More stories

  • in

    Ron DeSantis suspende su campaña presidencial: lo que hay que saber

    El gobernador de Florida, Ron DeSantis, suspendió su campaña presidencial el domingo y respaldó al expresidente Donald Trump, lo que marcó una espectacular implosión para un candidato que alguna vez fue visto como el que tenía la mayor probabilidad de destronar a Trump como el nominado del Partido Republicano en 2024.Su salida de la contienda tan solo dos días antes de las elecciones primarias de Nuevo Hampshire deja a Nikki Haley, la exgobernadora de Carolina del Sur, como la última rival de Trump que queda.La derrota devastadora de DeSantis por 30 puntos porcentuales frente a Trump en el caucus de Iowa del lunes pasado lo dejó ante una pregunta desalentadora: ¿por qué seguir adelante? El domingo, dio su respuesta y reconoció que no había sentido en continuar sin un “camino claro a la victoria”.“Hoy suspendo mi campaña”, dijo DeSantis en un video publicado después de que The New York Times informara que se esperaba que abandonara la contienda, y añadió: “Trump es superior al actual presidente, Joe Biden. Eso es claro. Firmé un compromiso de apoyar al nominado republicano y cumpliré ese compromiso. Tiene mi respaldo porque no podemos volver a la vieja guardia republicana de antaño”.DeSantis había volado de vuelta a Tallahassee el sábado por la noche después de hacer campaña en Carolina del Sur. Se esperaba que apareciera en un evento de campaña en Nuevo Hampshire el domingo por la tarde, pero fue cancelado.Incluso antes de que DeSantis hiciera su anuncio, Trump ya había comenzado a hablar de su candidatura en tiempo pasado. “Que descanse en paz”, dijo Trump sobre DeSantis en un mitin el sábado por la noche en Manchester.La semana pasada, DeSantis había comenzado a insinuar que podría estar buscando salir de la contienda, poniendo sus ojos en la elección de 2028 y admitiendo que Trump había logrado una victoria abrumadora en Iowa.El caos marcó los últimos días de su campaña, justo como había ocurrido al principio, cuando inició su campaña con un evento de transmisión en vivo ampliamente ridiculizado y con fallas técnicas en Twitter. Durante el fin de semana, el itinerario de DeSantis estuvo en constante cambio, ya que volaba entre Nuevo Hampshire y Carolina del Sur con poco aviso, posponiendo eventos y finalmente cancelando sus apariciones en los programas políticos matutinos del domingo.El respaldo de DeSantis a Trump fue rápido y somero. El gobernador de Florida no ofreció ninguna justificación para apoyar a Trump más allá de que el expresidente contaba con el respaldo de la mayoría de los republicanos en las encuestas, y que no era Haley. DeSantis tampoco pudo resistirse a dar un último golpe al candidato líder de su partido y volvió a plantear críticas sobre el manejo de la pandemia de Trump.Al darle su respaldo a Trump, DeSantis parecía estar tratando de unir al ala conservadora del partido detrás del expresidente mientras dejaba pasar el hecho de que estaba cediendo ante un hombre que lo había ridiculizado como si fuera un deporte sangriento.Después de anunciar su candidatura para la presidencia, con grandes expectativas, en mayo, DeSantis y su campaña resultaron ser un fracaso costoso: en conjunto con grupos externos bien financiados, gastaron decenas de millones de dólares con poco efecto evidente.La constante ridiculización de Trump —sobre cualquier cosa, desde las expresiones faciales de DeSantis hasta su elección de calzado— degradó su imagen como un guerrero conservador confiable. A lo largo de su campaña, los números de DeSantis cayeron aproximadamente a la mitad en las encuestas nacionales, lo que parece ser una sentencia tanto de sus habilidades como candidato como de su estrategia de intentar posicionarse a la derecha de Trump. Un apoyo cacareado y un sistema de sondeo pagado por su súper PAC (sigla en inglés que designa al comité de acción política), Never Back Down, apenas parecieron hacer una diferencia en la contienda.Por momentos, parecía como si DeSantis estuviera yendo de un episodio embarazoso a otro, mientras su campaña lidiaba con contratiempos como despidos masivos y las consecuencias de producir un video en redes sociales que presentaba un símbolo nazi.En Iowa, su osada promesa de ganar resultó ser vacía. En cambio, apenas venció a Haley, cuya imagen más moderada parecía ser inadecuada para los republicanos socialmente conservadores del estado. Invertir recursos en Iowa dejó sin fondos los esfuerzos de DeSantis en Nuevo Hampshire y Carolina del Sur, dos de los otros estados de nominación temprana, donde sus números en las encuestas se desplomaron. La pérdida de apoyo tanto de votantes como de donantes significó que no había mucho sentido en continuar hacia más derrotas inevitables.Aunque había comenzado su contienda en una posición relativamente fuerte, las encuestas ahora mostraban a DeSantis en un lejano tercer lugar en Nuevo Hampshire, con alrededor del 6 por ciento de los votos.Tanto DeSantis como sus aliados parecían estar quedándose peligrosamente con pocos fondos. Ningún anuncio a favor de DeSantis se había transmitido en la televisión de Nuevo Hampshire desde antes del Día de Acción de Gracias.En la noche de su derrota en Iowa, DeSantis había intentado convertir su resultado en algo positivo, diciendo que como el finalista del segundo lugar había “impulsado su candidatura” fuera del estado.Resultó que ese impulso fue válido por menos de una semana.El autobús perteneciente a Never Back Down, el comité de acción política de DeSantis, transitando por Hampton, Nuevo Hampshire. DeSantis tercerizó muchas de las operaciones de su campaña al PAC, un movimiento inusual. John Tully para The New York TimesEl planAl retirarse antes de Nuevo Hampshire, DeSantis se salvó de una derrota catastrófica el martes, deteniendo una larga y lenta hemorragia política.No había forma de evitar cuán malo resultaría. DeSantis había hecho un poco de campaña aquí, y en los días posteriores a Iowa sugirió que se concentraría, más bien, en Carolina del Sur, que no celebraría sus primarias hasta un mes después. Never Back Down comenzó a despedir a miembros del personal.Pero la caída de DeSantis había comenzado en Iowa, donde había apostado toda su campaña.Aunque los resultados no lo reflejaban, DeSantis siguió la misma estrategia allí que los candidatos republicanos usaron para ganar los últimos tres caucus disputados.DeSantis visitó todos los 99 condados de Iowa, respondió un sinfín de preguntas de los votantes y obtuvo el respaldo de dos figuras clave, la gobernadora Kim Reynolds y el líder evangélico Bob Vander Plaats.“Nadie trabajó más duro, y lo dimos todo en el campo”, dijo DeSantis el domingo en su video de salida de su candidatura.Su estrategia se basaba en la suposición de que los votantes republicanos podrían dividirse en tres grupos, basados en sus sentimientos hacia el expresidente: aquellos que siempre apoyarían a Trump, quienes nunca apoyarían a Trump y los electores a los que les gustaba Trump y sus políticas pero estaban listos para un nuevo portador de estandarte para el partido, quizás alguien más joven y con menos equipaje. Era ese tercer grupo de votantes el que DeSantis se propuso ganar. Una vez que lo hiciera, según la teoría, los que nunca apoyarían a Trump le seguirían.Pero a DeSantis le costó explicar por qué esos votantes de Trump poco comprometidos deberían elegirlo a él en lugar de al expresidente. Durante gran parte de la campaña apenas intentó crear un contraste y, en cambio, se centró en su historial en Florida. Los votantes lo cuestionaron repetidamente sobre cuándo desafiaría con firmeza al candidato favorito, incluso hasta los últimos días de la campaña.Con el tiempo, DeSantis se conformó con un argumento de que Trump había fallado en implementar gran parte de su agenda conservadora, y que solo DeSantis podría dar a los republicanos las victorias que anhelaban. Pero eso sonó hueco para muchos votantes del Partido Republicano, quienes creían que Trump había sido un presidente eficaz injustamente obstaculizado por los liberales y “el Estado profundo”.“Trump defendió a la gente”, dijo Brett Potthoff, de 30 años, un ingeniero de Sac City, Iowa, quien consideró apoyar a DeSantis en los caucus pero que al final afirmó que respaldaría a Trump. “Todo el mundo estaba tratando de hundirlo por cosas falsas”.Al principio de su candidatura, DeSantis evitó a los medios de comunicación. También tuvo dificultades para conectar con los votantes en los recorridos de campaña. Jordan Gale para The New York TimesEl fracaso de DeSantis con los votantes evangélicos blancos fue especialmente notable, dado lo mucho que se esforzó por ganárselos. El año pasado firmó una prohibición de aborto de seis semanas en Florida que ilegalizaba el procedimiento en un momento en el que muchas mujeres no saben que están embarazadas. Trump criticó la ley por ser demasiado dura, y DeSantis intentó usar el aborto como un tema divisivo para persuadir a los cristianos conservadores de apartarse del expresidente.No funcionó. Muchos líderes y votantes antiaborto adoraban a Trump por nombrar a los jueces de la Corte Suprema que ayudaron a anular Roe contra Wade, un objetivo de su movimiento durante décadas. No podían ser apartados de su lado.Mientras que DeSantis ganó poco con los evangélicos, perdió mucho entre los votantes del centro político, así como entre los donantes republicanos ricos con puntos de vista sociales más moderados. Su decisión de ceder el centro ayudó a crear un camino en la contienda para Haley, quien usó un tono más mesurado sobre el aborto. También le dificultó recrear la amplia coalición que le dio una reelección de 19 puntos de ventaja en Florida, que había creado con apoyo de mujeres e independientes, así como de votantes hispanos.Aun así, algunas cosas parecían estar fuera del control de DeSantis. Enfrentarse a Trump, quien en buena medida tiene los beneficios de alguien que estuvo en la presidencia, no era tarea fácil. Y en otra época, las imputaciones de Trump en cuatro casos criminales habrían parecido beneficiar a DeSantis. Pero lejos de disminuir la posición del expresidente entre los republicanos, los cargos en realidad unieron al partido en torno a él.Trump no fue el único candidato en atacar a DeSantis con mensajes negativos. Haley, quien había estado muy por detrás de DeSantis durante la mayor parte de la contienda, también lo criticó sin cesar.Al final, ningún candidato enfrentó más gastos negativos que DeSantis.Eso no impidió que, hasta la noche del caucus, DeSantis y su equipo prometieran un rendimiento dominante en Iowa. Sus asistentes señalaron que aproximadamente 40.000 habitantes de Iowa habían firmado cartas de compromiso para apoyarlo.Pero en una noche extremadamente fría, solo poco más de la mitad de esa cantidad de personas se presentaron para respaldarlo.DeSantis apenas superó a la exgobernadora de Carolina del Sur Nikki Haley en la contienda por el segundo lugar en Iowa, a pesar de haber hecho campaña más intensamente en el estado. Maansi Srivastava/The New York TimesTropezar en la línea de salidaDeSantis y su equipo cometieron una serie de errores propios, incluso antes de que entrara en la contienda.Tras una reelección dominante en 2022, con unos números de encuestas no muy lejos de los de Trump, DeSantis se quedó al margen. En lugar de comenzar de inmediato su candidatura para la presidencia, decidió esperar hasta después de la sesión legislativa de Florida, donde los legisladores aprobaron una serie de leyes conservadoras pensadas para darle más crédito con la derecha. Ese retraso permitió que Trump estableciera la narrativa de que DeSantis era débil y un traidor al movimiento MAGA.Luego, en lugar de anunciar que se postularía en un mitin tradicional, rodeado de su familia y seguidores animados, DeSantis eligió declarar el inicio de su candidatura durante una conversación transmitida en vivo con el empresario tecnológico Elon Musk en X, que se interrumpía con tanta frecuencia que fue un objeto de burlas. Ese inicio del 31 de mayo fue visto de manera generalizada como un desastre que marcó el tono para las siguientes semanas.Pronto comenzó a escasear el dinero. Los grandes donantes habían sido desanimados por los errores de DeSantis, su conservadurismo social estridente y una serie de videos extraños en las redes sociales, uno de los cuales incluía el símbolo nazi. Su campaña, construida para dar una batalla a nivel nacional, fue rápidamente considerada inflada e insostenible. A finales de julio, DeSantis despidió a más de un tercio de su personal de campaña. Iowa se convirtió en el único objetivo. A muchos de los miembros del personal que quedaban se les ordenó trasladarse a Des Moines.Al mismo tiempo, Never Back Down, que había sido promocionado como su arma secreta, cayó en la confusión. Los funcionarios de la campaña y del súper PAC debatieron la estrategia en una serie de memorandos conflictivos que se hicieron públicos porque la ley de financiamiento de campañas prohibía a las dos organizaciones coordinar la estrategia a puerta cerrada. Casi estalla una pelea a golpes entre el presidente de la junta del grupo, un amigo de la universidad de DeSantis llamado Scott Wagner, y su estratega principal, Jeff Roe. Poco después, cinco altos funcionarios de Never Back Down renunciaron o fueron despedidos, seguidos por Roe. Wagner, un abogado con poca experiencia política, asumió el control.El caos en la campaña y en el súper PAC socavó el mensaje de DeSantis de que era un líder competente y sin dramas. Y expuso lo poco que confiaba en alguien fuera de un pequeño círculo de asesores y amigos, y cuán limitada era la experiencia que muchos de esos ayudantes tenían a nivel presidencial.Seguidores esperando que DeSantis hable en su fiesta en la noche de los caucus de Iowa. Trump ganó por 30 puntos porcentuales. Jordan Gale para The New York TimesDeSantis también tuvo dificultades en la campaña. A pesar de tener una historia personal convincente, apenas habló de su biografía. Evitó a los medios de comunicación. Le resultó difícil conectar con los votantes y sus momentos incómodos se volvieron virales. Su respuesta más común al aprender el nombre de un votante era un entusiasta “¡OK!”. Tendía a hablar en acrónimos difíciles de seguir, refiriéndose a temas desconocidos que eran principalmente de interés para los ideólogos republicanos, como “ESG” (siglas en inglés de gobernanza ambiental, social y corporativa) y “DEI” (las siglas de diversidad, equidad e inclusión). Las encuestas mostraron que la mayoría de los votantes se preocupaban más por la economía y la inmigración.En su primer gran evento en Iowa después del Año Nuevo, un momento en el que por lo general los votantes comienzan a prestar más atención a la contienda, DeSantis abrió su discurso con una larga crítica del proceso de acreditación para las universidades.La conferencia no pareció tener impacto. En una sesión de preguntas y respuestas posteriormente, una votante confundida preguntó de qué estaba hablando el gobernador.“Creo que estaba diciendo la palabra ‘depredadores’”, le dijo a De Santis Patrica Janes, de 64 años, de Johnston, Iowa.“Acreditación”, explicó DeSantis. “Acreditador”.Un reajusteDeSantis sí hizo ajustes durante el transcurso de la campaña.Después de los despidos del personal, comenzó a hacer una contienda al estilo de quien va en desventaja, viajando de arriba abajo por Iowa para hacer paradas en pequeños pueblos y escuchar preguntas de los votantes. Habló con reporteros todos los días y dio entrevistas a las principales cadenas de televisión.“Parecía como que se estaba censurando durante mucho tiempo”, dijo Cody Ritner, de 26 años, un partidario de DeSantis de Decorah, Iowa, después de escuchar a DeSantis al final de la campaña. “Mejoró mucho cuando comenzó a soltarse”.La atmósfera en sus eventos también mejoró.Sin embargo, algunas de las tendencias obstinadas de DeSantis permanecieron. Continuó utilizando el dinero de sus donantes para pagar aviones privados en lugar de usar vuelos comerciales. Su campaña prohibió a los reporteros de The New York Times asistir a eventos durante más de un día en respuesta a un artículo crítico. Su oficina no invitó a legisladores estatales de Florida que habían respaldado a Trump a una fiesta de Navidad anual en la mansión del gobernador, aunque todos habían recibido invitaciones el año anterior.Casi nunca, como candidato, DeSantis parecía poder conducir la agenda del día. Algo que había hecho de manera tan efectiva como gobernador, por ejemplo, cuando cautivó a los medios nacionales e indignó a la izquierda al hacer que su gobierno trasladara migrantes a Martha’s Vineyard.Pero en la contienda presidencial, la fuerza de la personalidad de Trump borró todo lo demás.Como candidato, DeSantis raramente parecía capaz de dirigir la narrativa diaria, como lo había hecho como gobernador de Florida. John Tully para The New York TimesVida después de la derrotaDeSantis, quien había sido visto como una figura todopoderosa en el Capitolio del Estado, ahora enfrenta un regreso a Florida con su estatura reducida.Aún así, le quedan casi tres años como gobernador del tercer estado más grande del país, así como un historial comprobado de asegurar la aprobación de su agenda legislativa. Y sus calificaciones de preferencia generalmente siguen siendo altos entre los republicanos a nivel nacional.Mientras asimilaba su pérdida en Iowa, DeSantis argumentó que había dejado una “impresión” contundente. Dijo que había escuchado a varios votantes que habían declarado su lealtad a Trump esta vez, pero dijeron que lo apoyarían en 2028.Había algunas evidencias que respaldaban eso. A pesar de la dura contienda, muchos partidarios de Trump tenían cosas buenas que decir sobre DeSantis.Karen Kontos, de 65 años, salió el mes pasado de un evento de DeSantis en Ames, Iowa, impresionada por el candidato y sosteniendo una pancarta con su nombre. Sin embargo, no tenía intención votar por DeSantis, a quien comparó con una versión más joven de Trump.“Piensan igual”, dijo. “Me gusta DeSantis. Tiene buenas ideas”.Pero, agregó Kontos, “no es Trump”.El domingo, incluso Trump le tendió una rama de olivo a su rival derrotado.Hablando con los partidarios en su sede de campaña de Nuevo Hampshire, Trump dijo que ya no se referiría DeSantis como “DeSanctimonious”, un apodo despectivo que había usado durante meses.“Ese nombre está oficialmente retirado”, dijo Trump.Catie Edmondson More

  • in

    DeSantis Drops Out, While Haley Is Still In

    More from our inbox:Diverse Life ExperiencesSaving Landmarked Places of WorshipBooks as DecorationRon DeSantisNicole Craine for The New York TimesNikki Haley is the last woman standing in the Republicans’ presidential race, but she faces a tough challenge in toppling Donald J. Trump.Ruth Fremson/The New York TimesTo the Editor:Re “DeSantis Decides to End Campaign for White House” (front page, Jan. 22):When I saw the news that Ron DeSantis was dropping out of the 2024 presidential race and endorsing Donald Trump, I felt a sinking feeling in the pit of my stomach. Not that I’m a fan of Mr. DeSantis; hardly, I’m not even a Republican. But, for the sake of our democracy, a part of me had hoped that Mr. DeSantis or Nikki Haley, or the two of them together, might have waged a distinct and spirited enough campaign to overcome the angry, populist, cultlike sway that Mr. Trump holds over G.O.P. voters.It’s becoming increasingly clear that both campaigns have fallen short. Meanwhile, a slew of Republican political leaders will continue to stick their heads in the sand about the dangers that Mr. Trump poses to the nation and instead endorse and proudly campaign for a man they know is not fit to be the leader of the free world.Watching all of this unfold is proving to be a grotesque and terrifying portrait of human behavior.Cody LyonBrooklynTo the Editor:As Ron DeSantis fades from the national scene after running one of the most incompetent presidential campaigns in memory, we should remember some of the damage he inflicted on his home state, Florida, to gain national attention.We are having trouble retrieving the article content.Please enable JavaScript in your browser settings.Thank you for your patience while we verify access. If you are in Reader mode please exit and log into your Times account, or subscribe for all of The Times.Thank you for your patience while we verify access.Already a subscriber?  More

  • in

    GOP Donors Face Dilemma as DeSantis Drops Out

    Ron DeSantis’s exit, and Nikki Haley’s struggle to make headway against Donald Trump, are forcing Republicans to make a tough choice.The narrowing race for the Republican presidential nomination is creating tough choices for anti-Trump donors.Sophie Park for The New York TimesIt’s down to Trump and Haley now The effort to pick anyone but Donald Trump as the Republican presidential nominee took another big, if expected, blow on Sunday when Ron DeSantis dropped out of the race and endorsed the former president. (Other former hopefuls, including Vivek Ramaswamy and Tim Scott, have also endorsed Trump.)The Republican faithful are coalescing around Trump in a way that raises questions about the next move by the wealthy donors who have sought to stop him.Nikki Haley is now the only potential roadblock to a Trump nomination. DeSantis came into the race as the most daunting opponent to the former president, but his misstep-laden campaign never turned into a serious threat. Among his strategic errors was betting that “anti-woke” fights, including his battle against Disney, would resonate with voters. (Politico reports that a top DeSantis fund-raiser had proposed a legally untested way for the campaign to remain afloat, but the Florida governor eventually yielded to electoral reality.)Haley has embraced her status as the last anti-Trump candidate standing: “May the best woman win,” she said on Sunday. But polls put her some 15 percentage points behind Trump in New Hampshire, as voters head to the polls tomorrow.It’s a sign that the influence of big-money donors is limited. DeSantis’s war chest was financed largely by deep-pocketed benefactors. And in recent months, Haley has drawn support from a bipartisan group of anti-Trump moguls, including the hedge fund billionaire Stanley Druckenmiller and the Democratic investor and LinkedIn founder Reid Hoffman. (JPMorgan Chase’s Jamie Dimon has publicly exhorted people of all political stripes to back Haley.)But as The Times’s Ken Vogel notes, winning over the moneyed class hasn’t guaranteed electoral success for years. Just ask Jeb Bush.What will those anti-Trump donors do? Some are continuing to back Haley: Several Wall Street titans, including Druckenmiller and Henry Kravis, will host a fund-raiser for her on Jan. 30, a week after the Republican and Democratic New Hampshire primaries. And Americans for Prosperity, a super PAC backed by the Koch business empire, said it would continue to back Haley through at least Super Tuesday in early March.But if Haley loses badly in New Hampshire, how long will business leaders accustomed to success stick with a failing bet? Ken Langone, a co-founder of Home Depot and one of her backers, said recently that he wants to see how she does tomorrow before giving more money.In other election news: The top outside political group backing President Biden raised $208 million last year. And Treasury Secretary Janet Yellen is heading to the Midwest this week to tout Biden’s economic record as data points increasingly turn positive.HERE’S WHAT’S HAPPENING The war in Gaza hits the Middle East’s economy. Three months in, the conflict has cost Egypt, Lebanon and Jordan more than $10 billion in economic losses, and risks pushing 230,000 into poverty. Meanwhile, international support for Israel is fraying as casualties in Gaza mount and as attacks by Houthi rebels on commercial vessels in the Red Sea are driving up shipping costs.Exxon Mobil sues climate investors to stop a proxy fight. The fossil-fuel giant asked a federal court in Texas to throw out a proposal from Follow This and Arjuna Capital that calls for speeding up the company’s efforts to cut greenhouse gases. A decision could clarify S.E.C. guidance on which shareholder proposals can be put up for a vote by company shareholders.Another Boeing model comes under regulatory scrutiny. The F.A.A. said on Sunday that airlines should inspect the door plugs on Boeing 737-900ER planes “as an added layer of safety.” Confidence in Boeing’s engineering and quality control has fallen after hundreds of Boeing 737 Max 9s were grounded in the wake of a door panel tearing off an Alaska Airlines jet in flight.S&P 500 futures are up again on Monday. After hitting a record on Friday, the benchmark index looks set to extend those gains. Last week’s rally was driven by investor bets on interest rates cuts and the artificial intelligence boom buoying tech stocks.Could Macy’s get hostile? Macy’s has rejected a $5.8 billion takeover bid from the investment firms Arkhouse Management and Brigade Capital that valued the struggling department store chain at roughly 20 percent above its closing share price on Friday.The investor group is now threatening to take the offer to shareholders. With a potential hostile bid looming, here are DealBook’s questions about what may come next.How would Arkhouse and Brigade pull off a deal? Macy’s board cited doubts about the investment firms’ financing when it rejected the proposal on Sunday. The company said the firms had proposed to pay 25 percent of the offer in equity. The rest would most likely be from debt such as leveraged loans, the market for which has been tight thanks in part to high interest rates.Could the rejection open the door to other bids? Arkhouse’s 2021 offer for Columbia Property Trust led to another buyer entering the picture. Macy’s has not reached out to prospective buyers, people familiar with the matter tell DealBook. But the retailer indicated in a statement that it would “be open to opportunities that are in the best interests of the company and all of our shareholders.”The list of prospective suitors is short, given the challenges facing the retail sector and the scarring memories of buyouts-gone-bad like with Sears.What is Macy’s turnaround plan? The retailer’s shares have fallen about 30 percent over the past five years, as the company lost significant market share, forcing it to close stores and lay off staff — including an announcement last week that it would cut 2,350 jobs.All eyes are on Tony Spring, who takes over as C.E.O. next month after having led Bloomingdale’s, Macy’s much-healthier higher-end brand. But duplicating that kind of success could be challenging, given Macy’s large and underperforming store base and its different shopper demographics.Taking the temperature of tech C.E.O.s Tech sector C.E.O.s are more optimistic about the economy this year, especially the potential for artificial intelligence and the I.P.O. market. But they also remain wary that geopolitical tensions could disrupt trade and increase headwinds in the capital markets, SoftBank’s latest annual survey of its portfolio companies shows.DealBook got an exclusive first look at the report, which includes start-ups backed bySoftBank’s two Vision Funds and its Latin America fund.Hope is returning after a dismal two years. Almost half of the C.E.O.s surveyed were more upbeat about the economy than they were a year ago and expected to raise capital this year.The improvement in sentiment is from a low base, cautioned Alex Clavel, co-C.E.O. of SoftBank Investment Advisers, which manages the funds. Last year was a hangover from 2022, when the fund-raising “faucets were turned off,” he said. Hopes didn’t pan out that I.P.O.s at the end of 2023 — including of the SoftBank-backed Arm — would lead to a flow of new listings, but 37 percent of C.E.O.s said public listings would pick up in the second half of 2024.A.I. excitement is high, even if it’s unclear how it will be deployed. “There is an increasing sense that 2024 is the year when we go from A.I. enthusiasm to A.I. impact,” Clavel said. A third of the C.E.O.s said they had increased A.I. investment by 50 percent last year and were using it to make products more cheaply or to improve efficiency.But some are proceeding cautiously. Clavel said one company has used A.I. to cut costs significantly but is holding off on more changes “because it’s going to be too unsettling” for the work force.The C.E.O.s said tensions with China were the top geopolitical risk. Still, that obstacle hasn’t significantly affected their businesses yet. The biggest concern for 2024: that wider instability, including war in the Middle East, could sap investor interest in I.P.O.s or raise energy costs in Europe.“I have lost confidence in the determination and ability of the Harvard Corporation and Harvard leadership to maintain Harvard as a place where Jews and Israelis can flourish.” — Larry Summers, the former Treasury secretary and ex-president of Harvard, after the university announced a new antisemitism task force on Friday. The committee is set to be co-chaired by Derek Penslar, a professor of Jewish history who Summers said was “unsuited” for the role in part because of his position on the extent of the school’s antisemitism problem.The week ahead On the agenda this week: earnings, inflation and central bank decisions.Tomorrow: Netflix, Procter & Gamble, Johnson & Johnson and Lockheed Martin release quarterly results. Also, the Bank of Japan is expected to maintain its ultra-loose monetary policy; the markets predict the country will exit its negative rates regime as soon as March.Elsewhere, the Academy Awards nominees are set to be announced.Wednesday: The Dutch chips-equipment manufacturer ASML, Tesla and AT&T report earnings.Thursday: It’s decision day for the European Central Bank, which is expected to hold steady on interest rates. On the other side of the Atlantic, U.S. fourth-quarter G.D.P. is set to be published.In earnings, LVMH, Intel, Visa and a slew of airlines including American, Southwest and Alaska Air Group are due to report.Friday: The Personal Consumption Expenditures report, the Fed’s preferred inflation gauge, will be released.THE SPEED READ DealsSony ended a $10 billion deal to combine its Indian assets with Zee Entertainment, a Mumbai-based media company. (Reuters)Macquarie, the big Australian investment firm, has raised 8 billion euros ($8.7 billion) for its latest European infrastructure fund. (FT)What Citigroup’s exit from the $4 trillion market for municipal bonds, a field it once dominated, means for the business of financing state and local governments. (WSJ)Artificial intelligenceEleven Labs, an A.I voice-cloning start-up, raised $80 million in new funds from investors led by Andreessen Horowitz at a valuation of more than $1 billion. (Bloomberg)How Japan is turning to avatars, robots and A.I. to tackle its labor crisis. (FT)Best of the rest“‘America is Under Attack’: Inside the Anti-D.E.I. Crusade” (NYT)American clothing makers are pushing to change a trade rule that effectively lets foreign manufacturers ship directly to U.S. consumers without paying tariffs. (NYT)The Chinese electric carmaker BYD is going upmarket with a Lamborghini-style E.V. to step up its fight with Tesla. (WSJ)We’d like your feedback! Please email thoughts and suggestions to dealbook@nytimes.com. More

  • in

    Haley Gets a Trump Matchup, but Now Faces the Trump Machine

    As Nikki Haley celebrated Ron DeSantis’s departure from the Republican primary, Donald J. Trump turned his firepower toward his final rival.With only about 48 hours left to campaign in the New Hampshire primary, Nikki Haley finally got the two-person race she wanted.It might not live up to her expectations.For months, it has been an article of faith among Ms. Haley’s supporters and a coalition of anti-Trump Republicans that the only way to defeat Donald J. Trump was to winnow the field to a one-on-one contest and consolidate support among his opponents.That wishcasting became reality on Sunday afternoon, when Gov. Ron DeSantis of Florida ended his White House bid.And yet, as the race reached the final day, there was little sign that Mr. DeSantis’s departure would transform Ms. Haley’s chances of winning.Ms. Haley quickly learned that the role of last woman standing against Mr. Trump meant serving as the last target for a party racing to line up behind the former president.Two former rivals in the race — Senator Tim Scott of South Carolina, and Mr. DeSantis — both endorsed the former president. The head of the party’s Senate campaign arm proclaimed Mr. Trump to be the “presumptive nominee.” And Mr. Trump’s campaign strategists vowed that she would be “absolutely embarrassed and demolished” in her home state of South Carolina, the next big prize on the calendar.Campaigning across New Hampshire on Sunday, Ms. Haley and her supporters celebrated the DeSantis campaign’s demise.“Can you hear that sound?” she asked more than 1,000 gathered in a high school gymnasium in Exeter, N.H., her best-attended event in the state. “That’s the sound of a two-person race.”Thirty-five miles north, in Rochester, N.H., Mr. Trump told his crowd to expect a victory so decisive it would effectively end the primary. “That should wrap it up,” he said.Mr. Trump during a campaign rally at the Rochester Opera House on Sunday in New Hampshire.Doug Mills/The New York TimesMs. Haley’s supporters in the state said they were feeling that pressure. Some worried aloud that she had pulled punches with Mr. Trump for so long that her aggressiveness in the primary’s final weekend would be inadequate to persuade flinty New Hampshire voters that she had enough fight in her to win against the brawling former president.One Republican activist backing Ms. Haley said he kept his lawn sign in his garage because Mr. Trump’s victory felt inevitable. Another Haley backer, Fergus Cullen, a former chairman of the New Hampshire Republican Party, described his support for the former governor as unenthusiastic. He said he could not bring himself to defend Ms. Haley on social media or lean on friends and family to vote for her.“Too little, too late,” Mr. Cullen said about Ms. Haley’s prospects. “She had to inspire and engage unaffiliated voters, and I just haven’t seen her doing what she needs to do to reach that audience and turn them out in the numbers that she needs.”Most polls during the past week showed Mr. Trump up by a dozen points or more. A Suffolk University/Boston Globe/NBC10 Boston daily tracking poll of New Hampshire voters showed Mr. Trump steadily adding to his lead over Ms. Haley, with a margin of 53 percent to 36 percent on Saturday.Ms. Haley’s performance on Tuesday is likely to determine the future of her campaign — and possibly her political career. Anything short of a victory or narrow defeat would put pressure on her to drop out rather than face three weeks of punishing ads from the Trump campaign in her home state, where she is already behind.Her best shot at survival is high turnout from New Hampshire’s independent voters, who make up 40 percent of the state’s electorate, while Republicans account for about 30 percent.The New Hampshire secretary of state has been predicting record high turnout on Tuesday, a scenario that both campaigns were claiming would bolster their chances of success.Ms. Haley’s team believes a turnout surge would mean more participation from independent and moderate voters who are more likely to support her. They looked to Senator John McCain’s 2008 presidential campaign as a model. Mr. McCain won the state’s primary by dominating independent voters and battling to a draw among Republicans, according to exit polls.Ms. Haley, however, appears to be trailing by a large margin among Republicans, according to public polls. In the tracking poll, Ms. Haley led independents, 49 percent to 41, but was nearly 20 points behind Mr. Trump overall largely owing to his wide margin from Republicans, 65 percent to 25 percent.Ms. Haley on Sunday with supporters in Derry, N.H.Ruth Fremson/The New York TimesMs. Haley’s donors and allies argued Mr. DeSantis’s departure could reel in more donations and help her sharpen the contrast between herself and the former president. Both Ms. Haley and Mr. DeSantis struggled to find ways to criticize Mr. Trump without turning off Republicans who may be open to alternatives, but are still fond of him.But some longtime political operatives in the state suggested there might not be enough anti-Trump Republicans and moderate independents to make the numbers work.“Haley has consolidated the non-Trump vote, but overtaking him is the Rubik’s Cube no one has been able to figure out yet,” said Matt Mowers, a former Republican House candidate from New Hampshire who was endorsed by both Mr. Trump and Ms. Haley.As she delivered her stump speech on Saturday with new urgency, Ms. Haley’s attacks on Mr. Trump were sometimes softened by including Mr. Biden in the critique.“What are Joe Biden and Donald Trump both talking about?” Ms. Haley asked, at her rally in Exeter. “The investigations that they are in, the distractions they have, the people they’re mad at, their hurt feelings, and they have not shown us one ounce of vision for the future — not one.”Jane Freeman, 55, a retired flight attendant and undeclared voter in Exeter, scrunched her forehead and let out a sigh when asked about Mr. DeSantis’s endorsement of Mr. Trump.“Trump is a tricky thing,” said Ms. Freeman, who voted for the former president in 2016 and in 2020 but now supports Ms. Haley. “I really wish he would have waited,” she said of Mr. DeSantis. Still, she said Ms. Haley had the right momentum and was continuing to win voters. “I am nervous, but truly, truly hopeful,” she said.Anjali Huynh More

  • in

    Last Exit Before Trump: New Hampshire

    Tuesday’s primary election will probably decide whether there will be a race at all.Newport, N.H., last week. CJ Gunther/EPA, via ShutterstockLet’s be blunt about the stakes of the New Hampshire primary on Tuesday.If Donald J. Trump wins decisively, as the polls suggest, he will be on track to win the Republican nomination without a serious contest. The race will be all but over.The backdrop is simple: Mr. Trump holds a dominant, 50-plus-point lead in the polls with just seven weeks to go until the heart of the primary season, when the preponderance of delegates will be awarded. His position has only improved since Iowa, with national polls now routinely showing him with over 70 percent of the vote.Even skeptical Republican officials are consolidating behind the party’s front-runner. Ron DeSantis’s decision to suspend his campaign and endorse Mr. Trump is only the latest example.The polling by state isn’t much better for Nikki Haley, the only remaining opponent for Mr. Trump. He leads Ms. Haley by at least 30 points in all of the states after New Hampshire until Super Tuesday. So without a monumental shift in the race, he will secure the nomination in short order. More

  • in

    Ron DeSantis Drops Out of 2024 Presidential Race and Endorses Trump

    Gov. Ron DeSantis of Florida suspended his campaign for president on Sunday and endorsed former President Donald J. Trump, marking a spectacular implosion for a candidate once seen as having the best chance to dethrone Mr. Trump as the Republican Party’s nominee in 2024.His departure from the race just two days before the New Hampshire primary election leaves Nikki Haley, the former governor of South Carolina, as Mr. Trump’s last rival standing.Mr. DeSantis’s devastating 30-percentage-point loss to Mr. Trump in the Iowa caucuses last Monday had left him facing a daunting question: Why keep going? On Sunday, he provided his answer, acknowledging there was no point in soldiering on without a “clear path to victory.”“I am today suspending my campaign,” Mr. DeSantis said in a video posted after The New York Times reported he was expected to leave the race, adding: “Trump is superior to the current incumbent, Joe Biden. That is clear. I signed a pledge to support the Republican nominee, and I will honor that pledge. He has my endorsement because we can’t go back to the old Republican guard of yesteryear.”Mr. DeSantis had flown home to Tallahassee late Saturday after campaigning in South Carolina. He had been expected to appear at a campaign event in New Hampshire on Sunday afternoon, but it was canceled.Even before Mr. DeSantis made his announcement, Mr. Trump had begun speaking about his candidacy in the past tense. “May he rest in peace,” Mr. Trump said of Mr. DeSantis at a Saturday evening rally in Manchester.We are having trouble retrieving the article content.Please enable JavaScript in your browser settings.Thank you for your patience while we verify access. If you are in Reader mode please exit and log into your Times account, or subscribe for all of The Times.Thank you for your patience while we verify access.Already a subscriber?  More

  • in

    Haley Reacts as DeSantis Exits 2024 Race: ‘May the Best Woman Win’

    Nikki Haley entered a seafood shack in Seabrook, N.H., on Sunday afternoon with some news for the crowd: Ron DeSantis, the governor of Florida, was no longer running for president.“We just heard that Ron DeSantis has dropped out of the race,” Ms. Haley, the former South Carolina governor, said to cheers from the several dozen attendees. “And I want to say to Ron, he ran a great race, he’s been a good governor and we wish him well.”“Having said that, it’s now one fella and one lady left,” she continued, holding up two fingers, to more cheers. She added: “For now, I’ll leave you with this: May the best woman win.”Ms. Haley and her allies have long sought to frame the presidential race as being between herself and former President Donald J. Trump, even as she finished third in the Iowa caucuses. With Mr. DeSantis now out of the race, that argument became much more salient — though recent polling averages put her 15 percentage points behind Mr. Trump in New Hampshire.She furthered that argument in a statement issued by her campaign, in which she noted that “only one state has voted” and that “half of its votes went to Donald Trump, and half did not.” (Mr. Trump received 51 percent of the vote in the Iowa caucuses.)“Voters deserve a say in whether we go down the road of Trump and Biden again, or we go down a new conservative road,” Ms. Haley said in the statement. “New Hampshire voters will have their say on Tuesday.”Ms. Haley also committed to staying in the race through the South Carolina primary and Super Tuesday on March 5, regardless of what happens in the New Hampshire primary on Tuesday.Rather than deliver remarks in Seabrook, as she has at recent retail stops, Ms. Haley went straight to taking selfies and speaking one-on-one with supporters — a small victory lap, of sorts.Speaking with CNN’s Dana Bash after the event, Ms. Haley escalated her attacks against Mr. Trump, whom she has hit harder in recent days, as well as President Biden. She said they were “equally bad” for the country.“If either one of them was good, I wouldn’t be running,” she added.Ms. Haley told CNN that Mr. DeSantis, who endorsed Mr. Trump in his announcement dropping out of the race, had not called to inform her of his departure.She also said that Senator Tim Scott of South Carolina did not tell her that he would endorse Mr. Trump earlier this week — though Mr. Scott told CNN that he had texted her the day before endorsing Mr. Trump. “He didn’t tell me that he was going to do this,” Ms. Haley said. More

  • in

    Haley Picks Up Endorsement of New Hampshire’s Largest Newspaper

    The Union Leader, New Hampshire’s largest newspaper and one that reliably picked Republicans for a century before the rise of Donald Trump, endorsed Nikki Haley on Sunday in the Republican primary.“Of course, we can’t talk about Nikki Haley without addressing the elephant in the room and the rather old donkey hiding in the White House,” it wrote, alluding to Mr. Trump and President Biden — though making no mention of Mr. Trump by name.The newspaper did not endorse Mr. Trump in the previous two cycles, either.In the 2016 Republican contest, it backed then-Gov. Chris Christie of New Jersey — but later retracted its endorsement when Mr. Christie, who dropped out of the race after a poor showing in New Hampshire, endorsed Mr. Trump.Then in the 2016 general election, for the first time in more than 100 years, it did not endorse a Republican, instead choosing Gary Johnson, the Libertarian nominee.And in 2020, it endorsed Joseph R. Biden Jr. instead of Mr. Trump, who had previously called the newspaper’s publisher a “lowlife” in a television interview.“Nikki Haley is an opportunity to vote for a candidate rather than against those two,” the endorsement reads, again referring to Mr. Trump. It called Ms. Haley a “candidate who can run circles around the dinosaurs from the last two administrations, backwards and in heels.” More