80 por ciento de los salvadoreños afirmó en una encuesta reciente que apoyaba la candidatura de Bukele. La misma encuesta reveló que su partido, Nuevas Ideas, podría obtener hasta 57 de los 60 escaños de la Asamblea Legislativa, después de que se realizaron cambios en la composición del órgano legislativo que, según los analistas, beneficiaron al partido de gobierno.El argumento más fuerte de la candidatura de Bukele ha sido los casi dos años de estado de excepción que su gobierno impuso luego de que las pandillas criminales que hacía mucho tiempo dominaban las calles cometieron una ola de asesinatos en marzo de 2022.We are having trouble retrieving the article content.Please enable JavaScript in your browser settings.Thank you for your patience while we verify access. If you are in Reader mode please exit and log into your Times account, or subscribe for all of The Times.Thank you for your patience while we verify access.Already a subscriber? Log in.Want all of The Times? Subscribe. More

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    El Salvador’s Bukele Expected to Win Re-Election: What to Know

    Nayib Bukele is set to easily win a second term on Sunday, riding enormous support for his crackdown on gangs, even if the price has been restricting civil liberties.In El Salvador’s presidential contest on Sunday, there is no real competition: Nayib Bukele, the millennial president who reshaped the country with a crackdown on gangs and civil liberties, is expected to win re-election in a landslide.Legal scholars say Mr. Bukele, 42, is violating a constitutional ban by seeking a second consecutive term, but most Salvadorans don’t seem to care.Surveys show that voters overwhelmingly support Mr. Bukele’s candidacy and will likely cement his party’s supermajority in the legislature on Sunday, extending the leader’s unimpeded control over every lever of government for years.“They want to show that they can do this, they want to show they have popular backing for doing it — and they want everyone to just live with it, regardless of the Constitution,” said Ricardo Zuniga, who served as the U.S. State Department’s special envoy to Central America under President Biden. “It’s a demonstration of power.”Nearly 80 percent of Salvadorans said they supported Mr. Bukele’s candidacy in one recent survey. The same survey shows his New Ideas party could win as many as 57 of 60 seats in the legislature, after it made changes to the composition of the legislative assembly that analysts say benefited the governing party.Mr. Bukele’s main selling point has been the nearly two-year state of emergency his government imposed after the gangs that had long dominated the streets went on a killing spree in March 2022.We are having trouble retrieving the article content.Please enable JavaScript in your browser settings.Thank you for your patience while we verify access. If you are in Reader mode please exit and log into your Times account, or subscribe for all of The Times.Thank you for your patience while we verify access.Already a subscriber? Log in.Want all of The Times? Subscribe. More

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    Medio planeta a las urnas

    Medio planeta a las urnasDesafíos democráticos, operativo Metástasis en Ecuador y más para estar al día.Millones de votantes acudieron a las urnas a inicios de este mes. A la izquierda, en Bangladés; a la derecha, en Bután.Monirul Alam/EPA, vía Shutterstock; Money Sharma/Agence France-Presse — Getty ImagesEste 2024 se perfila como el año de mayor actividad electoral en el mundo: están previstos más de 80 comicios importantes, la mayor cantidad en, al menos, las siguientes dos décadas.Esto significa que, en el transcurso del año, unos 4000 millones de votantes tendrán en sus manos algún tipo de decisión para incidir en el futuro de su país, según algunos cálculos. Es casi la mitad de los habitantes del planeta.Solo en América, se prevé que electores en El Salvador, Estados Unidos, México, Panamá, República Dominicana, Uruguay y Venezuela acudan a las urnas para elegir a sus mandatarios.A pesar de que este intenso ejercicio electoral podría parecer un indicio positivo para la democracia, algunos expertos aseguran que hay motivos para preocuparse. Por todo el mundo han surgido desafíos a este sistema político: grandes migraciones, conflictos internacionales, crecientes brechas económicas, polarización.“Casi todas las democracias están bajo estrés, sin tomar en cuenta la tecnología”, dijo en un artículo reciente Darrell West, investigador del Instituto Brookings. “Cuando a eso le sumas la desinformación, simplemente se crean muchas oportunidades para causar problemas”.Entre esos problemas se encuentran los esfuerzos para “desacreditar la democracia como modelo global de gobernanza”, escribieron los reporteros Tiffany Hsu, Stuart A. Thompson y Steven Lee Myers. Además observaron que cada vez hay más actores que impulsan narrativas de fraude electoral con este fin.México es uno de los países que va a tener elecciones presidenciales este año.Las divisiones sociales, las guerras culturales y la polarización también sirven como terreno fértil para la propagación de discursos extremistas y de odio en distintas plataformas, lo que, a largo plazo, socava la capacidad de superar las diferencias y formar gobiernos de unidad.Más allá del plano de las votaciones, la institucionalidad es crucial para el buen funcionamiento democrático. En una columna reciente de The Interpreter, Amanda Taub reflexiona sobre sus virtudes y retos.Las instituciones, escribió Amanda, “existen para que los procesos complejos puedan automatizarse, para que grandes grupos de personas puedan colaborar sin tener que crear nuevos sistemas para hacerlo y para que personas como yo podamos confiar en su pericia sin poseer ni un ápice de esa experiencia”.Sin embargo, continúa, en los últimos años se ha registrado un deterioro institucional que pone en riesgo la gobernabilidad en numerosos países.Apenas este fin de semana, Guatemala vivió horas de zozobra ante la incertidumbre de si Bernardo Arévalo podría asumir la presidencia. Arévalo ganó la segunda vuelta de las elecciones con 20 puntos porcentuales de ventaja y, no obstante, enfrentó diversos esfuerzos para impedir que tomara posesión del cargo. En la madrugada del lunes, después de un retraso, Arévalo fue juramentado.El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, y su vicepresidenta, Karin Herrera, saludan a los asistentes desde el balcón del Palacio Nacional para celebrar su toma de posesión el lunes.Daniele Volpe para The New York TimesSin embargo, los obstáculos que enfrentó por parte de sus opositores se generaron mayormente por la vía institucional. “En el siglo XX eran golpes de fuerza con tanques, bayonetas, con militares y duraban dos o tres días”, comentó Arévalo el año pasado en un reportaje del Times. “Los golpes del siglo XXI son dados con diputados, con abogados, en las cortes, se hacen así”, dijo. “Es más sofisticado, tarda mucho más tiempo, se hace con la pretensión de que se continúa con las instituciones”.En todo el mundo hay indicios de este tipo de erosión. En Estados Unidos, Francia e Israel, por ejemplo, se ha observado una tendencia de los distintos poderes de gobierno a desafiar los límites constitucionales. En Hungría, Viktor Orbán ha reconfigurado la Constitución a fin de concentrar el poder. En Ecuador, una investigación reciente mostró que el crimen organizado se había infiltrado en el sistema penitenciario.A pesar de las teorías conspirativas y la desinformación, es relativamente fácil seguir el hilo de las carreras electorales: hay candidatos, conteo de votos y ganadores y perdedores. Pero, como observa Amanda, también vale la pena prestar tanta atención a la salud institucional como al desempeño de las contiendas electorales.P. D.: Hablando de votaciones, Taiwán eligió presidente el fin de semana. Esto es lo que hay que saber.Si alguien te reenvió este correo, puedes hacer clic aquí para recibirlo tres veces por semana.Rincón de los lectoresGrisy Oropeza y su esposo, Dyluis Rojas. Solicitaron asilo poco después de llegar a Nueva York.José A. Alvarado Jr. para The New York TimesA continuación, una selección de diversos puntos de vista y experiencias que nuestros lectores enviaron a la sección de comentarios y a nuestro buzón de correo, editadas por extensión y claridad.“Emigrar es una opción válida para cualquier persona que crea que lo quiere o lo deba hacer, lo irregular es la actitud que desde hace mucho tiempo viene ejerciendo Estados Unidos contra infinidad de países a los que considera enemigos o contrarios a sus políticas”. —Octavio Cruz González, Cali, Colombia, respecto al reportaje sobre una familia venezolana en un limbo burocrático en Nueva York.“Me gustaría compartir con ustedes algunas recomendaciones para quienes realizan senderismo, a propósito de su artículo sobre esta actividad: 1) A menos que se trate de un parque urbano no invites a tus mascotas, se pueden extraviar o dañar la fauna y flora salvajes. Si insistes en llevarlos, usa correa y hazte cargo de sus excrementos llevándolos hasta un contenedor. 2) Hazte responsable de tu basura. No tires nada al suelo, ni siquiera lo orgánico: ese corazón de manzana que crees que se descompondrá pronto lo puede terminar comiendo un animal salvaje. 3) La gente que te rodea va a disfrutar de la naturaleza y el paisaje, queremos oír el ruido del agua y del viento, ¡no lo que sale de tus parlantes! 4) Si vas a una zona afectada por la sequía, lleva un litro adicional de agua para regar algún arbusto. Y si ya vas a terminar, usa el agua que te sobra también para regar o dejar en los bebederos de aves”. —Javiera Osorio, Santiago, Chile, respecto al senderismo y sus beneficios.“Viví una experiencia similar el pasado verano cuando cayó mi iPhone al mar. Decidí no reponer el teléfono móvil inmediatamente. Estaba cansado de tanto mensaje de WhatsApp, de Instagram y otras apps. Gané libertad, recuperé la vida próxima (la realidad que me rodeaba). También observé que me involucraba más en lo que hacía. Así aguanté hasta el iPhone 15, vuelta a la normalidad. Estoy pensando cómo reducir las horas de pantalla. Es difícil compaginar, por un lado, la vida ‘normal’, la del trabajo y las conexiones con familiares y amigos, y por otro la vida ‘desconectado’”. —Enrique López-Amor, Barcelona, España, respecto a la adicción a los teléfonos inteligentes.“La humanidad es testigo de cómo una tecnología puede ser utilizada para el bienestar o para la destrucción del otro. Leo y escucho que debe controlarse, la ética, la moral deben ser los cinturones de ajuste. La pregunta, entre otras interrogantes, es: ¿quiénes serán los ‘jueces’ que determinen cómo, dónde, con quién, para qué se hace un correcto uso de esta tecnología? El tema es que las grandes corporaciones se están arrogando el título de jueces, inclusive por encima de los gobiernos”. —Roberto Gómez Sánchez, Lima, Perú, respecto a un ensayo sobre la inteligencia artificial.— More

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    Elecciones en Ecuador y Guatemala en 4 conclusiones

    A los “outsiders” les fue mejor de lo esperado, lo que subraya la volatilidad de la política latinoamericana. A los candidatos que llamaron a emular las medidas enérgicas contra el crimen de El Salvador no les fue bien.El domingo, Ecuador y Guatemala celebraron elecciones que dejaron en evidencia algunas tendencias cruciales en América Latina como los esfuerzos anticorrupción, la creciente importancia de los votantes jóvenes y los llamados a emular las medidas enérgicas contra el crimen de El Salvador.En Ecuador, donde el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio este mes ensombreció la campaña, una política de la izquierda tradicional, Luisa González, se enfrentará en una segunda vuelta a Daniel Noboa, el heredero de una familia adinerada conocida por su imperio bananero.Y en Guatemala, el activista progresista y anticorrupción Bernardo Arévalo ganó la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de manera aplastante contra una ex primera dama, Sandra Torres, asestando así un golpe al establishment político conservador del país.Debido a las preocupaciones latentes sobre la erosión del Estado de derecho y la influencia cada vez mayor de las bandas narcotraficantes en diferentes partes de América Latina, la votación fue observada de cerca en busca de señales de lo que podrían significar los resultados.A continuación, presentamos algunas conclusiones clave.El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha tomado medidas enérgicas contra la violencia de las pandillas mediante arrestos masivos que perjudicaron a miles de personas inocentes.Brittainy Newman para The New York TimesLa delincuencia no fue el único tema en la mente de los votantesEcuador y Guatemala enfrentan una variedad de retos diferentes, y aunque las dificultades para gobernar de manera efectiva en ambos países son bien conocidas, los nuevos líderes tendrán que lidiar con tener bajo control el crimen organizado y crear oportunidades económicas para mantener a sus ciudadanos en casa y evitar que emigren.La estrella del momento en la escena política de América Latina es el presidente populista conservador de El Salvador, Nayib Bukele, debido a su éxito en el uso de tácticas de línea dura para sofocar la violencia de las pandillas, incluidos arrestos masivos que afectaron a miles de personas inocentes y erosionaron las libertades civiles. Pero las expectativas de que los entusiastas de las tácticas de Bukele sobre el crimen tendrían un camino fácil hacia la victoria se desvanecieron tanto en Ecuador como en Guatemala.“Es notable que en ninguno de los dos casos les haya ido bien a los admiradores descarados de las políticas severas de Nayib Bukele contra las bandas criminales en El Salvador”, dijo Michael Shifter, miembro principal de Diálogo Intermericano, una organización de investigación con sede en Washington.A pesar de la conmoción generada por el asesinato de Villavicencio, los candidatos explícitamente anticrimen en Ecuador dividieron su porción de los votos. A Jan Topic, quien se alineó estrechamente con Bukele, le fue mal a pesar de haber subido en las encuestas tras el asesinato.“Hizo una campaña de un solo tema que, en su mayoría, se enfocó en la seguridad”, dijo Risa Grais-Targow, directora para América Latina de Eurasia Group, sobre Topic. “Pero los votantes tienen otras preocupaciones, como las relacionadas con la economía”.De manera similar, en Guatemala —donde crecían los temores de un descenso hacia el autoritarismo— la promesa de Torres de implementar políticas al estilo de Bukele no logró ganar mucho impulso. En cambio, su rival la puso a la defensiva debido a que había pasado un tiempo bajo arresto domiciliario en relación con cargos de financiamiento ilícito de campañas.También influyeron en el resultado las maniobras de la autoridad electoral de Guatemala para simplemente descalificar a los candidatos que se consideraron amenazas al orden establecido.Uno de los candidatos expulsados de la contienda antes de la primera vuelta en junio fue Carlos Pineda, un outsider que buscaba replicar las medidas enérgicas contra el crimen de Bukele. La descalificación de Pineda y otros le abrió un camino a Arévalo, otro candidato independiente cuyas propuestas para combatir el delito son más matizadas.Los candidatos guatemaltecos intentaron capitalizar el apoyo de los jóvenes.Daniele Volpe para The New York TimesLos votantes jóvenes influyen en las eleccionesEn un grado notable, los resultados electorales en Ecuador y Guatemala dependieron de las decisiones de los votantes jóvenes. En Ecuador, Noboa, un empresario de 35 años, neófito de la política, estaba en los últimos lugares de las encuestas hasta hace apenas unas semanas.Pero aprovechando el apoyo de los jóvenes mientras se presentaba como un candidato independiente, Noboa se abrió camino inesperadamente hacia la segunda vuelta con cerca del 24 por ciento de los votos. (El reconocimiento de su apellido también podría haber ayudado; su padre, Álvaro Noboa, uno de los hombres más ricos de Ecuador, se postuló a la presidencia en cinco oportunidades).En Guatemala, el país más poblado de América Central, Arévalo, de 64 años, también se benefició del apoyo de los jóvenes, especialmente en las ciudades, quienes se sintieron atraídos por sus llamados a poner fin a la persecución política de activistas de derechos humanos, ambientalistas, periodistas, fiscales y jueces.Arévalo también mostró una postura más moderada sobre temas sociales. Aunque dijo que no buscaría legalizar el aborto o el matrimonio igualitario, dejó claro que su gobierno no permitiría la discriminación contra las personas por su orientación sexual.Esa postura, algo novedosa en Guatemala, contrastó en gran manera con la de Torres, quien seleccionó a un pastor evangélico como su compañero de fórmula y empleó un insulto contra personas homosexuales en la campaña electoral para referirse a los simpatizantes de Arévalo.Luisa González enfrentará a Daniel Noboa en la segunda vuelta de las elecciones en Ecuador.Johanna Alarcón para The New York TimesLa izquierda va en diferentes direccionesGuatemala y Ecuador ofrecieron visiones contrastantes de la izquierda en América Latina.Dentro del panorama político tradicionalmente conservador de Guatemala, Arévalo, quien critica gobiernos de izquierda como el de Nicaragua, a menudo es descrito como un progresista. En ese sentido se parece más a Gabriel Boric, el presidente joven y moderado de Chile, que a los agitadores de otras zonas de la región.El partido de Arévalo, Movimiento Semilla, el cual se formó tras las protestas anticorrupción en 2015, también es diferente a cualquier otro movimiento surgido en Guatemala durante las últimas décadas. Semilla llamó la atención por realizar una campaña austera y de principios, dejando claras sus fuentes de financiamiento, a diferencia del financiamiento opaco que prevalece en otros partidos. Otra fuente de inspiración para Semilla es el Frente Amplio de Uruguay, un partido de centro izquierda moderado y democrático.“Arévalo es un demócrata de pies a cabeza”, aseveró Will Freeman, miembro de estudios latinoamericanos del Consejo de Relaciones Exteriores.González, en contraste, proviene de un sector diferente de la izquierda latinoamericana, caracterizado en el caso de Ecuador por poner a prueba los controles y equilibrios democráticos, dijo Freeman. Es partidaria de Rafael Correa, un expresidente ecuatoriano que sigue siendo una fuerza dominante en la política del país a pesar de tener seis años fuera del poder.Correa, quien vive en Bélgica tras huir de una sentencia de prisión de ocho años por violaciones en el financiamiento de campañas, conserva una base sólida que oscila entre el 20 y el 30 por ciento del electorado.En gran medida, ese apoyo es resultado de la “nostalgia de ese momento de bienestar que hubo durante la era de Correa”, dijo Caroline Ávila, analista política en Ecuador.Arévalo obtuvo más votos que cualquier otro candidato en Guatemala desde que se restableció la democracia en el país en 1985.Daniele Volpe para The New York TimesLa imprevisibilidad marcó las contiendasLas elecciones tanto en Ecuador como en Guatemala destacaron una tendencia regional más general: la incertidumbre y volatilidad de la política latinoamericana.En ambos países, las encuestas fallaron en captar desarrollos cruciales. En Ecuador, donde Topic capitalizó las consecuencias del asesinato de Villavicencio, Noboa se abrió camino para pasar a la segunda vuelta.Y en Guatemala, Arévalo, un candidato académico que a veces lee sus discursos y carece de las habilidades oratorias de sus rivales, no fue visto como una amenaza por el establishment hasta que logró pasar a la segunda vuelta.Hoy, con su aplastante victoria, Arévalo obtuvo más votos que cualquier otro candidato desde que se restauró la democracia en Guatemala en 1985.Ese es un escenario que incluso muchos miembros del propio partido de Arévalo no vieron venir.Simon Romero More

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    Elections in Ecuador and Guatemala: Four Takeaways

    Outsiders overperformed, underscoring the volatility of Latin American politics. Candidates calling to emulate El Salvador’s crackdown on crime did not do well.Ecuador and Guatemala held elections on Sunday that shed light on crucial trends throughout Latin America, including anticorruption drives, the growing importance of young voters and calls to emulate El Salvador’s crackdown on crime.In Ecuador, where the assassination this month of the presidential candidate Fernando Villavicencio cast a pall over campaigning, an establishment leftist, Luisa González, will head into a runoff against Daniel Noboa, the scion of a well-heeled family known for its banana empire.And in Guatemala, the progressive anti-graft crusader Bernardo Arévalo won in a landslide over a former first lady, Sandra Torres, dealing a blow to the country’s conservative political establishment.As concerns simmer over the erosion of the rule of law and the expanding sway of drug gangs in different parts of Latin America, the voting was watched closely for signs of what the outcomes could mean.Here are key takeaways.President Nayib Bukele of El Salvador has cracked down on gang violence, using mass arrests that swept up thousands of innocent people. Brittainy Newman for The New York TimesCrime wasn’t the only issue on voters’ minds.Ecuador and Guatemala each face an array of different challenges, and while it is hard to overstate the difficulty of governing effectively in both countries, new leaders will grapple with getting organized crime under control and creating economic opportunities to keep their citizens at home instead of emigrating.The star of the moment in Latin America’s political scene is El Salvador’s conservative populist president, Nayib Bukele, for his success in using hard-line tactics to quell gang violence, including mass arrests that swept up thousands of innocent people and the erosion of civil liberties. But expectations that enthusiasts for the Bukele gospel on crime would sail to victory fizzled in Ecuador and Guatemala.“It is notable that in neither case did unabashed admirers of Nayib Bukele’s hard-line policies against criminal gangs in El Salvador fare well,” said Michael Shifter, a senior fellow at the Inter-American Dialogue, a Washington-based research organization.Despite the shock over the assassination of Mr. Villavicencio, explicitly anti-crime candidates in Ecuador split their share of the votes. Jan Topic, who aligned himself closely with Mr. Bukele, fared poorly despite climbing in the polls after the assassination.“He did run a single-issue campaign that was very much focused around security,” Risa Grais-Targow, the Latin America director for Eurasia Group, said of Mr. Topic. “But voters have other concerns, including on the economy.”Similarly, in Guatemala — where fears were growing of a slide toward authoritarian rule — Ms. Torres’s pledge to put in place Bukele-style policies failed to gain much traction. Instead, the former first lady was put on the defensive by her rival because she had spent time under house arrest in connection to charges of illicit campaign financing.Also influencing the outcome: moves by Guatemala’s electoral authority to simply disqualify candidates who were viewed as threatening the established order.One of the candidates pushed out of the race ahead of the first round in June was Carlos Pineda, an outsider seeking to replicate Mr. Bukele’s crackdown on crime. When Mr. Pineda and others were disqualified, that provided an opening for Mr. Arévalo, another outsider, even though his proposals to fight crime are more nuanced.Guatemalan candidates tried to capitalize on the support of young people.Daniele Volpe for The New York TimesYoung voters shape elections.To a notable degree, the electoral outcomes in Ecuador and Guatemala hinged on the choices of young voters. In Ecuador, Mr. Noboa, 35, a businessman and newcomer to politics, was polling in the doldrums just a few weeks ago.But seizing on youth support while casting himself as an outsider, Mr. Noboa unexpectedly surged into the runoff with about 24 percent of the vote. (Name recognition may also have helped; his father, Álvaro Noboa, one of Ecuador’s richest men, ran unsuccessfully for president five times.)In Guatemala, Central America’s most populous country, Mr. Arévalo, 64, also capitalized on the support of young people, especially in cities, who were drawn to his calls to end the political persecution of human rights activists, environmentalists, journalists, prosecutors and judges.Mr. Arévalo also offered a more moderate stance on social issues. While saying he would not seek to legalize abortion or gay marriage, he made it clear that his government would not permit discrimination against people because of their sexual orientation.That position, which is somewhat novel in Guatemala, stood in sharp contrast to that of Ms. Torres, who drafted an evangelical pastor as her running mate and used an anti-gay slur on the campaign trail to refer to Mr. Arévalo’s supporters.Luisa González will head into a runoff against Daniel Noboa in Ecuador.Johanna Alarcón for The New York TimesThe left is going in different directions.Guatemala and Ecuador offered sharply contrasting visions for the left in Latin America.Indeed, within Guatemala’s traditionally conservative political landscape, Mr. Arévalo, who criticizes leftist governments like Nicaragua’s, is often described as a progressive. In that sense, he is more like Gabriel Boric, Chile’s moderate young president, than firebrands elsewhere in the region.Mr. Arévalo’s party, Movimiento Semilla (Seed Movement), which coalesced after anticorruption protests in 2015, is also unlike any other party in Guatemala in recent decades. Semilla gained attention for running a principled and austere campaign, making its funding sources clear, in contrast to the opaque financing prevailing in other parties. Another source of inspiration for Semilla is Uruguay’s Frente Amplio (Broad Front), a moderate, democratic left-of-center party.“Arévalo is a democrat through and through,” said Will Freeman, a fellow in Latin America studies at the Council on Foreign Relations.Ms. González, by contrast, hails from a different part of the Latin American left, characterized in Ecuador’s case by testing democratic checks and balances, Mr. Freeman said. She is a supporter of Rafael Correa, a former Ecuadorean president who remains a dominant force in the country’s politics despite being out of power for six years.Mr. Correa, who lives in Belgium after fleeing an eight-year prison sentence for campaign-finance violations, retains a strong base that oscillates between 20 percent and 30 percent of the electorate.That support is largely a result of the “nostalgia for that moment of well-being that existed during the Correa era,” said Caroline Ávila, a political analyst in Ecuador.Mr. Arévalo got more votes than any other candidate in Guatemala since democracy was restored in the country in 1985.Daniele Volpe for The New York TimesUnpredictability underlined the races.The races in both Ecuador and Guatemala highlighted a wider regional trend: the uncertainty and volatility of Latin America’s politics.Polls in both countries failed to capture crucial developments. In Ecuador, where Mr. Topic was seen capitalizing on the aftermath of the Villavicencio assassination, Mr. Noboa swooped in to make it to the runoff.And in Guatemala, Mr. Arévalo, a professorial candidate who sometimes reads his speeches and lacks the oratory skills of his rivals, was viewed as nonthreatening by the establishment — until he squeaked into the runoff.Now, with his landslide win, Mr. Arévalo got more votes than any other candidate since democracy was restored in Guatemala in 1985.That’s a scenario that even many within Mr. Arévalo’s own party did not see coming.Simon Romero More

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    Ecuador conmocionado por el asesinato de Fernando Villavicencio

    Los 12 disparos efectuados el miércoles por la tarde, que acabaron con la vida de un candidato presidencial ecuatoriano cuando salía de un acto de campaña, han marcado un punto de inflexión dramático para una nación que hasta hace apenas unos años parecía una isla de seguridad en una región violenta.Un video del instante previo al asesinato del candidato, Fernando Villavicencio, comenzó a circular en línea incluso antes de que se confirmara su muerte. Para muchos ecuatorianos, esos disparos resonaron con un mensaje sombrío: su país había cambiado para siempre.“Siento que representa una pérdida total de control para el gobierno”, dijo Ingrid Ríos, politóloga de la ciudad de Guayaquil, “y para los ciudadanos también”.Ecuador, un país con 18 millones de habitantes en la costa occidental de Sudamérica, ha sobrevivido a gobiernos autoritarios, crisis financieras, protestas masivas y al menos un secuestro presidencial. Sin embargo, nunca había sido sacudido por el tipo de conflicto relacionado con las drogas que ha plagado a la vecina Colombia, el cual ha desatado una violencia que ha matado a miles, erosionando la democracia y enfrentando a los ciudadanos entre sí.Hasta ahora.La sede del partido político de Villavicencio. El candidato fue asesinado frente a una escuela donde estaba realizando un evento de campaña.Johanna Alarcón para The New York TimesHoras después del asesinato del candidato, el presidente Guillermo Lasso declaró el estado de emergencia y suspendió algunas libertades civiles para ayudarlo a lidiar con la creciente delincuencia, según dijo.El jueves por la tarde, el ministro del Interior de Ecuador, Juan Zapata, afirmó que los seis sospechosos detenidos en relación con el asesinato de Villavicencio eran de nacionalidad colombiana, lo que le añade una nueva dimensión a una historia que ya parecía haber sido importada de otro lugar.En los últimos cinco años, el narcotráfico ha ganado un poder extraordinario en Ecuador, a medida que las mafias extranjeras de la droga se han aliado con las pandillas locales de las calles y las prisiones. En solo unos años han transformado regiones enteras del país, extorsionando negocios, reclutando jóvenes, infiltrándose en el gobierno y matando a quienes los investigan.Las similitudes con los problemas que afectaron a Colombia en las décadas de 1980 y 1990, cuando los grupos narcotraficantes asumieron el control de grandes zonas del país y se infiltraron en el gobierno, se han vuelto casi imposibles de ignorar para los ecuatorianos.El jueves, algunos comenzaron a comparar el asesinato de Villavicencio con el de Luis Carlos Galán, un candidato presidencial colombiano que fue asesinado a tiros durante la campaña en 1989. Al igual que Villavicencio, Galán fue un duro crítico de la actividad ilegal de las drogas.La muerte de Galán aún resuena en Colombia como símbolo de los peligros de denunciar al poder criminal y de la incapacidad del Estado para proteger a sus ciudadanos.En términos más generales, Colombia sigue lidiando con los efectos del narcotráfico, que sigue influyendo en los procesos electorales y es responsable de la muerte y el desplazamiento de miles de personas cada año.El jueves, un grupo de personas se reunió frente a una morgue en la capital ecuatoriana, Quito, donde se encontraba el cuerpo de Villavicencio. El aire se llenó de llantos desesperados. Irina Tejada, una maestra de 48 años, habló entre lágrimas.“Nos arrebataron a nuestro héroe”, dijo. Luego, refiriéndose a los políticos corruptos, afirmó: “¿Por qué no se ponen de parte de nuestro pueblo, no de esos narcos criminales? ¡Qué dolor, indignación!”.Irina Tejada, maestra, de luto frente a la morgue donde se encontraba el cuerpo de Villavicencio.Johanna Alarcón para The New York TimesPoco después, el coche fúnebre plateado que transportaba el cuerpo de Villavicencio salió de la morgue y la multitud comenzó a aplaudir, primero con tristeza y luego con rabia frenética.La gente le gritó a la escolta policial que rodeaba el cuerpo.“¡Ahora lo protegen! ¡Cuando ya es demasiado tarde!”, gritó una mujer.Villavicencio, quien había trabajado como periodista, activista y asambleísta, figuraba en las encuestas en una posición intermedia en el grupo de ocho candidatos para las elecciones presidenciales que se celebrarán el 20 de agosto. Fue uno de los que más denunció abiertamente el vínculo entre el crimen organizado y los funcionarios gubernamentales.El miércoles por la tarde, Villavicencio llegó a una escuela en Quito, la capital, donde estuvo en un escenario frente a una multitud y se pronunció “en contra de las mafias que han sometido a esta patria”. Luego, cuando salía de la escuela bajo una enorme pancarta que mostraba su rostro junto a la palabra “presidente”, se realizaron los disparos.El presidente Lasso inmediatamente culpó de la muerte al “crimen organizado”. La Fiscalía General del Estado rápidamente dijo que un sospechoso había muerto y otros seis habían sido arrestados.Al día siguiente, Lasso informó que había solicitado la ayuda del FBI, órgano que accedió a ayudar en la investigación del caso.Con un chaleco antibalas, Andrea González, compañera de fórmula de Villavicencio, ofreció una conferencia de prensa el jueves.Johanna Alarcón para The New York TimesJusto después de la muerte de Villavicencio, Carlos Figueroa, un miembro de su campaña que presenció el tiroteo, habló con el Times, con voz temblorosa.“Las mafias son demasiado poderosas”, afirmó. “Se han tomado nuestro país, se han tomado el sistema económico, la policía, el sistema judicial”.“Estamos desesperados”, continuó. “No sabemos el futuro de nuestro país. En manos de quién, por quién va a ser asumido”.Villavicencio, de 59 años, ganó prominencia como opositor del correísmo, el movimiento de izquierda del expresidente Rafael Correa, quien gobernó desde 2007 hasta 2017 y aún tiene poder político en Ecuador.En los días previos al asesinato, Villavicencio había aparecido en televisión afirmando que había recibido tres amenazas específicas de miembros de un grupo criminal llamado Los Choneros.En una primera amenaza, dijo, representantes de un líder de Los Choneros llamado Fito visitaron a un miembro del equipo de Villavicencio “para decirle que si yo sigo mencionando el nombre de Fito, mencionando los Choneros, me van a quebrar. Efectivamente, eso fue. Y mi decisión fue continuar con la campaña”.Oficiales de policía custodiando la caravana que transportaba el cuerpo de Villavicencio, el jueves.Johanna Alarcón para The New York TimesEl asesinato de Villavicencio afecta una elección presidencial ya de por sí polémica, y que continuará según lo planeado. La candidata que cuenta con el respaldo de Correa, Luisa González, lidera las encuestas.Sin embargo, como Villavicencio fue un crítico tan duro de Correa, algunos ecuatorianos han comenzado a culpar a los candidatos correístas por la muerte de Villavicencio. No hay evidencia de su participación.“Ni un solo voto para el correísmo”, coreó una mujer afuera de la morgue.Otros votantes dijeron que iban a comenzar a apoyar a Jan Topic, un candidato y exsoldado de la Legión Extranjera Francesa cuyo enfoque ha sido adoptar una línea dura en materia de seguridad y quien se ha hecho eco de las promesas del presidente de El Salvador, Nayib Bukele. La línea dura de Bukele contra las pandillas, incluidos los encarcelamientos masivos, ha ayudado a reducir la violencia, pero también ha generado que lo acusen de violar las libertades civiles.Germán Martínez, un médico forense que estaba en la morgue donde estuvo el cuerpo de Villavicencio el jueves, dijo que después del asesinato había decidido cambiar su voto a Topic.“¿Dónde estamos como ecuatorianos?”, preguntó. “Ya tenemos que dejar de andar con la frente al sueño. Tenemos que enfrentar a los criminales. Necesitamos una mano firme”.Genevieve Glatsky More